Líbano y las consecuencias de “ignorar las peticiones” de la población

Desde mediados de octubre el país es testigo de manifestaciones multitudinarias que han provocado la dimisión del primer ministro. “Si el gobierno quiere parecer creíble debe dar paso a personas competentes, creíbles, íntegras y patriotas”, han manifestado los cristianos. 

Redacción PD

BEIRUT · 11 DE DICIEMBRE DE 2019 · 11:45

Una manifestación en las calles de Beirut. / Shahen Araboghlian, Wikimedia Commons,
Una manifestación en las calles de Beirut. / Shahen Araboghlian, Wikimedia Commons

Todo comenzó con el anuncio de un impuesto de 18 céntimos de euro al uso de la aplicación de mensajería instantánea WhatsApp. La medida entraba dentro de un paquete de subida de otras tasas, como el IVA, y de reducción de sueldos y pensiones en el funcionariado público. Sin embargo, fue la gota que colmó el vaso y sacó a las calles de las principales ciudades del Líbano a miles de personas para protestar contra la austeridad de un gobierno que carga con una de las deudas externas más abultadas del mundo, del 150% del PIB.

En apenas dos meses, desde el 17 de octubre, cuando tuvo lugar la primera manifestación, las protestas han dejado siete muertos, tensos enfrentamientos entre militares y civiles, y la vacante del cargo de primer ministro, después de la dimisión de Saad  Hariri el pasado 30 de octubre. “He intentado encontrar una salida, escuchar la voz del pueblo y proteger la economía y la seguridad del país de los peligros sociales. He llegado a un callejón sin salida. Es hora de que tengamos un gran shock para afrontar la crisis”, señalaba el exprimer ministro libanés.

Desde entonces, el cargo ha quedado vacío, evidenciando la ingobernabilidad en la que se encuentra el país. Mientras, cada vez más personas han salido a las calles para manifestarse contra lo que consideran una clase política que se basa en un statu quo limitado. Manifestaciones en las que hasta siete personas han perdido ya la vida. 

 

LA COMUNIDAD CRISTIANA PIDE RESPUESTAS AL GOBIERNO Y SE OFRECE PARA MEDIAR

En un comunicado conjunto publicado a finales de octubre, las comunidades católica, ortodoxa y evangélica de Líbano han reconocido que “la gente no se habría alzado si su dolor no se hubiera vuelto insoportable” y han asegurado que “el Estado libanés ha persistido en su desviación, terquedad y corrupción hasta que la gente no ha tenido más remedio que revelarse”. “Han tomado las plazas y calles de nuestros pueblos y ciudades, y han pedido el establecimiento de ‘un estado civil’, una idea originalmente anclada en la propia Constitución libanesa. Han llamado a la ‘sociedad civil’, habiendo sido inspirada por sus valores espirituales que durante mucho tiempo han caracterizado la historia del Líbano”, han añadido los líderes de las diferentes confesiones cristianas.

Sin renunciar al tono crítico respecto al gobierno que se desprende del conjunto del texto, los diferentes líderes cristianos acusan al ejecutivo de "ignorar las peticiones" de la población y urgen a “tomar medidas serias, radicales y valientes para sacar al país de esta importante crisis”. “Hacemos un llamado para transformar el comportamiento de los gobernantes, garantizando que se conviertan en buenos, justos e imparciales”, puede leerse en el documento. Además, se ofrecen al presidente libanés, Michel Aoun, a quien exigen que “comience inmediatamente una ronda de consultas con la comunidad de líderes políticos y religiosos para responder de forma adecuada a las peticiones de la gente”. 

 

La violencia se ha ido intensificando más en las protestas con el paso de las semanas, hasta dejar siete muertos. El ejército ha disparado a los manifestantes en varias ocasiones. / Shahen Books, Wikimedia Commons

En su declaración conjunta, los líderes de las diferentes confesiones cristianas en el país también han pedido a los protestatarios que “designen interlocutores para alcanzar soluciones efectivas” y han exigido a la comunidad internacional que “no abandone su rol de apoyo a la primera democracia surgida en Oriente Medio, y que preserve el primer experimento de coexistencia entre cristianos y musulmanes establecido después de la Primera Guerra Mundial”. 

También el Consejo Supremo Evangélico de Siria y Líbano se ha manifestado al respecto de la situación pidiendo a las iglesias “presionar al gobierno para que hable con la gente”. “No hay diálogo. Pienso que el rol de la iglesia es reunir a los dos partidos”, ha señalado el presidente de la entidad Joseph Kassab en referencia a las dos grandes alianza de formaciones políticas que dividen la Cámara de los Diputados.

 

UNAS PROTESTAS CON ROSTRO JOVEN

Los jóvenes, que representan al 30% de la población libanesa, han tomado parte del liderazgo del movimiento de protestas. Con un paro juvenil que se sitúa en el 15% para los hombres de entre 15 y 24 años, y en el 21% para las jóvenes, según datos del Banco Mundial correspondientes a este 2019,  las generaciones posteriores a la Guerra Civil del Líbano son uno de los sectores demográficos más perjudicados por la situación económica del país. 

Desde la comunidad de estudiantes evangélicos del país (LIVF, por sus siglas en inglés), han manifestado su preocupación por la situación que se está viviendo en Líbano. “Un incendio amenaza nuestros cedros. La universidades están cerradas, las autopistas bloqueadas. Hay corrupción política y los libaneses del norte y del sur están frustrados. Pero hay esperanza”, han señalado. Además, han pedido oración “para que los estudiantes puedan ser luz de Jesús en todo lo que hacen”.

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