Manipulación genética celular del ser humano

El hombre, como objeto de estudio de la manipulación genética, puede ser investigado según los diferentes estratos de su organización biológica.

18 DE JUNIO DE 2011 · 22:00

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Es decir, a nivel molecular (el ADN, que vimos la pasada semana), celular (que veremos en este artículo); y también embrionario, como individuo adulto o desde el punto de vista de las poblaciones, aspectos estos últimos que trataremos en los próximos artículos. MANIPULACIÓN DE CÉLULAS En el cuerpo humano coexisten dos clases de células bien distintas. Las somáticas que constituyen la inmensa mayoría de los tejidos o estructuras orgánicas y las germinales que sólo son los óvulos y espermatozoides. Es obvio que la manipulación genética de las primeras no supone ningún problema ético. Los cultivos celulares, análisis de sangre, biopsias para detección de cánceres y demás estudios de tejidos humanos, se vienen realizando desde hace bastante tiempo y suelen ser prácticas habituales generalmente aceptadas. Otra cosa diferente son las células germinales. La capacidad de generar a todo el individuo después de la fecundación, las hace especialmente importantes desde la perspectiva ética. Manipular genéticamente un gameto puede tener importantes repercusiones sobre el individuo que nazca. De manera que, tanto desde el punto de vista genético como bioético, hay una gran diferencia entre uno y otro tipo de células. Un experimento delicado que se da con relativa frecuencia en los laboratorios de reproducción y que tiene que ver con la fecundación “in vitro” entre especies distintas, es el llamado test del hámster. Se trata de una técnica utilizada para analizar los cromosomas presentes en el espermatozoide humano.Como el paquete haploide formado por los 23 cromosomas masculinos es tan compacto, resulta imposible observarlos al microscopio. Lo que se hace es fecundar un ovocito de hámster con un espermatozoide humano.Cuando el cigoto híbrido hombre-hámster así obtenido alcanza la fase de mitosis, durante la división del pronúcleo masculino, los cromosomas del hombre se hacen claramente visibles y pueden ser filmados o fotografiados. Aún teniendo en cuenta que tal embrión interespecífico es inviable y que el objetivo es estudiar los cromosomas humanos, lo cierto es que esta práctica crea un verdadero problema ético. ¿Es aceptable la creación de embriones híbridos entre el hombre y otros animales? ¿Qué ocurriría si se fecundasen óvulos de chimpancé, gorila u orangután con esperma humano? ¿serían también inviables? ¿hasta qué estado de desarrollo embrionario sobrevivirían? En nuestra opinión tales prácticas rebasan el límite ético que puede permitirse en investigación científica. Como señala el profesor Lacadena: “el caso del test del hámster es un ejemplo clarísimo de lo que sucede muy frecuentemente: que las normas éticas y jurídicas van por detrás de los hechos científicos. Se trata de justificar éticamente o regular jurídicamente lo que ya es una realidad en el campo de la biomedicina” (Lacadena, 1992: 477). Esta es una de esas tendencias de la sociedad que, desde luego, habría que cambiar.

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