Refugiados (I): crisis ¿sin solución?

La ONU debate esta semana la situación de los refugiados a nivel mundial, con especial atención a Europa. En esta serie de artículos repasaremos datos importantes, la respuesta política y la acción de los cristianos.

Daniel Hofkamp

ESPAÑA · 20 DE SEPTIEMBRE DE 2016 · 18:31

Refugiados desplazándose a pie en Grecia, en 2015.,refugiados en grecia
Refugiados desplazándose a pie en Grecia, en 2015.

Aunque ya no ocupe los principales titulares de la prensa o los informativos, la llegada masiva de refugiados a Europa continúa. Según ha informado esta semana la agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR), Grecia e Italia han visto llegar a sus costas a 300.000 personas en lo que va de año 2016.

Tras un tránsito la mayoría de las veces peligroso y sin garantías de supervivencia, los refugiados encuentran un panorama incierto. “Esta situación -explican desde la agencia internacional- pone en relieve la necesidad urgente de que los Estados aumenten las vías de admisión de refugiados, a través de programas de reasentamiento, patrocinio privado, reunificación familiar y becas para estudiantes, entre otras alternativas, a fin de que los refugiados no tengan que embarcarse en peligrosos viajes y recurrir a traficantes de personas”.

 

AMPLIAR EL PANORAMA

La situación de “crisis de refugiados”, sin embargo, no es nueva en nuestro planeta. Las cifras hablan por sí solas: hace 15 años se estimaba que unas 21 millones de personas estaban en condición de atención especial -término que abarca a refugiados, solicitantes de asilo, desplazados internos y apátridas-. Hoy la cifra es de casi 64 millones. Según la ONU, una de cada 113 personas en el mundo es un solicitante de asilo, un desplazado interno o un refugiado.

En los últimos cinco años hay un factor determinante en el aumento del flujo de refugiados hacia Europa, y es el conflicto en Siria. El conflicto de facciones políticas, étnicas y religiosas, así como una disputa de recursos y territorio, ha generado una guerra interna del que surge el Estado Islámico (Daesh) en territorio de Siria e Irak, provocando la huida de millones de personas.

Sin embargo no todos los refugiados provienen de este conflicto. El estatus de refugiado es pretendido por miles de personas que proceden de diferentes lugares. El desplazamiento forzado se ha duplicado en los últimos 20 años en el mundo. Por ejemplo, de Afganistán salen 2,7 millones de refugiados, de Somalia 1,2 millones, o de Pakistán 277.000.

 

 
 

Los refugiados huyen, casi siempre, de un lugar de conflicto o de una situación de persecución.

 

¿INVASIÓN DE EUROPA?

Casi siempre el refugiado busca un lugar seguro lo más cerca posible de sus fronteras. Sin embargo, situaciones de inestabilidad, peligro o imposibilidad de desarrollo hacen que muchos sean los que se aventuran a ir más lejos.

Este es el caso de los sirios o iraquíes que vienen a Europa. Muchos son refugiados que parten de un campo en Turquía, Líbano o Jordania, e intentan llegar a países que les ofrezcan más oportunidades.

Los cambios en acuerdos políticos o de gobierno también marcan diferencias en las rutas que usan los refugiados.

Por ejemplo, el acuerdo de la Unión Europea con Turquía para “devolver” a los refugiados que llegaban a Grecia abrió otras rutas para entrar en Europa, atravesando el Mediterráneo hacia Italia, o por rutas de tierra alternativas, por Bulgaria e incluso Rusia.

 

Agolpados frente a la frontera griega, muchos han buscado otras rutas o recurren a las mafias para atravesarlas.

Aunque la cifra de refugiados que ha venido a Europa -en concreto a la Unión Europea- en los últimos cinco años no ha hecho más que aumentar, el número de acogidos en relación a la población todavía es bajo. La Unión Europea ha acogido a unos 348.540 refugiados, en una región de más de 500 millones de habitantes.

Según Amnistía Internacional hay 4,5 millones de refugiados sirios en sólo 5 países: Turquía (2,5 millones), Líbano (1,1 millones), Jordania (635.000), Irak (245.000 que suman a sus 3,9 millones de desplazados internos) y Egipto (117.000). Ninguno de estos está en Europa.

 

UN CAMINO LLENO DE PELIGROS

El camino a Europa no es fácil. Para llegar a Grecia muchos recurren a las mafias, que transportan a las personas en condiciones peligrosas. Aún muchos menores han desaparecido -10.000, según Europol- en redes de trata de personas y explotación sexual.

El proceso para solicitar asilo en la práctica es lento y muy insatisfactorio. Algunos esperan a que se responda a su solicitud durante más de un año. A veces se discrimina por nacionalidad, etnia, religión o procedencia, según ha denunciado Amnistía Internacional.

Muchos han intentado pasar las fronteras a pie, hasta que los países han decidido ir cerrando las fronteras para impedir ese tráfico incontrolado.

La mayoría de los que han llegado a Grecia son asentados en campos de refugiados, los cuales difieren en su salubridad, servicio o seguridad.

La magnitud de la situación requería una respuesta política coordinada y eficiente. Sin embargo, los discursos iniciales favoreciendo la acogida han ido menguando, mientras los compromisos adquiridos por países como España están muy lejos de cumplirse. Solo han llegado 586 de los 15.888 refugiados que este país se había comprometido a acoger antes de septiembre de 2017.

 

Un grupo de refugiados llega a Barajas, este pasado lunes. / Min. Interior

Mañana, segunda parte | Refugiados (II): el miedo construye fronteras

Jueves, tercera parte | Refugiados (III): la oportunidad de la iglesia

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - Refugiados (I): crisis ¿sin solución?