Un frente político contra la inmigración comienza a tomar forma con Italia y Hungría al frente

En mayo de 2019 hay elecciones para configurar un nuevo Parlamento Europeo y la cuestión migratoria será capital en la campaña, que ya comienza a rodar.

Jonatán Soriano

MILÁN · 29 DE AGOSTO DE 2018 · 11:00

Viktor Orbán y Matteo Salvini durante su reunión en Milán. / Facebook Orbán Viktor ,
Viktor Orbán y Matteo Salvini durante su reunión en Milán. / Facebook Orbán Viktor

La fractura de Europa ante la realidad migratoria gana intensidad de cara a las elecciones del Parlamento Europeo que deben celebrarse en mayo de 2019. El último episodio ha sido la reunión de este martes en Milán entre el presidente de Hungría, Viktor Orbán, y el vicepresidente y ministro de Interior del gobierno italiano, Matteo Salvini. 

El encuentro, un ejercicio de fuerza ante las miradas de Francia y Alemania, ha concluido con los dos líderes manifestando su intención de aunar fuerzas en sus presiones a Bruselas para blindar las fronteras del continente. Algo que ambos ya han hecho por separado hasta ahora. 

Orbán, que se ha manifestado públicamente en contra de la recepción de personas desde que la crisis migratoria comenzó a sonar en los pasillos de las instituciones europeas, ha reforzado las fronteras de Hungría, cerrando directamente algunas a la llegada de migrantes indocumentados. Salvini, en el gobierno desde hace apenas medio año, ha generado polémica por algunas decisiones como la de impedir el desembarco del Aquarius, con 629 personas a bordo. 

“Salvini es mi héroe”, ha dicho Orbán al finalizar la reunión. “Demuestra que la inmigración también se puede frenar en el mar y nadie había llegado hasta ese punto, es el primero”, ha añadido. Para Salvini, Hungría es “un país que demuestra que se puede crecer no recortando y sacrificando, sino invirtiendo”, e Italia respeta “al absoluto derecho de Hungría a proteger sus fronteras”. 

 

¿PUEDE LA CUESTIÓN MIGRATORIADESHACER Y REHACER CANDIDATURAS?

Orbán es el líder del Fidesz, formación integrante del Partido Popular Europeo que es la más numerosa actualmente en el Parlamento Europeo. Salvini es el rostro que ha impulsado a La Liga hasta el gobierno italiano. El partido forma parte del grupo Europa de las Naciones y la Libertad, minoritario en la institución europea, aunque se presentó a los comicios italianos en coalición con Forza Italia, de Silvio Berlusconi, también integrante del Partido Popular Europeo. 

Las diferencias tanto de Orbán como de Salvini con la canciller alemana y líder de la Unión Demócrata Cristiana (CDU, también en el Partido Popular Europeo), Angela Merkel, sobre las directrices de acogida y reasentamiento pactadas por los países de la Unión Europea, permiten prever no tanto un conflicto partidista, sino una crisis ideológica en el seno de la mayor agrupación política en el continente ahora mismo. 

Merkel, junto con otras formaciones democristianas, se ha mostrado a favor y ha cumplido con la acogida y del cumplimiento del sistema de cuotas de migrantes acordado por los países miembros de la Unión, donde también están Italia y Hungría. Las posiciones de estos dos últimos gobiernos han ido, a la práctica, en direcciones opuestas. Y sus intenciones para las elecciones de 2019 van a más. “Queremos cambiar muchas cosas; una nueva Comisión Europea y un nuevo Parlamento; dos entidades que se pronuncien para defender las fronteras con mano dura. Las alianzas que haya se verán después de las elecciones. Queremos conseguir el mayor número de simpatizantes para agruparlos y dar un giro en el continente”, ha manifestado Orbán tras la reunión con Salvini en Milán. 

“Los mensajes de la campaña del Fidesz no tocaron temas económicos, ni analizaron resultados ni difundieron el programa del partido. Se enfocaron en identificar a los enemigos de los húngaros (en referencia a la Unión Europea, los migrantes musulmanes, la ONU y George Soros, entre otros) y posicionaron a Orbán como salvador y protectos de la nación”, explicaba el pastor y plantador de iglesias húngaro Attila Nyari, en una entrevista con Evangelical Focus posterior a las elecciones de abril en el país. 

 

2019: UNAS ELECCIONES PRECEDIDAS POR EL CONFLICTO

Los reveses con Merkel y Bruselas no han sido los únicos que Orbán y Salvini utilizan para justificar una posible alianza contra la migración. En los últimos meses, el político italiano ha protagonizado una crisis diplomática con el presidente francés, Emanuel Macron, por su posición favorable a la acogida y el reasentamiento de personas y sus críticas contra el ejecutivo italiano por algunas de sus decisiones, como en el caso del Aquarius. “Estamos trabajando para excluir a las izquierdas y a los socialistas, llevar al centro las identidades que representamos y unir energías diversas con un objetivo común”, ha planteado Salvini después de reunirse con Orbán. 

“Europa todavía no ha decidido qué quiere ser y hacer. Tenemos una misma moneda pero no una identidad ni una visión de futuro y, en esta incertidumbre, el miedo al extranjero se convierte en una especie de chivo expiatorio”, decía el vicepresidente de la Alianza Evangélica Italiana, Leonardo de Chirico a este medio en febrero, justo antes de que se celebrasen las elecciones que llevaron a La Liga a compartir gobierno con el Movimiento 5 Estrellas. 

“No sé si estamos ante ‘bárbaros modernos’, pero está por comenzar una nueva etapa en la historia italiana”, aseguraba el presidente de la Alianza, Giacomo Ciccone, poco después de conocer los resultados. Quién sabe si esta nueva etapa está proyectada al margen de la Unión Europea. Las elecciones de 2019 serán determinantes. 

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