“Esperamos un tiempo en el que las armas no lo definan todo”

El teólogo Jeferson Rodríguez comparte sus expectativas y el papel que pueden tener los evangélicos en la construcción de un nuevo escenario en Colombia.

Daniel Hofkamp

BOGOTÁ · 05 DE SEPTIEMBRE DE 2016 · 11:09

El saludo entre Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño Echeverry en La Habana. /Infobae,paz colombia farc
El saludo entre Juan Manuel Santos y Rodrigo Londoño Echeverry en La Habana. /Infobae

Colombia afronta días de emoción e incertidumbre ante la próxima firma del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, anunciado ya de forma oficial para el día 26 de septiembre. Una semana después, el 2 de octubre, los colombianos serán llamados a las urnas para refrendar o rechazar un pacto que pondría fin a 52 años de guerra y 4 años de negociaciones.

Entre los evangélicos el acuerdo ha sido recibido con alegría y prudencia. Entienden algunos líderes que si bien el objetivo de la paz es un fin adecuado, los acuerdos podrían dejar de lado otros aspectos importantes, con respecto a la participación política de los terroristas, la investigación de los crímenes o la aplicación de justicia para las víctimas.

Pero como explica Jeferson Rodríguez, joven teólogo de la Fraternidad Teológica Latinoamericana en Bogotá, hay un sentir mayoritario para trabajar a favor de la reconciliación en un proceso que será largo y complejo, al que los evangélicos pueden aportar desde su experiencia, fe y principios sólidos.

Rodríguez es además organizador del primer Congreso Universitario con un enfoque evangélico sobre los diálogos de paz en Colombia. “La alegría no es por un evento, sino más bien por el compromiso que sentimos como estudiantes universitarios cristianos frente a todo el tema de los diálogos de paz en Colombia”, afirma. “Como estudiantes que amamos el evangelio de Jesús creemos que allí donde se reducen los derramamientos de sangre el reino de Dios ha hecho su presencia. Por eso y muchas razones invitamos a nuestro congreso: Llamados a la reconciliación: estudiantes y diálogos de paz en Colombia. Del 14 al 17 de octubre”.

 

Pregunta. ¿Cuál es tu sentir personal hacia el proceso de paz?

Respuesta. Optimismo, ambigüedad y desafío. Optimismo porque es un nuevo inicio para Colombia, la esperanza de tener un tiempo nuevo sin que las armas sean las que definen absolutamente todo en nuestro país. Básicamente lo que se conoce como proceso de paz en Colombia son los acuerdos que están concluyendo entre el gobierno nacional y la guerrilla de las FARC, igualmente ahora que inician con el ELN, y este tipo de acuerdos me llenan de mucha alegría porque son signos de un cambio profundo de entender la vida en nuestra nación. Así que celebro que de una vez por todas, la confrontación armada que marcó todo el último siglo de nuestra historia se esté acabando. El alborozo responde a comprender que donde se reducen los derramamientos de sangre el reino de Dios ha hecho su presencia.

 

Cartel del evento.

La ambigüedad viene por reconocer los grandes enemigos de los acuerdos que están en nuestro país. Los enemigos de la paz no solo están en los campos colombianos con armas, están en la ciudad y son personas que se han beneficiado de la guerra, ellos están poniendo trancas para que los procesos no se den con más rapidez. La ambigüedad viene de reconocer que todavía no se han incluido todos los grupos violentos en nuestro país, este proceso sería mucho mejor incluyendo todos los agentes. Igualmente la alegría no puede ser perfecta por el miedo que se observa en el país (o más bien un sector de él) a que se diga la verdad de lo que ha sucedido en esta larga guerra. Reconozco que los ceses de los conflictos y los desarmes no agotan la agenda de la paz. Reconozco las limitaciones de los procesos hasta ahora alcanzados. Hay un largo trecho por avanzar y por eso en la FTL y todas las actividades que realizo dentro de la iglesia (ministerio universitario Red Universitaria, y el pastoreo de una comunidad campesina en su pueblo cerca de Bogotá) quieren proclamar con solidaridad, espíritu de celebración y discurso relevante la buena noticia de que el reino de Dios llegó a nosotros en la persona de Jesús de Nazaret.

