El conflicto de Camerún atrapa también a los cristianos en el país

“Necesitamos paz”, dice un creyente desde el Estado africano. “No tenemos voz en nuestro país”, añade a pesar de que se acaban de celebrar elecciones. 

Jonatán Soriano

YAOUNDÉ · 27 DE NOVIEMBRE DE 2018 · 19:00

Ciudadanos cameruneses con la bandera de Ambazonia. / Facebook UNPO,
Ciudadanos cameruneses con la bandera de Ambazonia. / Facebook UNPO

Paul Biya, el segundo presidente más longevo de África con 86 años, ganó en octubre las elecciones en Camerún con más del 70% de los votos. El octogenario, que lleva 36 años en el poder, seguirá como mínimo seis más en el cargo a pesar de las primeras voces de victoria del opositor Maurice Kamto, que recurrió después los comicios y reclamó sin éxito su nulidad. 

Uno de los escenarios de mayor dificultad para el mandatario es la gestión del conflicto con la autoproclamada República de Ambazonia, en la región oeste y angloparlante, con tres millones de personas. Hasta ahora, la política del mandatario en este sentido se ha basado, sobre todo, en acciones militares a favor de la defensa de un Estado unitario y centralizado en Yaoundé, contra los grupos a favor de la independencia que denuncian lo que consideran como privilegios de la parte francófona. 

El conflicto, que tiene sus orígenes en la división colonial del continente y la incorporación en 1961 de la antigua Camerún del Sur, ocupada por los británicos, al Estado camerunés, de explotación francesa, ha provocado la muerte de centenares de personas, entre quienes se encuentra un misionero estadounidense asesinado en octubre, y el desplazamiento de decenas de miles desde 2016. Los cristianos tampoco están exentos de los enfrentamientos constantes. 

De hecho, han sido objeto de una de las últimas acciones por parte de las milicias independentistas, que a principios de noviembre secuestraron a 80 alumnos y alumnas de la escuela presbiteriana en Bamenda. Aunque los estudiantes han sido liberados, el ambiente sigue siendo hostil. “Necesitamos paz y que la ONU intervenga”, asegura un cristiano metodista en Camerún que ha accedido a hablar con Protestante Digital prefiriendo conservar su identidad en el anonimato. “Muchas personas mueren a diario, casas y pueblos son incendiados, hay gente famélica y también quiénes se refugian en Nigeria. No tenemos voz en nuestro país”, lamenta la fuente consultada desde la zona angloparlante. 

 

UN AMBIENTE INUNDADO POR EL CONFLICTO

Hasta 50 escuelas de primaria y secundaria y hospitales cristianos han sido afectados por el conflicto, según el secretario de comunicación e información del Consejo de Iglesias Protestantes de Camerún, Gustav Ebai, que ha perdido a cuatro familiares en los enfrentamientos. Los militares también han secuestrado cuatro iglesias para convertirlas en cuarteles. 

“El gobierno de Ambazonia, que controla la mayoría del territorio noroeste y suroeste, ha colocado a un grupo de militares en la escuela hasta que se resuelva la crisis. Así que  si unos padres envían a su hijo al colegio es asumiendo el riesgo de que el niño pueda ser disparado. A menudo hay tiroteos entre las diferentes fuerzas enfrentadas y una bala perdida puede acabar con la vida de un menor”, explica el creyente metodista con respecto a la situación en Bamenda. 

Un ambiente de tensión que se refleja el último comunicado de la Iglesia Presbiteriana en Camerún (PCC, por sus siglas en inglés), publicado en octubre con motivo del día de celebración de la comunidad. “Dado lo que la comunidad angloparlante está pasando en este momento, no podemos celebrar, festejar ni celebrar por nuestra cuenta mientras muchos hijos de Dios están siendo asesinados, sufriendo o viviendo como refugiados internos o externos”, dice el texto firmado por el responsable de la PCC, el reverendo Fonki Samuel Forba. 

“Se debe poner el énfasis en abastecer el Fondo de Trabajo para la Misión para permitir que la iglesia continúe asistiendo a nuestros pastores y hermanos desplazados por el conflicto armado que ha traído dolor y sufrimiento a muchos”, añade el documento. 

 

CAMERÚN, UNA DIVERSIDAD RELIGIOSA SENSIBLE

El 53% de la población en Camerún se considera cristiana, según datos de Joshua project. De estos, cerca del 39% son católicos, el 22% protestantes y poco más del 33% pertenece a otras denominaciones. “Camerún es un país de tolerancia religiosa. Hay libertad para adorar. La mayoría de los cristianos en el país son católicos, presbiterianos, bautistas y evangélicos, pero también hay grupos pentecostales que están creciendo. El principal reto es a la hora de reunirse, y esto ha dificultado que la iglesia tenga una voz fuerte en el país”, dice la fuente anónima metodista consultada por este medio. 

Para el misionero centroafricano de Asambleas de Dios en Camerún Adongo Augustin Atilas, “los creyentes no están unidos y viven mucho más el sincretismo y sus prácticas rituales, especialmente durante el parto o el luto”. 

De hecho, las religiones étnicas representan el tercer mayor colectivo de personas en el país, con casi un 22% de la población. El segundo grupo, sin embargo, es el islam, practicado por el 24% de los cameruneses, especialmente en la zona norte del país. Una región que también vive en conflicto por la presencia, con mayor fuerza en el pasado, de Boko Haram y pastores fulani. 

Aún así, la fuente anónima y metodista considera que “los musulmanes y los cristianos no tienen ningún problema en Camerún”. “Conviven bien y a veces pueden compartir puntos de vista sobre Jesús, aunque es un tabú para algunos musulmanes. Pueden visitarte por la noche para orar y estudiar la Biblia, pero nunca asistirán a la iglesia”, dice. 

 

INTERFERENCIAS POLÍTICAS

El ambiente de conflicto que se ha intensificado en los últimos años ha generado principalmente dos reacciones políticas al hecho religioso, la indiferencia y el recelo, dependiendo desde el punto de vista desde donde se mire. “Al gobierno no le importa nada, no tiene solución para los problemas de la gente ni está preparado para escuchar el lloro de las masas”, explica el cristiano metodista. 

Para Adongo Atilas, “los cristianos en Camerún no son libres para expresar sus creencias y están amenazados por el mal gobierno del país”, defiende en relación a la reelección de Biya hace apenas un mes.

“Voté en octubre pero mi elección ha sido saboteada y todos lo saben. Desde el principio sabíamos que habría fraude en las elecciones. Biya organizó la votación, contó las papeletas, las registró y proclamó los resultados, a pesar de ser también un candidato. ¿Qué se puede esperar?”, se lamenta la fuente metodista anónima, que también manifiesta que últimamente la política también ha entrado a formar parte en algunas de “las iglesias prominentes” del país. De hecho, según informa el diario católico La Croix, líderes episcopalianos, presbiterianos y católicos han creado una alianza con representantes de la comunidad musulmana por tal de mediar en el conflicto. 

Se calcula que un centenar de pastores de la PCC han huido de las regiones suroeste y noroeste a causa del conflicto. 

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