La misión cristiana en la postmodernidad

“La misión cristiana en la postmodernidad”, tercer y último artículo de una serie de Jaume Llenas sobre Fe y postmodernismo.

06 DE JULIO DE 2007 · 22:00

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Fe y postmodernismo (III y final)

¿Cuáles son las principales características de la postmodernidad que inciden en el ministerio y la misión del cristiano de nuestro tiempo?. Vamos a citar solo las dos más importantes: el problema de la Verdad y la diversidad de morales y estilos de vida. Para acabar esta serie, trataré algo no menos importante: la postmodernidad como oportunidad para el Evangelio y la fe cristiana. Como ya dijimos, nuestra sociedad no concibe que la verdad pueda conocerse. Entiende que cada uno de nosotros conocemos una porción de la verdad. EL PROBLEMA DE LA VERDAD El problema es que estamos acostumbrados a presentar un Evangelio en clave moderna. Proclamamos un evangelio que son cuatro reglas espirituales, y muchas veces lo presentamos como un esquema doctrinal. Los postmodernos no están interesados en la teoría del Evangelio. Son subjetivos, mientras nosotros enfatizamos la objetividad. La evangelización moderna enfatiza la conversión de impacto. Presentar el evangelio como un esquema claro, reducido a unas simples leyes. Aceptar ese mensaje y convertirse con una oración. La evangelización postmoderna es distinta, es una conversión de proceso. Oye el evangelio de un amigo al que conoce y es parte de una relación que ambos comparten. Va entendiendo aspectos parciales del evangelio y va tomando decisiones que le llevan a recibir a Cristo. Finalmente el cambio es total, absoluto, pero se ha llegado a él por un proceso. En nuestro continente se necesita presentar el evangelio unas 8 veces de promedio para que una persona acepte el evangelio. Eso es difícil realizarlo fuera de una relación continuada de amistad. Alguno podría pensar que son malos tiempos para la Biblia, ya que ésta pretende ser la Verdad. Sin embargo no necesariamente los postmodernos van a rechazar la Escritura. Aunque sí es cierto que van a rechazar algunas formas concretas de presentarla. Tenemos que huir de una aproximación que es sólo doctrinal. Las Escrituras tienen aspectos que son muy prácticos para problemas prácticos. Fijaos que hemos huido de muchos temas que preocupan a la gente. Por ejemplo, casi nunca se predica en la Iglesia sobre la teología del trabajo. A lo que dedicamos más tiempo de nuestra vida es a algo a lo que no le dedicamos espacio en nuestras predicaciones. Eso se extiende a muchas otras áreas. Acostumbramos a hacer mensajes relacionados con la vida de la Iglesia. La Iglesia mirando hacia su interior. Una Iglesia de tiempo libre. En lugar de esta aproximación doctrinal, tenemos que recuperar la costumbre de Jesús de ser contadores de historias. De historias de la vida diaria. Eso no implica ser menos profundos, implica tener otra aproximación a los temas. No tengo la sensación de que Jesús fuera menos profundo que Pablo, sin embargo sus formas literarias son muy distintas. DIVERSIDAD DE MORALES Y ESTILOS DE VIDA Nuestros amigos, compañeros de trabajo, vecinos, etc. no creen que exista un estilo de vida único. No creen que nadie, y menos Dios tenga el derecho a fijar las normas con las que tenemos que vivir. Ellos encuentran que todos los estilos de vida son aceptables, en tanto que no hagan daño a los otros. Además aquellos que critican los estilos de vida de otros les parecen intolerantes y los eliminan de su entorno. Muchas veces nos sentimos con la obligación de criticar el estilo de vida que es incompatible con la ética de Dios. Y por supuesto que tenemos que hablar de lo que es moralmente correcto y de lo que no lo es. La base para que alguien se vea como pecador, es el conocimiento de la ética eterna de Dios. Pero es distinto de pretender que una persona no creyente tenga una ética cristiana. Dios no espera eso. Dios no nos pide eso. La ética cristiana es algo que Dios espera de los cristianos. De los no creyentes Dios espera arrepentimiento y fe. La santidad es la respuesta de la fe, no el a priori de la fe. LA POSTMODERNIDAD COMO OPORTUNIDAD Permitidme que sea tremendamente optimista con la proclamación del Evangelio en un entorno postmoderno. Por una parte, la postmodernidad también tiene aspectos que son positivos y que facilitan la extensión del reino de Dios, como son: - La tendencia hacia la sensibilidad espiritual Al contrario de los modernistas, los postmodernos son sensibles a los temas espirituales. No todos tienen la misma, pero están más abiertos que las generaciones anteriores. Están buscando su propia espiritualidad personal. Aunque será una espiritualidad experimental, mucho menos teórica - Su necesidad de guías espirituales, y eso es parecido al concepto de discipulado. Por eso, comienza con Jesús. Cuéntales de él, y deja que se impresionen con su mensaje y su persona. Cuéntales la historia de su vida. Presenta a Jesús en el marco de una relación. - Les gusta la comunidad, el grupo Puede que sean más fieles en la Iglesia, siempre que la Iglesia no sea un grupo de control. Las estructuras de liderazgo tienen que ser flexibles, más por el ejemplo que por medios coercitivos. Por otra parte, el carácter de Dios y la historia de la Iglesia me hacen ser tremendamente optimista. El mensaje cristiano comenzó a ser predicado en un entorno tradicional, y la Iglesia llegó a conquistar todo el mundo conocido, al cabo de trescientos años había llegado a ganar el corazón del imperio romano. Al cambiar el esquema cultural con la modernidad, surgieron las iglesias protestantes y evangélicas, y llegaron con el evangelio a una gran parte del mundo conocido que se amplió muchísimo. Ahora hay más creyentes que nunca y el evangelio sigue creciendo en la tierra. Estoy convencido que también en los lugares en donde la Iglesia está en retroceso, que coincide con los países que han adoptado la postmodernidad, también vamos a ser capaces de comunicar en ellos el evangelio. La postmodernidad no es peor que la cultura tradicional o que la cultura moderna. El evangelio como cosmovisión alternativa siempre ha tenido que predicarse en un entorno difícil y ajeno. Nunca el mundo ha puesto las cosas fáciles. Siempre ha habido guerra entre el mundo y el reino de Dios.
Artículos anteriores de esta serie:
 1El postmodernismo 
 2Biblia, cultura y postmodernidad 

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