Marcos Vidal: sueño que traspasemos las barreras de la comodidad

Una entrevista al conocido músico y cantautor Marcos Vidal, realizada por Jacqueline Alencar.

13 DE NOVIEMBRE DE 2010 · 23:00

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Marcos Vidal es además pastor y poeta. Su obra discográfica es ampliamente valorada. Ahora nos deja conocer algo más de su trayectoria cristiana. ¿Cuál ha sido el milagro más glorioso que ha vivido? La experiencia del perdón de Dios. Saberme amado y querido por Dios a pesar de mí mismo. Cara a cara ha sido su producción más vendida en todo el mundo, incluso fue galardonada, en 1997, con el International Award GMA. Imagino que muchos de los que compraron el disco se sintieron y sienten impactados por el mensaje de Esperanza transmitido. ¿Es la música un instrumento excelente para llevar el mensaje de salvación? Sí, desde luego. La música es un arma y sirve para muchas cosas, entre ellas llevar el mensaje de esperanza al mundo entero. Creo que nunca debemos subestimar el poder y el valor de la música. Desde adolescente ya participaba activamente en la iglesia donde su padre era pastor, y muy joven, me parece que con 26 años, inicia su ministerio pastoral. Esta experiencia le da argumentos para aconsejar a los jóvenes. ¿Qué les diría a aquellos que se apartan en busca de nuevas experiencias? Pues yo les diría que hay cosas que uno no necesita probarlas para saber cuál será el resultado final. No necesito probar la droga para saber que es destructiva. Del mismo modo, no necesitas buscar experiencias que te alejan de Dios, para averiguar qué pasa. Sólo pueden pasar dos cosas al final. O bien, que vuelvas arrepentido y roto con un montón de tiempo perdido, o que ni siquiera puedas volver. ¿Encaja el arte dentro de nuestras iglesias? En pleno siglo XXI, ¿es fácil ser comprendido si eres músico, poeta, pintor, escritor, escultor…? Yo creo que el arte siempre corre el riesgo de ser malinterpretado o no ser bien entendido. Pero creo también que es labor del artista tratar de hacerse entender en la generación que le ha tocado vivir. No me identifico con la visión fatalista y victimista de algunos artistas, esa idea de que “nadie nos comprende”. A lo mejor es que no estamos expresándonos bien. Su disco Pescador expresa la pasión de un hombre por llevar la Palabra del Señor a todas las naciones. Pregunto: ¿Actualmente, tenemos listas las redes y las barcas? ¿Amamos de tal manera a los hombres que no nos importa el riesgo que podamos correr saliendo fuera de nuestros locales? ¡BUF! Yo creo que la iglesia necesita una revolución en ese sentido. Cuanto más leo el evangelio, más me impresiona que Jesús pasaba mucho tiempo en la calle, con la gente. Su ministerio se centró en ir a donde estaba la gente, el pueblo. En la medida que invirtamos ese proceso, tratando de que la gente venga a donde estamos nosotros, estaremos diluyendo la esencia de la metodología del evangelio: Jesús viene donde estoy yo. Creo que no clamamos suficientemente por España. ¿Está de acuerdo? ¿Tal vez no estamos dispuestos a entregarle nuestras posesiones, nuestros corazones al Señor de señores? Desde luego, nos falta aprender mucho de los héroes de la fe y de oración. Yo sueño con que consigamos avivar el fuego dentro de las iglesias y logremos traspasar las barreras de comodidad que nosotros mismos nos hemos trazado, en consonancia con la sociedad consumista de la que somos parte. Satisface el hecho de que la música cristiana, a través de su persona, y la de otros hermanos, esté introduciéndose en otros puntos de la geografía mundial. ¿Estaríamos hablando de un aspecto positivo de la globalización? No lo sé. Desde luego sí es una satisfacción llegar a un sitio en el que no conoces a nadie y comenzar a cantar y experimentar que todos cantan contigo porque de algún modo han hecho suya esa canción, ha llegado a formar parte de su propia experiencia en algún punto. Esa sensación es indescriptible. ¿Cómo se consigue el equilibrio entre ministerio pastoral y familia? Sé de sus múltiples actividades y proyectos, y éste es un tema que está