Sin barreras: “Dios es capaz, Él no discapacita”

European Disability Network (EDN), la red de ministerios cristianos que trabajan para la inclusión de personas con discapacidad, celebra en Letonia su décimo encuentro continental con la participación de 12 países.

Jordi Torrents

RIGA · 07 DE MAYO DE 2018 · 10:00

El comité del European Disability Network. / Jordi Torrents,
El comité del European Disability Network. / Jordi Torrents

Un domingo, en una iglesia que podría ser cualquiera de las nuestras, entraron dos mujeres que, directamente, fueron a sentarse en la primera fila. Contaron al responsable del servicio de acogida que una de ellas era sorda y la otra, su intérprete. La mayoría de asistentes al culto estaban fascinados cómo ambas mujeres se comunicaban, a través de la lengua de signos, durante el culto. Hasta el pastor que predicó, ese día estuvo algo distraído con la situación. Su sermón acabó durando la mitad de lo habitual y hasta vocalizó mejor que nunca. Ese día, muchos miembros de la iglesia salieron diciendo que habían entendido el mensaje mucho mejor que en otras ocasiones y que ojalá esas mujeres repitieran visita. Es decir, la discapacidad de una persona (sensorial, en este caso) acabó provocando una adaptación por parte de la iglesia que benefició a todos. Esta anécdota la cuenta Tony Phelps-Jones (del ministerio cristiano Prospects) y sirve para remarcar la idea de que nadie puede considerar a otro como menos necesario y de que toda iglesia debe ser inclusiva.

Con este espíritu, la red europea de ministerios cristianos que trabaja con personas con discapacidad (European Disabilty Network, EDN), celebró la semana pasada su décima conferencia continental, con el lema Puentes para la inclusión, en Riga (Letonia), ciudad que combina un modernismo espléndido con el decadente encanto arquitectónico de la herencia soviética. Los anteriores encuentros tuvieron lugar en Suiza (2001), Budapest (2002), Albania (2003), España (2004, aunque en este caso se trató solo de un encuentro entre representantes de España y Portugal en Terrassa, Barcelona), Inglaterra (2006), Ucrania (2009), Alemania (2012) y Austria (2015).

El encuentro congregó a 50 personas de hasta 12 países (Letonia, Suiza, Reino Unido, Kuwait, Alemania, Hungría, Bélgica, Lituania, Italia, Ucrania, Noruega y España, representado en la red, y en la mayoría de encuentros celebrados hasta ahora, por el ministerio Mefi-Boset que lidera Lydia González). Fueron cuatro días que sirvieron para compartir recursos, experiencias, proyectos, bendiciones y desarrollar nuevos retos. Partimos de la base de que en Europa casi 100 millones de personas tienen algún tipo de discapacidad (física, sensorial o intelectual), pero todavía encontramos déficits en nuestras iglesias a la hora de integrar, adaptar y, especialmente, incluir, aunque también es un estímulo ver el trabajo que están desarrollando distintas organizaciones cristianas en cada uno de los países implicados. Así, el objetivo principal del encuentro en Riga fue el de reforzar visiones dentro de un mismo continente, pero con distintos entornos culturales y sociales, y teniendo muy claro que esos puentes conectan sin distinción a personas con y sin discapacidad, al fin y al cabo un convencionalismo creado por el hombre para “clasificar”, pero al que Dios no hace demasiado caso. Afortunadamente, todos somos diferentes.

El encuentro sirvió también como despedida (parcial) a Thérèse Swinters como coordinadora de EDN desde su fundación. Swinters, fundadora en Bélgica de la organización Gemeente en Gehandicapten (Iglesia y Discapacidad), pudo incluso anunciar que su relevo sería Baiba Baikovska (de Wings for Wheels en Letonia). Baikovska, con un Máster en Comunicación, lidera un grupo de personas con discapacidad y organiza eventos en centros de atención social. Swinters detalló que el relevo será progresivo y que ambas estarán “un par de años de transición trabajando juntas”.

