En los cien años de Miguel Hernández (II)

Miguel Hernández nació en Orihuela, provincia de Alicante, el 30 de octubre de 1910. Veinte días después moría el gran novelista ruso León Tolstoi. Miguel procedía de una familia pobre; el padre se dedicaba a la compra y venta de cabras. A los diez años inició sus primeros estudios, que abandonó cinco años más tarde por decisión paterna. El paisaje escolar fue sustituido por las tareas del campo y el pastoreo"/>

Miguel Hernández, el «pastor poeta» y soldado

En los cien años de Miguel Hernández (II)

Miguel Hernández nació en Orihuela, provincia de Alicante, el 30 de octubre de 1910. Veinte días después moría el gran novelista ruso León Tolstoi. Miguel procedía de una familia pobre; el padre se dedicaba a la compra y venta de cabras. A los diez años inició sus primeros estudios, que abandonó cinco años más tarde por decisión paterna. El paisaje escolar fue sustituido por las tareas del campo y el pastoreo

12 DE JUNIO DE 2010 · 22:00

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Quien años después sería conocido en toda España como el “pastor poeta” encontró en el nuevo paisaje de horizontes abiertos el próximo trigo que germinaría en hermosas espigas de verano. Según confesión propia, Miguel Hernández empezó a escribir a los 15 años. Su primer poema fue publicado cumplidos los 19, el 13 de enero de 1930. El semanario local “El Pueblo de Orihuela” dio a conocer la poesía Pastoril. Era el título de su propia vida. A este primer poema siguieron otros en publicaciones diversas. A principios de diciembre de 1931 realizó un primer viaje a Madrid, donde permaneció hasta mayo del año siguiente. Entró en contacto con destacadas personalidades de las letras españolas contemporáneas: Concha Albornoz, Ernesto Giménez Caballero, Carmen Conde, Federico García Lorca y otros. El 13 de agosto de 1933 conoció en la feria de Orihuela a la que luego sería su mujer e inspiradora de desgarrados poemas de amor, Josefina Manresa. En marzo del año siguiente el Ayuntamiento de Orihuela le concedió una beca “para que se depure” en Madrid. En este segundo viaje a la capital llevó su primer libro, PERITO EN LUNAS, aparecido en enero de 1933 y alabado por la crítica literaria del momento. Miguel Hernández empezaba ya a ser alguien en la literatura española.
Por aquellas fechas trabajaba con José María Cossío y conoció a Pablo Neruda, a Juan Ramón Jiménez, a Manuel Altolaguirre. Escribía versos y teatro, pronunciaba conferencias…. El inicio de la guerra civil española, en julio de 1936, le sorprendió en Madrid. El 29 de dicho mes se trasladó a Orihuela, pero regresó a Madrid en septiembre y se incorporó como voluntario al ejército republicano. En los tres años que duró la contienda, Miguel Hernández escribió mucha poesía social. La guerra y sus consecuencias están inevitablemente presentes en sus poemas de entonces. Fue nombrado comisario político e hizo un rápido viaje a Moscú. Escribió artículos a favor de la República, arengó a las tropas en los frentes de batalla. En plena contienda, el 9 de marzo de 1937, contrajo matrimonio civil en Orihuela con Josefina Manresa. El 4 de mayo de 1938, cuando pretendía viajar a Portugal, fue detenido y entregado a la policía española en Huelva. Empezaba así para Miguel una peregrinación carcelaria, una interminable tortura mental y física. Fue encerrado, sucesivamente, en cárceles de Huelva, Sevilla y Madrid. El 15 de septiembre de 1939 se le concedió la libertad de forma imprevista. Tal vez fuera una trampa. Retornó a Orihuela, al calor de la familia, pero de nuevo fue encarcelado 14 días después. Otro traslado a Madrid. Fue condenado a la pena de muerte, pero se le conmutó la sentencia por 30 años de cárcel. Tras una breve estancia en la prisión provincial de Palencia, le llevaron nuevamente a Madrid, al penal de Ocaña. El 17 de mayo de 1941 le condujeron al Reformatorio de Adultos de Alicante. Su salud se había deteriorado a consecuencia de las penalidades sufridas en las cárceles. Estaba muy enfermo. Murió en Alicante el 28 de marzo de 1942. Una semana antes formalizó su boda con Josefina por el rito católico. Según confesión del poeta, Miguel lo hizo cediendo a los deseos de su mujer, sin convicción alguna.
Artículos anteriores de esta serie:
 1Miguel Hernández, hijo de la luz y de la sombra 

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