Lindsay Brown: `¿Tienes algún pecador como amigo?´

Valoraciones de Lindsay Brown sobre el documento titulado “Compromiso de Ciudad del Cabo: una confesión de fe y una llamada a la acción”, el cual consta de dos partes. La primera, publicada antes del congreso; y la segunda, en enero de 2011.

23 DE JULIO DE 2011 · 22:00

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Lindsay Brown es Licenciado en Historia por la Universidad de Oxford y realizó estudios de Teología en París. Por largos años fue secretario general del IFES a nivel mundial. Más recientemente, fue el director internacional de Lausana 2010. Pregunta.- ¿Quiénes han redactado el Compromiso de Ciudad del Cabo? ¿Cuáles las premisas básicas sobre las que se sustenta el mismo? Respuesta.- El compromiso de Ciudad del Cabo fue formulado por un grupo de ocho teólogos de diferentes partes del mundo, los cuales se juntaron en primer lugar bajo los auspicios del Movimiento de Lausana para enunciar una serie de declaraciones relacionadas con las convicciones doctrinales esenciales que los evangélicos han sostenido desde el siglo primero. Esto constituye la primera parte de la declaración. La segunda parte del mismo, la cual se centra en la llamada a la acción que fluye de las convicciones doctrinales, es el resumen de las mejores contribuciones hechas durante el congreso, en las sesiones plenarias. Todas las presentaciones y reflexiones se anotaron, y un pequeño grupo de trabajo intentó resumir las mejores conclusiones y recomendaciones que surgieron del encuentro. Por lo tanto, la primera mitad, relacionada con nuestras convicciones, se trabajó con antelación, pero la segunda parte del documento, la llamada a la acción, surgió del congreso mismo. El documento está basado en el estilo de presentación de Pablo en su carta a los Romanos y Colosenses, donde comienza con una serie de convicciones doctrinales –por ejemplo, la supremacía y singularidad de Cristo, antes de formular las implicaciones de confiar en Cristo como supremo y único Señor en los capítulos 3 y 4 de la carta. Queríamos producir un documento que aunara doctrina y práctica, y en el cual la práctica surgiera de las convicciones doctrinales, mostrando que las dos deben ir juntas. P.- ¿Cree que dicho Compromiso será adoptado como hoja de ruta por las iglesias, agencias de misión, seminarios, cristianos en el lugar de trabajo, comunidades de estudiantes? R.- Ésa es nuestra esperanza para los años venideros. P.- Desde la Conferencia Misionera de Edimburgo de 1910 a la actualidad, ¿qué cambios se han dado en el mapa de la evangelización mundial? R.- En la conferencia de Edimburgo había menos de 10 personas del mundo no-occidental. Durante el siglo XX la evangelización se ha convertido en un fenómeno global y ha crecido inmensamente de quizá menos de 20 millones a más de 260 millones de personas. Esto es fruto de una empresa misionera a nivel mundial. Los participantes en Ciudad del Cabo representaron este cambio, ya que más del 60% de los participantes venían del mundo no-occidental. Además, en los últimos 20 años, la iglesia global se ha enfrentado a nuevos retos con el aumento del Islam y del fundamentalismo religioso. Los retos del Nuevo Ateísmo, la violencia étnica, y la guerra en lugares como Ruanda, Burundi, Yugoslavia, etc., la aparición de la era digital y el incremento en la saturación de la sociedad por la imaginería visual que supone retos para la fe que enfatiza la Palabra de Dios son temas que necesitan tratarse si buscamos ser testigos de Cristo en todas las áreas de la sociedad del siglo XXI. El objetivo del congreso era proveer un nuevo reto para la iglesia global en sus intentos por convertirse en testigo de Cristo en todas partes del mundo, tanto desde el punto de vista geográfico como de todas las esferas de la sociedad, incluyendo el campo de las ideas. Nuestra esperanza es que el Compromiso de Ciudad del Cabo sea un documento útil para todas las iglesias y denominaciones en el mundo. Muchas agencias misioneras y grupos de liderazgo están decididos a trabajar con el documento para debatir sus implicaciones para nuestro testimonio en el siglo XXI. Más aún, muchos eventos nacionales han tenido lugar en diversos países alrededor del mundo, especialmente en Latinoamérica y Sudáfrica en los últimos tiempos, ya que los líderes de las iglesias buscan emplear el documento como medio para reflexionar sobre lo que implica para su propio testimonio hoy en día. P.