Evangélicos en Italia luchan por legalizar sus lugares de culto

Desde 2014 han sido cerrados veintisiete locales de culto en la Región de Lombardia, lo cual afectó a unas cuarenta comunidades.

Verónica Rossato

ITALIA · 12 DE ABRIL DE 2017 · 17:18

El pastor Daniel Magnin, su esposa y su hijo Samuel, con quien copastorea la iglesia Un Nuovo Giorno.,daniel magnin
El pastor Daniel Magnin, su esposa y su hijo Samuel, con quien copastorea la iglesia Un Nuovo Giorno.

Los cristianos evangélicos del norte de Italia han decidido buscar la solución para el cierre de sus locales de culto por parte de autoridades locales. En los últimos tres años fueron cerrados veintisiete locales de culto en la Región de Lombardia, lo cual afectó a unas cuarenta comunidades, ya que en ocasiones en un mismo local funcionan dos o tres iglesias. El motivo para tomar esta drástica medida es la falta de habilitación como lugares de culto.

“No existe un mercado inmobiliario de lugares de culto, es decir con destinación de uso adecuada, tal como exige la ley. Algunas comunidades que se quedaron sin local se reúnen en casas de familia, pero muchas directamente han desaparecido”, comentó a Protestante Digital Daniel Magnin, pastor de la iglesia Un Nuovo Giorno, en Monza.

 

El pastor Daniel Magnin.

Cada nueva comunidad cristiana alquila para sus reuniones un salón destinado a negocio, tal vez un local que estaba habilitado como restaurante, una nave industrial o un galpón. Si la “destinación de uso” del local no es “lugar de culto”, por más que la iglesia lo haya comprado se lo pueden clausurar en cualquier momento. “Se han dado casos de comunidades que compraron un local con un crédito, hicieron reformas para adaptarlo a sus necesidades y ahora siguen pagando las cuotas pero no pueden usarlo. Pierden todo lo que pusieron, es tremendo”, señala Magnin.

 

EL ESPIRITU DE LA LEY

Actualmente, si una iglesia solicita el cambio de destinación de uso de su local, sea propio o alquilado, el trámite puede durar varios años o no resolverse nunca. “A nosotros nos costó cuatro años de mucho papeleo, gran perseverancia, una buena dosis de paciencia y varios miles de euros. Conseguimos el cambio hace unos meses, y podemos decir que somos afortunados. El enfoque de esta ley es impedir la apertura de mezquitas. De e hecho, no hay ningún lugar de culto musulmán en Lombardia. Pero la consecuencia es que los evangélicos también nos vemos limitados, al igual que cualquier otra confesión no tradicional en la zona (obviamente la iglesia católica tiene gran cantidad de propiedades en toda Italia). En Milán hay más de cien iglesias evangélicas y sobran los dedos de la mano para contar las que tienen un lugar de culto legalmente reconocido ”, señala el pastor Magnin, quien es Tesorero de la COEN, Conferenza Evangelica Nazionale en la Región Lombardia.

 

La prensa local se hace eco de la legalización de los lugares de culto.

Esta organización nació hace siete años ante la necesidad de brindar cobertura legal a numerosas iglesias que no pertenecen a una denominación. “Anteriormente teníamos la COMEL Conferenza Evangelica di Milano, pero transformamos esta asociación que cubría Lombardía en una asociación de iglesias a nivel nacional. Unos ocho o diez pastores iniciamos el proceso y seguimos trabajando unidos. Las iglesias que son bautistas o pertenecen Asambleas de Dios de Italia, por ejemplo, tienen cobertura legal. Esas organizaciones hacen acuerdos con el estado y reciben parte del ocho por mil de los impuestos recaudados, pero la mayoría de las iglesias de Italia –diría que casi un 90 por ciento- son “chiesa libre”, iglesias libres que no tienen representante legal ni acuerdos con el estado”, explica el pastor.

 

EN BUSCA DE SOLUCIÓN

Hace un par de semanas los directivos de COEN se reunieron con un prestigioso abogado de Milán, buscando asesoramiento para hacer frente a este problema que afecta a un número creciente de iglesias.

El 27 de abril se celebrará en Milán una reunión para compartir el consejo profesional. “El abogado nos dijo que debemos hacer lo que nosotros –Chiesa Un Nuovo Giorno- hicimos hace años: autodenunciarnos ante el Comune (autoridad local), comunicando qué actividades llevamos a cabo en nuestro local”, comenta Daniel Magnin. “Al autodenunciarnos estamos en cierta forma cubiertos. Quien calla otorga, dice el refrán, y si las autoridades saben que estamos allí porque nosotros mismos nos hemos nos hemos presentado para decírselos, y tienen conocimiento de todo lo que hacemos en beneficio de la comunidad –reparto de alimentos, etc.-, difícilmente vengan luego a clausurarnos el local”, añade.

 

La convocatoria a las iglesias para informarse sobre como afrontar el problema.

El reconocimiento del local de culto de esta comunidad cristiana por parte del Comune di Monza constituye un hecho tan poco común que el periódico local “Il Cittadino di Monza” publicó la noticia.

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