El voto evangélico se pone a prueba en Costa Rica
La segunda vuelta debe elegir entre un joven movimiento eminentemente evangélico (PRN, Fabricio Alvarado) o da otra oportunidad al gobernante PAC (Carlos Alvarado).
El País · SAN JOSÉ · 01 DE ABRIL DE 2018 · 20:00
Costa Rica abre este domingo más de 2.000 centros de votación para decidir si lleva al Gobierno a un movimiento de base cristiana evangélica o si da una segunda oportunidad al partido progresista Acción Ciudadana (PAC) en esta nueva era política.
El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ordenó abrir a las seis de la mañana los recintos electorales para unos 3,3 millones de costarricenses, ante la amenaza del abstencionismo que suele ser común en la segunda vuelta de las presidenciales.
Tras esta esta segunda ronda electoral se sabrá quién preside el país. Si el periodista y predicador evangélico Fabricio Alvarado (del partido Restauración Nacional, PRN) o el exministro de Asuntos Sociales y de Trabajo, Carlos Alvarado (PAC).
"Los Alvarado", ambos candidatos por primera vez y menores de 43 años, dejaron por fuera a los dos partidos históricos de Costa Rica y pusieron al país ante una encrucijada nueva: valores conservadores o progresismo liberal. El debate lo ocuparon asuntos como los derechos humanos de las minorías, los "valores cristianos", la confesionalidad del Estado y la educación sexual laica.
El PRN y el PAC se ocuparon también en atraer decenas de figuras de otros partidos políticos para proyectar una imagen de "unidad nacional", pues ninguno de los dos partidos tendrá la mayoría legislativa en el período 2018-2022. La dirigencia y los simpatizantes de los históricos Partido Liberación Nacional (PLN) y Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), fuerzas que se alternaron el poder desde la segunda mitad del siglo XX y hasta el 2014, llegan divididos a la elección de este domingo.
Miles de liberacionistas (casi 10% del padrón) podrían votar hoy por primera vez en sus vidas por otra bandera. El expresidente José María Figueres, hijo del caudillo que abolió el ejército en 1948 anunció que votaría al PAC ("no conozco ningún país donde haya salido bien combinar acervo religioso con política"), mientras el Nobel de la Paz Óscar Arias y la exmandataria Laura Chinchillaoptaron por la neutralidad aparente.
Fabricio Alvarado es un firme defensor de "la vida y la familia", lo que le ha valido apoyo no sólo de los evangélicos, sino también de un sector de los católicos que será decisivo en el resultado final, y del pueblo costaricense que coincide en sus valores cristianos. Con destreza ante el micrófono, también defiene al lema "con la manos limpias" para contraponerse a cuestionamientos por corrupción del gobierno actual y a presentarse como representante de la clase popular, a pesar de la falta de estudios, de experiencia política y de un plan de gobierno certero.
Por su parte Carlos Alvarado se ofrece como salvador del sistema político ante lo que considera una "amenaza fundamentalista" y un peligro para las instituciones garantistas; aunque asume el costo de una gestión criticada de Luis Guillermo Solís.
Cualquiera que gane hoy tendrá que asumir el 8 de mayo el Gobierno en una difícil situación fiscal y frenar el incremento de homicidios ligados al narcotráfico (12 por cada 100.000 habitantes en 2017), además de atender la creciente desigualdad social que amenaza el modelo de bienestar y la "pura vida" de la cual se ufanan los costarricenses.
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