- ¿Podrá ser el Compromiso de Ciudad del Cabo de utilidad para todas las confesiones? Me parece que se reconoció en él que hay muchos seguidores de Cristo de otras tradiciones. R.- Creo que el hecho de que existen seguidores de Cristo que pertenecen a otras tradiciones se reconoció en el documento. P.- ¿Cómo llamar a la Iglesia a volver a la humildad, la integridad y la sencillez, de modo que podamos dar un testimonio eficaz en medio de un mundo relativista y globalizado? R.- Esto se puede hacer a través de una enseñanza bíblica clara y a través del ejemplo y modelo establecido por líderes sénior de la iglesia local, nacional e internacional. No hay una solución rápida para este reto. P.- Al día de hoy, ¿podemos decir que hemos sido fieles a los compromisos adquiridos en el año 1974 de dar testimonio de Jesucristo en todo el mundo? ¿Y qué de la Misión Integral? ¿Hay motivos para regocijarnos de todo esto? R.- No hay duda de que el Acuerdo de 1974 marcó un hito en la historia evangélica. Fue quizá el documento más influyente nunca producido por la iglesia evangélica o, de hecho, por la iglesia global en el siglo XX. Tuvo un profundo impacto en la iglesia global en su búsqueda por aunar la proclamación del evangelio y los ministerios de compasión. Podemos estar agradecidos por este desarrollo, ya que percibimos en el ministerio de Jesús una combinación de su preocupación por predicar el evangelio y ejercitar la compasión. Este modelo está mejor ejemplificado en la manera en la que Jesús predicó el evangelio a 5.000 oyentes y luego les dio de comer. Sus seguidores querían que Jesús despidiera a sus oyentes después de haber escuchado su mensaje, pero él insistió en que debían tanto escuchar el evangelio como beneficiarse de su ministerio compasivo. Deberíamos seguir este modelo hoy en día. P.- ¿Han subido los índices de misericordia y han aumentado las voces que denuncian y se oponen a todo lo que oprime y explota a los pobres? R.- No lo sé, pero ciertamente parece que hay una alta incidencia de líderes en la iglesia global hablando de la opresión y expresando su preocupación por los pobres. Desde el punto de vista histórico, la iglesia siempre ha manifestado su preocupación. Debemos, por supuesto, hacerlo mientras buscamos proclamar el evangelio hasta los confines de la tierra, lo que Jesús nos llamó a hacer hasta que él regrese. No habrá un tiempo, hasta el regreso de Cristo, en el que podamos relajarnos en nuestros esfuerzos por proclamar el evangelio en toda la tierra. Pero todo ello debe ir acompañado por corazones compasivos. P.- ¿Debemos los evangélicos participar activamente en la esfera de lo público? R.- Sí. Nuestros modelos para ello en la Biblia son gente como José, Nehemías y Daniel, quienes ejercieron su influencia piadosa en culturas paganas. Si no creemos y argumentamos que la voz cristiana debería oírse en todas las áreas de la sociedad, negamos la aplicación del Señorío de Cristo sobre toda la creación. Me gustan las palabras de Abraham Kyper, quien dijo: “No hay un centímetro de la existencia humana al que Cristo, quien es Señor de todo, no pueda señalar y decir: ‘¡Es mío!”