Congreso pro familia en Verona tuvo participación evangélica

La próspera ciudad de Verona, escenario del célebre drama de amor de William Shakespeare “Romeo y Julieta”, autoproclamada en 2018 ciudad “pro-vida”, fue sede de la decimotercera edición del Congreso Mundial de Familias que culminó ayer con la Marcha de las Familias. 

Bajo el lema "El viento del cambio: Europa y el movimiento global pro familia", las sesiones se desarrollaron a puertas cerradas. A partir del viernes 29 un fuerte operativo de seguridad custodió el Palacio de la Gran Guardia, y las fuerzas del orden público vigilaron la multitudinaria manifestación de protesta promovidas por grupos feministas y comunidad LGBTI que el sábado copó las calles céntricas de Verona.

El evento, creado en 1997, fue inaugurado por el estadounidense Brian Brown, presidente de la Organización Internacional de la Familia, la red que organiza anualmente un congreso mundial con el objetivo de “afirmar, celebrar y defender a la familia natural como única unidad fundamental y sostenible de la sociedad”.

La edición 2019, la más controvertida de los últimos años, fue presidida por Antonio Brandi, quien en los días previos al evento manifestó que nunca había visto “tanto odio a las personas que no hicieron nada malo”, en alusión a declaraciones y anuncio de manifestaciones de protesta de parte de colectivos feministas y LGBT.

Durante el desarrollo del congreso, grupos antiaborto repartieron fetos de plástico entre los asistentes con el lema “el aborto detiene un corazón que late”. 

PARTICIPANTES

Entre los invitados especiales figuraron demás del obispo de Verona, Giuseppe Zenti, el presidente de la región Veneto, Luca Zaia, exponente de la Liga, la ministra húngara de la Familia, Katalin Novak, el líder de la iglesia ortodoxa rusa, Dimitri Smirnov y el presidente de Moldavia, Igor Dodon. 

Por Italia asistieron, entre otros, el viceministro de gobierno y titular del Interior, Matteo Salvini y sus compañeros de partido en la Liga, los ministros de la Familia y la Discapacidad, Lorenzo Fontana, y de Instrucción, Universidad e Investigación, Marco Bussetti, junto a exponentes de Fuerza Italia y Hermanos de Italia.

Entre los participantes que presentaron ponencias estuvieron Ignacio Arsuaga, presidente de Hazteoir y CitizenGO, el médico Massimo Gandolfini, uno de los mayores exponentes de los movimientos que se oponen al aborto, y Giacomo Ciccone, presidente de la Alianza Evangélica Italiana.

TENSIÓN EN EL GOBIERNO

El primer ministro de Italia, Giuseppe Conte se distanció de la realización del congreso, precisando que el criterio fundamental que inspira las acciones de su gobierno es el respeto de las personas y su dignidad individual y social, al margen de la orientación sexual y las decisiones tomadas en la vida privada, la cual es protegida ante cualquier interferencia indebida.

El gobierno italiano tuvo que retirar su logo de apoyo al congreso por las protestas de agrupaciones feministas y de defensa de las personas LGBT, sin embargo varios ministros, entre ellos el ministro para la Familia, Lorenzo Fontana, así como líderes de la derecha y extrema derecha dieron su apoyo al encuentro y estuvieron presentes. Se destacó especialmente la participación de Matteo Salvini, líder de la Liga y viceprimer ministro, lo cual generó polémicas y roces con el aliado de gobierno, la formación antisistema Movimiento 5 Estrellas.

"La visión del mundo que defiende ese congreso es el de la Edad Media, que considera a la mujer como una sumisa", declaró el viernes el líder del M5E y también viceprimer ministro, Luigi Di Maio, en una entrevista al diario La Repubblica.

POSICIÓN DE LA ALIANZA EVANGELICA

El presidente de la Alianza Evangélica Italiana inició su intervención agradeciendo al Dr. Brian Brown, a Antonio Brandi y a todos los organizadores, destacando que como representante de la AEI iba a declarar la posición de la misma respecto a la familia y respecto al rol de la familia en la sociedad contemporánea. 

Giacomo Ciccone expresó a continuación que el documento constitutivo de la AEI define que el matrimonio es “la unión de un hombre y una mujer que eligen públicamente desarrollar juntos un proyecto compartido, en solidaridad y fidelidad, y abierto a la procreación y a la educación de los hijos, incluso adoptados”.

Señaló también que no se puede idealizar la realidad y que “debemos ser conscientes de las distorsiones presentes en las familias”, reconociendo que la unión matrimonial puede convertirse en un espacio de relaciones expuesto a fuertes tensiones, a conflictos, abusos e injusticias que deben ser oportunamente sancionadas por los legisladores.

Asimismo, destacó que la Alianza no niega la posibilidad de otras formaciones sociales que son legítimas y pueden y deben ser normadas, pero que sería “un error confundirlas con la familia tal como ha sido universalmente considerada en la historia humana, o asignarles tareas que son propias y exclusivas de la familia”.

Ciccone afirmó que el concepto de familia es compartido por la gran mayoría de los evangélicos italianos, más de medio millón, y que al mismo se opone solo el protestantismo histórico de teología liberal -alrededor de 15.000 adherentes- que representan un 4% del evangelismo en Italia.

“Deseo darles esta noticia -dijo- para que comprendan cuán importante es que todos puedan expresar su opinión, en virtud del principio de pluralismo que es siempre necesario afirmar en este país”.

Continuando en el mismo tono, dijo a la audiencia: “Sepan todos que la gran mayoría de los evangélicos italianos ha tomado lo afirmado por el Señor Jesucristo de una manera incisiva y esencial cuando le pidieron una opinión explícita sobre la familia, y que aquellos que quieren salir de esta perspectiva son una pequeña parte del protestantismo”.

Mencionó luego la participación de los evangélicos en momentos cruciales de la historia del país, contribuyendo significativamente a la unidad de Italia durante el Resurgimiento, sufriendo persecución durante el Fascismo y demostrando amar al país. “Y estamos presentes hoy, en el siglo 21, para confirmar aquellos valores siempre necesarios para la convivencia pacífica en la sociedad contemporánea: el pluralismo, la libertad religiosa y la familia”, dijo.

CONCLUSIÓN

En la parte final de su mensaje, Giacomo Ciccone reconoció que los presentes podían no estar de acuerdo en muchas cosas, sin embargo, deseaban promover el valor fundamental de la familia para el bien de la sociedad. “Entonces -dijo- dejadme concluir con dos breves sugerencias de parte de los evangélicos para el bien de la familia”.

El primer consejo fue: Si deseamos verdaderamente promover la familia es necesario comenzar a hacerlo en primera persona, operando con empeño y responsabilidad en nuestra propia familia. “Las familias, queridos amigos, son sitios en construcción: hay que trabajar mucho y no podemos excusarnos de esta responsabilidad”, expresó.

“Si estamos a la altura de nuestra responsabilidad seguramente podremos hacer una contribución positiva al crecimiento de Italia y de Europa, trabajar por el bien común de nuestra sociedad como lugar acogedor y plural donde las familias redescubran su capital social insustituible”.