 

P. ¿Están las iglesias y entidades evangélicas afrontando este tema? ¿Consideras adecuada la implicación de entidades e iglesias en el desarrollo de estos acuerdos a nivel político?

R. Para estos temas la iglesia católica siempre ha sido más veloz y presente. Sin embargo históricamente las iglesias no católicas se han vinculado de manera muy profunda. La iglesia menonita siempre ha dado los primeros pasos, la iglesia reformada, luterana y demás. Sin embargo el grueso de la iglesia no católica en Colombia es pentecostal y carismática, por eso el trabajo desde esa perspectiva ha sido todo un desafío. Me sorprendió gratamente que la iglesia Asambleas de Dios en Colombia organizara toda una comisión para los asunto de reconciliación y paz que fuera representante ante el gobierno y ante la insurgencia en todo lo referente a los diálogos de paz. Estos son pasos importantes. Como grupo universitario RED UNIVERSITARIA hemos discutido ampliamente el tema y queremos participar como movimiento estudiantil cristiano en todo lo que tiene que ver con la facilitación y propuestas de paz en todo este proceso.

Considero que la iglesia evangélica debe participar más activamente en estos procesos sociales. No con solo proselitismo político o preocupados por tener líderes políticos en el poder, sino como actores desde todos los aspectos de la vida humana luchando por el imperativo de la paz. Por nuestras condiciones históricas nos sentimos, pues, llamados a participar activamente en la construcción de una cultura que se sustente en la paz, entendida esta como la resultante de la justicia, aquella justicia: la que habla del reino de Dios que ofrece sus dones de manera equitativa sin distingos de ninguna clase. Entendemos por el evangelio, los gemidos de la naturaleza y la gente que los dones de Dios se cristalizan también en los bienes con los que dotó su creación para el bienestar de la humanidad y del cosmos.

 

P. En caso de desarrollarse definitivamente los acuerdos de paz, ¿cuáles considera que serían los retos que se presentarían? ¿Qué pueden aportar los evangélicos?

R. Hay muchos desafíos:

1. Continuar estimulando los análisis de coyuntura en dialogo con nuestras reflexiones bíblicas desde nuestras bases en las distintas iglesias evangélicas en el país.

2. Participar en la gestación de una pedagogía para la paz desde las iglesias que formamos parte. Esta pedagogía puede incluir elementos tales como: conversatorios informativos a nivel local, participación en comités locales de convivencia a nombre y junto con las iglesias, diseño de materiales didácticos, y sobre todo, información permanente en lo referente a las iniciativas de paz con el ELN.

3. Participar a nombre del sector cristiano en mesas estudiantiles de trabajo por la paz en las sedes dispuestas para dichos diálogos.

4. Articular una hermenéutica bíblica de paz.

 

Jeferson Rodríguez.

6. Contribuir con nuestra presencia, nuestros saberes, nuestras reflexiones y nuestras iniciativas locales a la búsqueda de la paz con el ELN.

7. Nuestras experiencias de reconciliación en las iglesias son campos experimentados para ayudar en el postconflicto.

8. Nuestra resistencia pacífica a través de las practicas espirituales son herramientas invaluables para todo este proceso de paz.

9. Nuestra presencia en todo el país es garantía de acción consistente de en el tema de la paz. Nuestros espacios físicos, templos y demás terrenos, son espacios importantes para ofrecer en capacitación, resiliencias y edificación a todos los desmovilizados.

10. La preparación teológica contextual pero también científica y de alto nivel ayudará a dar elementos propios de diálogo con los demás saberes humanos en servicio a sociedades más justas y dignas.

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