. Cuando, por ejemplo, Pablo anima a los esclavos en Colosenses 3 a regocijarse, a dar gracias en cualquier circunstancia y a buscar ejercitar un testimonio piadoso, incluso en los hogares de sus dueños, no creo que esté justificando la esclavitud. Más bien creo que está tratando de indicar que, incluso si estamos involucrados en el trabajo más poco atractivo y de más ínfima importancia, incluso allí podemos glorificar a Dios con un corazón agradecido y una disposición piadosa. Si Pablo llama a los creyentes del siglo I a hacer eso incluso en medio de la esclavitud, seguramente no hay una ocupación donde el hombre no pueda buscar ejercitar una influencia piadosa y actuar como la sal en esa área de la sociedad. Nuestro llamamiento, como dice John Stott, es permanecer moralmente diferenciados, sin ser socialmente segregados. A menudo existe una confusión entre los dos cuando los creyentes piensan que sólo pueden retener su distinción moral si se segregan socialmente. Pero eso no es lo que hizo Jesús, así que nuestra justificación teológica para el compromiso en cada área de la sociedad es la encarnación de Jesús, quien vino y vivió entre nosotros en un mundo caótico. No le preguntó al Padre si podía venir en un traje espacial porque estábamos sucios y contaminados. Vino y vivió entre nosotros, de tal manera que fue llamado el “amigo de los pecadores” por los religiosos hipócritas. Quizá la pregunta que algunos de nosotros nos tengamos que hacer sea: “¿Tenemos algún pecador como amigo?”. P.- ¿Y utilizar la ventaja de los medios de comunicación, las nuevas tecnologías y el arte para difundir el evangelio? R.- El advenimiento de los medios de comunicación y de las nuevas tecnologías es un desarrollo similar al de la imprenta en el siglo XVI. Imagina lo que hubiera pasado si los primeros Reformadores hubieran rechazado el uso de la nueva imprenta desarrollada por John Gutenberg. Desde una perspectiva histórica, los escritos y sermones de Lutero y Calvino, entre otros, penetraron en Europa por la imprenta. Al mismo tiempo, las nuevas tecnologías del siglo XVI se emplearon para producir mucha literatura perturbadora y de poca ayuda. Lo mismo puede decirse de las nuevas tecnologías. Pueden emplearse mal, pero también pueden proporcionar a los creyentes una oportunidad para conectar con gente de formas que eran antes impensables. En el mundo musulmán, por ejemplo, las agencias misioneras que usan la televisión y las nuevas tecnologías pueden acceder a hogares que antes estaban cerrados al evangelio, ya que buscan desarrollar programas de televisión, páginas web, etc., que directamente responden a algunas de las reconocidas necesidades y preocupaciones de los musulmanes. Esto está claramente ablandando el terreno y mucha gente se ha convertido al cristianismo en el norte de África, especialmente como resultado de ministerios que emplean la televisión, la radio y otros medios. Seguramente podamos emplear esta tecnología para obtener ventajas similares en otras partes del mundo. El movimiento estudiantil en Taiwán, por ejemplo, tiene una página web en la cual cuelga artículos defendiendo la autenticidad y veracidad del evangelio cristiano. Reciben al menos 20.000 visitas al mes de China, ya que la gente está leyendo estos artículos. Igualmente, las artes visuales son un regalo provisto por nuestro Dios creador que pueden emplearse para expresar tanto belleza como nuestro estado caído. De alguna manera, el arte es como la filosofía o la visión del mundo puesta sobre un lienzo. Al buscar ser testigos de Cristo de todas las formas posibles, necesitamos reconocer que la gente entiende a través de lo que oye, igual que a través de lo que ve. Por supuesto, al explicar el evangelio verbalmente, podemos hacerlo con mayor precisión y claridad, pero la imaginería visual puede proveer medios para expresar y para responder a las visiones del mundo, comunicando parte de la belleza de la creación de Dios y articulando la verdad bíblica a través de medios visuales. Tendrá que apoyarse siempre, sin embargo, en un estilo de vida piadoso, oración intercesora y testimonio verbal. Gracias, Lindsay, por colaborar con nosotros por segunda vez en este espacio de difusión de noticias y reflexiones evangélicas. Gracias por haber sido tan gentil y diligente al responder a nuestro llamado. Traducción: Miriam Borham Puyal (Universidad de Salamanca)

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