 

Baika Baikovska será, a partir de ahora, la nueva coordinadora del EDN. / J. Torrents

Detallar el contenido del encuentro es complejo, por lo que intentaremos hacer un resumen de algunas de las participaciones. El encuentro se desarrolló en un entorno pedagógico al 100%, con adaptaciones sencillas y asequibles que pueden servir de referencia para iglesias a la hora de ser sensibles a distintas necesidades: cancioneros impresos con letras de tamaño 14 y 30; espacio ancho para acoger personas con silla de ruedas; describir verbalmente las fotos que se proyecten, e ir escribiendo en pantalla aquello que el ponente está explicando.

 

MARTINA KÖNINGER, (forma parte del Perspective Forum Behinderung, Foro de Discapacidad, de la Alianza Evangélica en Alemania): “Es Dios quien nos hace la foto correcta sobre quién somos y cómo somos”

Martina usa su silla de ruedas con agilidad, como uno de aquellos jugadores de baloncesto que hacen giros imposibles con una de ellas, después de un accidente de coche que sufrió a los 25 años. Su testimonio es muy simple y directo: “Todos somos valiosos”. Para Martina, “construimos puentes tal como lo hizo Jesús, con diferentes idiomas, con diferentes culturas, con diferentes necesidades”. Y añade: “El espejo nos da una imagen, pero no nos enseña cómo nos sentimos o cómo nos ven los demás. Nadie se lleva su cuerpo al Cielo y es Dios quien nos hace la foto correcta sobre quién somos y cómo somos”.

 

INETA LANDSDOWNE (20 años como misionera de Youth with a Mission, Juventud con una Misión, en Letonia): “Las relaciones rotas necesitan tiempo para curarse”

Ineta ha trabajado algunos años en el sudeste asiático (en países como Tailandia y Singapur) y actualmente vive en su Letonia natal. Ha trabajado en varios proyectos comunitarios con personas refugiadas y desplazadas en zonas de guerra. “He aprendido mucho”, cuenta, “sobre la resiliencia humana, sobre la valentía, la esperanza y el perdón, pero también he visto un mundo en el que somos mejores construyendo muros que puentes”. Relata que “las buenas relaciones no se construyen en pocos pasos y las relaciones rotas necesitan tiempo para curarse”. De hecho, su reflexión pasa por preguntarse si el tiempo lo cura todo, una cuestión que pone en duda, ya que “todos necesitamos cura y restauración”. Riga cuenta con cuatro grandes puentes sobre el río Daugava, un buen ejemplo sobre cómo establecer lazos, pero también habla de un puente como el que se destruyó en 1993 en Mostar, Bosnia, durante la guerra de los Balcanes (años 90 del siglo XX. En Europa no hace falta retroceder demasiado para encontrar guerras que, en este caso, dejó más de 200.000 víctimas), un puente que se reconstruyó y que hoy “es un símbolo de inclusión y de construir relaciones, pero también de memoria y de dolor”. Ineta habló de la teología sobre la reconciliación y la identidad de un autor como Miroslav Volf, además de explicar la historia de su abuela, que llegó a vivir en primera persona la devastación durante dos guerras mundiales y con la ocupación soviética, con deportación a Siberia incluida, con todo lo que ello comportó a la hora de perdonar. Otro ejemplo es en Riga, “donde actualmente hay una sola sinagoga judía, mientras antes de la Segunda Guerra Mundial había más de 60”. En todos estos casos (y en cualquier otro), habla de una reconciliación que se debe basar “en la memoria, el perdón, el arrepentimiento, la restauración y el abrazo”. Fácil de explicar, complejo de aplicar.