candente en estos momentos. Es de lo más difícil. Pero creo que es lo más importante también. Y pienso que el equilibrio se produce cuando uno se plantea las prioridades con claridad y las lleva a rajatabla. Sin improvisaciones. Es una cuestión de coherencia con las prioridades a la hora de rellenar la agenda. ¿Cuáles, piensa, son los retos para los evangélicos en un futuro próximo? Conseguir ser relevantes en medio de una sociedad cada vez más secularizada, tanto con nuestro mensaje como con nuestra presencia en la sociedad. ¿Cómo podemos marcar la diferencia en una sociedad que se desintegra? Siendo exactamente lo que Jesús dijo que somos: Luz del mundo y sal de la tierra. Dediquémonos a ser eso, Iglesia, en lugar de hacer otro tipo de cosas que también otros pueden hacer. Hay algo que sólo la iglesia puede hacer en el mundo. Nadie más. Y eso es ser la luz, traerles a Jesús, mostrarles la verdadera vida de Dios en el día a día. Para eso es necesario estar presentes en todos los estratos de la sociedad, no escondidos en nuestras cuevas o en nuestros templos. No creando una subcultura paralela, sino estando aquí. Al fin y al cabo es lo que Jesús oraba en Juan 17. Constatamos que también se preocupa por los que sufren. Lo transmite en las canciones como Magerit, un homenaje a los muertos del atentado del 11M, y Tu costado sigue abierto, una reflexión sobre el atentado del 11S. Y siente dolor por los jóvenes caídos, los niños abandonados; clama contra las injusticias para después consolarnos con Buscadme y viviréis. Clamar contra las injusticias, sensibilizarnos y entrar en acción a favor de los que sufren nos hace parecernos más a Cristo. Él padeció por nosotros; sabe lo que es sufrir y se solidariza… Creo que como cristianos no podemos cerrar los ojos ante el dolor que nos rodea. Tenemos que enfrentarlo, sentarnos entre la gente y llorar con los que lloran, para poder darles una respuesta desde la cercanía, tal y como Jesús mismo lo hizo. Si no, ¿qué hacemos aquí? ¿Música y poesía se han fusionado en su persona para darle a Dios la gloria y la alabanza que se merece? No lo sé. Trato de darle la gloria a Dios con todo lo que hago. Veo que no ha olvidado a los niños; realizando un excelente trabajo para ellos titulado: El Arca. ¿Es que podemos olvidar las palabras de Jesús cuando dice en Mateo 25:40: Os aseguro que todo lo que hicisteis por uno de mis hermanos, aun por el más pequeño, por mí lo hicisteis. Los niños son lo más cercano a Jesús que tenemos entre nosotros. Van por delante de nosotros y deberían ser nuestros grandes maestros en muchas cosas. Un niño es siempre una joya. Seguro que no se han cumplido todos sus sueños, pero gran parte sí; sin embargo, detectamos que no se ha dejado envolver por las mieles de la fama, sigue siendo una persona muy asequible, doy fe de ello, y que utiliza sus logros obtenidos para ayudar a otros. Creo que es importante recordar siempre quiénes somos y quiénes no somos. Conchi, su esposa, ¿ha inspirado algunas de sus letras? Desde luego que sí. “Uña y carne” es culpa de ella, así como “El día viene” y algunas más. ¿Cuáles los retos de Marcos Vidal para un futuro próximo? Ahora mismo estoy muy metido en el trabajo de iglesia en Madrid. Nos encontramos en medio de una transición, esperando papeleo burocrático para poder construir un lugar de reunión que pretendemos sea mucho más que una iglesia y se convierta en un punto de referencia para muchas personas que necesitan a Dios. En Salamanca soñamos que algún día sea posible escuchar su canción Una misma visión en cualquier punto de la dorada ciudad, y muchos puedan oír… y, quién sabe, sean cambiados sus corazones de piedra… Se cumplirá, si Él lo quiere, ¿no lo cree? Si el Señor así lo dispone, seguro que sí. Salamanca es una ciudad que me encanta y me trae muchos recuerdos buenos. Espero poder visitarla muy pronto con la ayuda de Dios. Gracias, hermano, por hacernos ver que música y poesía forman una bella alianza para que cale el mensaje de Esperanza. Y también porque sabe Clamar por España.

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