La frustración alza a Donald Trump

El candidato republicano vence en Nevada y se perfila como candidato republicano a la presidencia. Juan Francisco Martínez, del seminario Fuller, analiza la situación electoral en EEUU.

Daniel Hofkamp

ESPAÑA · 24 DE FEBRERO DE 2016 · 10:59

Donald Trump celebra su victoria en Nevada. / DonaldTrump.com,donald trump
Donald Trump celebra su victoria en Nevada. / DonaldTrump.com

Donald Trump volvió a ser el candidato republicano más votado en el caucus de Nevada, consiguiendo una victoria contundente sobre sus rivales más directos, Marco Rubio y Ted Cruz. El triunfo le sitúa más cerca de ser elegido a la espera del “supermartes” de la próxima semana, donde podría asegurar una ventaja casi definitiva.

El fenómeno Donald Trump no hace más que aumentar en popularidad en Estados Unidos. Su discurso ha estado marcado por la contundencia contra los inmigrantes, los mensajes duros sobre seguridad y terrorismo o su estilo despectivo hacia sus oponentes.

Tal vez por ello no sólo ha sido objeto de burla en Estados Unidos, sino también en Europa. Hace sólo unos días el diario El País publicaba una columna donde se le comparaba con el pato Donald. ¿Cómo puede alguien tan “ridículo” conseguir entonces tanto apoyo?

Para Juan Francisco Martínez, profesor del seminario teológico Fuller en California, su éxito no obedece “a criterios normales de un proceso político”. “Ha podido atraer el interés de muchas personas que están frustradas con un sistema que no se ha interesado en ellos. Es fácil burlarse de Trump, por las maneras locas en que actúa, pero se le tiene que tomar en serio, al igual que algunos de los candidatos de derecha anti-inmigrante en Europa”, explica Martínez.

Esa frustración tiene su reflejo también en el partido demócrata, con la propuesta de Bernie Sanders que compite con Hillary Clinton. “Está claro que en esta vuelta electoral un gran número de personas están frustradas con los partidos y sus agendas”, añade.

Las opciones de Trump son cada vez mayores, según la analista de CNN Mel Robbins. “Al stabilshment no le gusta Trump porque no lo puede controlar, sin embargo, es el único candidato que podría tener alguna opción frente a Clinton”, explica hoy en una columna donde da por hecho la victoria definitiva de Donald Trump.

 

ATRAER EL VOTO DESDE LA FE

Con la celebración de cada uno de los caucus, la prensa ha puesto el foco en el electorado que define como “evangélico”. Un término que, sin embargo, no siempre se entiende de forma correcta. “Cuando la prensa en EEUU habla del voto evangélico entre los republicanos está hablando del voto evangélico blanco. La gran mayoría de evangélicos afro-americanos son demócratas (con alto apoyo a Hillary Clinton) y el voto evangélico latino tiende a dividirse entre los dos partidos, dependiendo del candidato (por ejemplo Obama recibió el 55% del voto evangélico latino en 2012).

“Hubo un tiempo en que el bloque evangélico blanco tendió a votar de forma más unida, pero está claro que no es el caso en este momento”, explica Juan Francisco Martínez.

Atraer el voto con arengas a la fe o demostrando conocimiento bíblico no son estrategias extrañas en la política estadounidense. Martínez recuerda que “hasta la fecha todo presidente ha confesado fe cristiana y muchos han apelado a su fe como parte de su campaña”. Sin embargo estas apelaciones no siempre resultan en votos, porque “el votante cristiano no siempre ha buscado a una persona de fe fuerte a la hora de votar. Por ejemplo, muchos cristianos cuestionan la fe y estilo de vida de Trump, pero votarán por él por otras razones”.

 

DIVERSIDAD EN EL VOTO EVANGÉLICO

Iglesias, ministerios, universidades o medios de comunicación cristianos han entrado en campaña durante los últimos meses, mostrando su apoyo a uno u otro candidato. El rector de la Universidad de Liberty en Virginia Jerry Fallwell Jr. dio su apoyo a Donald Trump. Un grupo de pastores de Nevada se unió en torno a Ted Cruz, mientras que líderes evangélicos como Wayne Grudem o Samuel Rodriguez dieron su apoyo a Marco Rubio.

Esta diversidad no siempre es percibida desde los medios en España, que tienden a considerar el “bloque evangélico” como algo homogéneo.

Pensando en las elecciones a la presidencia, Juan Francisco Martínez estima que el voto evangélico blanco “se irá con el candidato republicano, sea quien sea”. Pero “por otro lado, el voto evangélico negro se irá con Clinton, si ella es la candidata. Será interesante ver que hace el voto evangélico negro si Sanders es el candidato”.

En el caso del “voto evangélico latino”, Martínez cree que es más complejo “siendo que algunos votarán automáticamente por un republicano, mientras la mayoría estará entre los candidatos. Sospecho que el voto evangélico latino se irá al/la candidato/a que tome posturas menos “anti-latinas”, avisa Martínez.

Esa podría ser una de las losas para Trump, en caso de ser el candidato, dado que su discurso anti-inmigración ha provocado fuertes críticas en el colectivo latino, aunque también le ha aupado entre cierto electorado. “Este año ha habido una reacción anti-inmigrante fuerte entre segmentos de la población blanca que se siente amenazada por la realidad de los cambios demográficos que están ocurriendo en el país”, explica Martínez.

En 2012 líderes evangélicos se unieron a la iniciativa Pray4Reform, para pedir una reforma migratoria que regularizara a los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos. ¿Afecta la retórica anti-inmigrante a las iglesias? Para Martínez “la mayoría de los líderes evangélicos apoyan una reforma migratoria, pero la retórica nacional ha cambiado el debate en muchos contextos. Está por verse si seguirán con una postura pro-inmigrante o si el ambiente nacional cambiará la conversación en las iglesias”.

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