 

Uno de los momentos del encuentro. / J. Torrents

PETE WINMILL (Count Everyone In, Contar con Todos, Reino Unido): “Si en la iglesia no estamos todos, perdemos parte de aquello que Dios nos ha regalado”

El discurso de Winmill fue uno de los más inspiradores acerca de la necesidad de una sociedad y una iglesia inclusivas con las personas con discapacidad. Más que palabras era el título de su presentación, con un discurso centrado en el hecho de que “el mundo son palabras, pero ¿qué pasa cuando hay personas que no las entienden o no las oyen? Pensamos que todos entienden aquello que explicamos, pero hay quien necesita ayuda”. Winmill relata la situación de personas que “tienen miedo de cómo tratar a las personas con discapacidad intelectual”. Pero “todos tenemos distintos orígenes, culturas y capacidades. Todos fuimos creados a imagen de Dios, tal como se nos explica en Génesis, y todos somos diferentes, como leemos en 1ª de Corintios”. Winmill nos reta a ponernos ante el espejo y observar qué vemos: “Somos diferentes y hechos de forma maravillosa, damos sentido a lo que es Dios. ¿Pero qué pasa con la discapacidad? ¿Hablamos de personas diferentes? No ¿Hablamos de ser menos humanos? ¡No!”.

El reto de las personas con discapacidad intelectual, detalla Winmill con pasión, es superar algunas barreras a la hora de aprender, de comunicarse, de manejarse con aspectos del día a día. Y otro reto pasa por superar mitos en la sociedad, por conseguir que la mayoría de personas entiendan, por ejemplo, que “una dislexia o un trastorno mental no equivalen a una discapacidad intelectual, ya que hay un tratamiento para paliarlos”. Lo mismo podríamos decir del autismo, un trastorno no siempre vinculado a discapacidad intelectual.

¿Y qué podemos hacer desde las iglesias? ¿Qué consejos sencillos podemos tener en cuenta? Pete cuenta que se pueden resumir en cuestiones asequibles como “explicar; no dar nada por supuesto; respetar los espacios de cada uno; no abusar del argot evangélico que puede sonar a idioma extranjero y tener en cuenta que dos de cada tres personas con discapacidad intelectual no pueden leer en una proyección”. Entre los consejos que propone, hay algunos relacionados con los sermones o los himnos que, en el fondo, pueden beneficiar a todos a comprender mejor (ya sean personas con o sin discapacidad, como el caso de la señora sorda del inicio del artículo): “Incluye alguna canción con una letra sencilla; explica el significado de ese himno; sé conciso en la predicación y, al final, haz un pequeño resumen con dos o tres frases muy claras”. Y la mejor conclusión: “Todos tenemos dones. Si en la iglesia no estamos todos, perdemos parte de aquello que Dios nos ha regalado”.

 

El sentido del evento sirve para remarcar la idea de que nadie puede considerar a otro como menos necesario. / J. Torrents

SERGII Y NATALIA BOLCHUK (fundadores en Ucrania del centro Agape Rehabilitation Complex, para personas con discapacidad física): “Dios ama y cuida a todos por igual”

Natalia , hace 17 años, se rompió el cuello en un accidente de coche y su cuerpo quedó paralizado. Ella misma cuenta que pasó “por momentos muy duros y depresión”, pero que consiguió “curar el alma a través de la oración” y con el ejemplo de palabras “de coraje” como las que Pablo escribió a los Romanos. Su marido, Sergii, añade que ese suceso que estaba destinado a condicionar su futuro en negativo, acabó convirtiéndose “en un estímulo, en un proyecto para empezar a trabajar con personas con discapacidad en Ucrania”, país con pocos recursos destinados a este colectivo. El centro Agape se construyó durante cuatro años y es una realidad desde 2016 en la localidad de Boratin, donde se atiende a personas con funciones motoras afectadas. El centro cuenta con 14 habitaciones (28 plazas) para personas que puedan pasar allí, al menos, un mes para su proceso rehabilitador.

