Reino Unido postula nuevas medidas para frenar el extremismo

Theresa May anuncia la creación de una Comisión que defienda los “valores británicos” y anima a denunciar comportamientos extremistas. La definición de extremismo preocupa a los evangélicos.  

Redacción PD

Christian Today, The Independent · LONDRES · 21 DE JUNIO DE 2017 · 17:32

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En la apertura del curso político en Reino Unido, la primera ministra Teresa May ha expresado sus planes para luchar contra el extremismo y la radicalización en su país.

Los últimos atentados de Londres y Manchester mostraron el problema presente en el país con respecto a la libre difusión de materiales y discursos vinculados con el extremismo musulmán. Bajo esta premisa, May y su equipo de gobierno plantea la necesidad de un mayor control, formando para ello una Comisión de Lucha contra el Extremismo.

Esta comisión velará porque se defiendan los “valores británicos”, que según May se oponen a todo tipo de discurso extremista. “Gran Bretaña es una de las sociedades multirraciales, multiculturales y multiétnicas más exitosas del mundo, pero nuestro disfrute de la diversidad británica no debe impedir que enfrentemos la amenaza del extremismo, aunque sea a veces embarazoso o difícil de hacer”, dijo May.

“El extremismo, especialmente el extremismo islamista, despoja a algunas personas de las libertades que deben disfrutar, socava la cohesión de nuestra sociedad y puede alimentar la violencia, además de ser especialmente nocivo para las mujeres”, advirtió la primera ministra.

 

CONTROL

La Comisión de Lucha contra el Extremismo es una de las propuestas electorales de los conservadores. Esta se establece como un órgano estatutario, legalmente obligado a identificar el extremismo en las comunidades donde se amenace socavar los valores británicos.

Su función principal será alentar a todas las personas a que reconozcan y desafíen al extremismo y traten de erradicarlo de la misma manera que en los últimos años ha habido un marcado cambio en las actitudes de la población frente al racismo.

La comisión también asesoraría al Gobierno sobre nuevas leyes que podrían ser necesarias para afirmar valores británicos y pluralistas sobre los islámicos extremistas, especialmente en lo que respecta a los derechos de la mujer.

La primera ministra añadió: “Es evidente que el gobierno tiene un papel que desempeñar en la lucha contra el extremismo cuando se trata de un comportamiento que es o debería ser criminal. Pero también existe un papel del gobierno de ayudar a la gente y construir organizaciones en la sociedad para promover y defender los valores pluralistas de Gran Bretaña, y enfrentarse a los extremistas que quieren socavar nuestros valores e imponer sus creencias torcidas. De eso se trata este plan”.

 

“EL PLAN PLANTEA MUCHAS PREGUNTAS”

Para la Alianza Evangélica de Reino Unido, el plan propuesto por el Gobierno “plantea más preguntas de las que responde”, debido a las “posibles amenazas a la libertad de ideas” en las que podría desembocar la labor de la Comisión.

Simon McCrossan, responsable de política pública de la entidad evangélica, teme que la falta de definición clara del “extremismo” acabe usándose contra los cristianos conservadores. “El gobierno ha fallado en los últimos años en su definición del extremismo”, dado que no ha sido capaz de “abordar el terrorismo y sus causas sin restringir la libertad de ideas que pueden ser impopulares o contenciosas”, dijo. “El extremismo violento es una cicatriz en nuestras comunidades y una amenaza para nuestra seguridad, pero no se resuelve oponiéndose la pacífica libertad de expresión”, expresó.

“El año pasado, la ministra del Ministerio del Interior, Karen Bradley, proporcionó 10 diferentes definiciones de extremismo al Comité Conjunto de Derechos Humanos. Corresponde al Parlamento definir con certeza jurídica lo que es el extremismo y, lo que es más importante, aquello que no lo es. La comisión propuesta no debe convertirse en un medio para evitar el escrutinio democrático y el debate sobre un término elusivo que potencialmente afecta los derechos humanos y las libertades civiles de todos”, explica McCrossan.

McCrossan también dijo que en lugar de nuevas propuestas, las leyes existentes deberían ser usadas en su totalidad. “Nuestras leyes actuales incluyen amplias facultades para combatir el terrorismo y prevenir la incitación a la violencia: éstas deben utilizarse en toda su extensión”, en cambio “remediar la situación actual con más poderes puede hacer más daño que bien”.

"Esperamos que los poderes de la comisión de extremismo estén claramente definidos y que cualquier definición de extremismo sea claramente responsabilidad del Parlamento”, expresó McCrossan.

Los cristianos en Reino Unido están preocupados por las dificultades para ejercer la libertad de expresión ante la interpretación de “discurso de odio” que se ha utilizado para llevar ante los tribunales a empresarios y predicadores evangélicos. También han denunciado las presiones que se están produciendo en el ámbito político. Muestra de ello fue la dimisión forzosa de Tim Farron, el líder del partido liberal, por sus creencias acerca de la homosexualidad en base a sus fe evangélica.

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