Muere el dictador de Uzbekistán, cristianos esperan libertad religiosa

Musulmanes y protestantes sufren persecución en un país marcado por la corrupción, las torturas y los trabajos forzados. El régimen intentó ocultar durante días la muerte de quien ha manejado la república postsoviética por 25 años.

Redacción PD

Forum 18, El Mundo, El País · TASKENT (UZBEKISTAN) · 03 DE SEPTIEMBRE DE 2016 · 18:01

Vista de la zona turística de Taskent, la capital de Uzbekistán. ,
Vista de la zona turística de Taskent, la capital de Uzbekistán.

El sábado día 3 de septiembre se enterró finalmente a uno dictadores más desconocidos, el hasta ahora presidente de Uzbekistán, Islam Karímov.

Varias agencias y medios independientes avanzaron hace ya días que quien ha dirigido la república postsoviética desde que se fundara (en 1991) había sufrido un derrame cerebral. Finalmente, los medios oficiales confirmaron la noticia.

El dictador ha “ganado” cada elección a la que se ha presentado en sus 25 años de control,  con porcentajes de apoyo del 85% al 95%. El país no tiene ningún tipo de oposición política, y ONGs como HRW hablan de 10.000 presos políticos y torturas constantes. Por su hermetismo, Uzbekistán ha sido apodada la “Corea del Norte de Asia Central”.

 

Islam Karímov, el hasta ahora dirigente de Uzbekistán.

Uzbekistán es un país rico en recursos naturales, especialmente oro, estaño y algodón. Para explotar el algodón, el régimen emplea mano de obra forzosa a escala masiva -se ha llegado a hablar de un millón de personas cada año- que incluye a adolescentes para producir 850.000 toneladas de algodón anuales, que reportan a la dictadura ingresos de 1.000 millones de dólares, según datos de la ONG Anti-Slavery. 

 

REPRESIÓN CONTRA MUSULMANES Y CRISTIANOS

Se cree que el 90% de los 29 millones de uzbecos son musulmanes, pero el régimen persigue cualquier organización religiosa que pueda amenazar al sistema.

Movimientos islámicos han sido combatidos duramente en el país, una represión que habría motivado a muchos a unirse al Daesh o a grupos islamistas en Afganistán.

La agencia especializada en libertad religiosa Forum 18 ha producido decenas de informes negativos sobre Uzbekistán. En ellos relata la constante presión sobre Testigos de Jehová, que son encarcelados continuamente por celebrar reuniones en casas.

Es también asfixiante la presión sobre los cristianos protestantes. Este año se han inspeccionado viviendas de particulares en búsqueda de “material religioso”. Solo en 2016 han sido encarcelados varios creyentes, que han sufrido en algunos casos torturas, además de afrontar multas económicas.

Toda literatura religiosa está prohibida en el país, así como cualquier tipo de celebración religiosa. El jefe de policía de la ciudad de Fergana, reconocía en una entrevista a Forum 18 en abril de 2016, que “si un ciudadano tiene más de una Biblia, significa que está intentando reunir a otras personas en casa para oraciones y reuniones ilegales”.

Varias personas encarceladas por motivos religiosos han denunciado condiciones de higiene deplorables, así como intentos de violación.

 

RUSIA Y EEUU APOYAN AL RÉGIMEN

Pese a la mano de hierro y la ausencia de Derechos Humanos, Uzbekistán cuenta con el apoyo de socios clave en la escena internacional como Rusia, China y EEUU (que tiene bases militares en el país).

Fuentes conocedoras del país consideran que el régimen ya ha llenado el vacío de poder que se había producido con la muerte de Karímov; y se seguirá en la línea dura llevada a cabo hasta ahora. No se prevén, por tanto, cambios relevantes en materia de Derechos Humanos.

Uzbekistán ocupa el puesto número 15 en la Lista de Persecución Mundial de Puertas Abiertas, que considera que en el país se da una “persecución muy alta.”

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