El objetivo es mejorar su movilidad e incrementar su nivel de autonomía, con el trabajo de terapeutas, logopedas, psicólogos, enfermeras y otros profesionales, pero también con una oferta que va desde campamentos de verano hasta retiros familiares, sin olvidar lo más importante: “Trabajamos a partir de valores cristianos, ya que creemos que Dios ama y cuida a todos por igual”.

 

TIBOR MIKLOS (Trabaja con el ministerio Bartimeus Foundation, Fundación Bartimeo, en Hungría, con personas con ceguera y con discapacidad visual)

Miklos, con ceguera, se pregunta si cualquier persona con discapacidad puede disfrutar de la vida y si puede tener un propósito en la vida. La respuesta es más que evidente, claro. De hecho, Miklos propone un juego de palabras en inglés y pide que se lea las palabras God (Dios) y Disabled (Discapacitado). Si se leen seguidas podemos llegar a la frase God is able (Dios es capaz).

Uno de los proyectos recientes en los que ha colaborado es en el reparto de audiobiblias (con el apoyo del ministerio británico Torch Trust) para personas ciegas por toda Hungría, que le ha llevado a contactar con personas que eran reticentes a la palabra de Dios y con otras de la comunidad gitana que suelen sufrir un doble rechazo. Torch, de hecho, distribuye también otro material (como literatura en braille o en letra grande) en un centenar de países, pensando especialmente en aquellas zonas con menos recursos. Solo un dato, pero muy significativo: El 90% de personas con baja visión del mundo viven en países en vías de desarrollo.

 

Tibor Miklos, de Bartimeus Foundation. / J. Torrents

KASPARS APINIS (Líder de Whings for Weels, Alas para Ruedas, y director de Youth with a Mission-Riga): “El cristianismo es relación, no religión”

“Podemos ver las cosas de formas distintas”, comenta Apinis, “pero no sabemos si tenemos razón”. Su reflexión se basa en la idea que algunas personas pueden tener sobre Jesús, sobre si era un místico o alguien que hacía cosas sin sentido. “Todo eso da igual, da igual qué pensemos de él, ya que él toca a todo el mundo. El cristianismo no es una religión, es relación”, y esa debe ser la base de nuestro rol como personas con o sin discapacidad hacia otras personas con o sin discapacidad.

 

GORDON TEMPLE (Miembro de Torch Trust en el Reino Unido, organización cristiana que trabaja para mejorar las condiciones de personas con discapacidad visual, y de Churches for All, Iglesias para Todos, red británica de entidades cristianas que trabajan con personas con discapacidad): “Dios no cree en barreras”

Gordon Temple es toda una referencia en el trabajo cristiano con personas con discapacidad. Su libro Enabling churches (Habilitando iglesias) es, quizá, el mejor manual que existe para entender la perspectiva bíblica sobre la discapacidad y para aplicar esos principios al día a día de las iglesias. Él mismo explica que “Dios no cree en barreras ni en las diferencias que establecemos como humanos”.

Desde Churches for All su trabajo se centra en facilitar una comprensión teológica de la discapacidad, proveer de recursos accesibles y ayudar en el desarrollo de iniciativas inclusivas para las iglesias. Y desde Torch, Temple explica que su trabajo se basa “en ayudar a personas con ceguera o con visión reducida a llevar una vida lo más completa posible y a poder ofrecer sus dones en sus comunidades”. Solo en el Reino Unido se calcula que hay 4 millones de personas con baja visión, personas que suelen tener problemas de soledad, de dificultad laboral (solo el 25% en edad laboral trabajan) y de ayuda (solo el 17% explican haber recibido algún tipo de apoyo emocional tras recibir el diagnóstico). Uno de los muchos proyectos que forman parte de Torch Trust es el centro de vacaciones con el que cuentan en la zona de West Sussex, al sur de Inglaterra, un centro que puede acomodar a 28 personas y que, según Temple, se basa en un servicio de “cuidado cristiano, oración y espiritual”.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - Sin barreras: “Dios es capaz, Él no discapacita”