La fe, factor decisivo en la atención a refugiados

Europa está viviendo la peor crisis de refugiados desde la Segunda Guerra Mundial. La agencia de la ONU para los refugiados (ACNUR) confirmó que más de un millón de refugiados y migrantes han llegado a Europa por mar desde que empezó el 2015. 

Muchas organizaciones locales, nacionales e internacionales trabajan para proveer mejores condiciones de vida para aquellos que lo han dejado todo atrás, tratando de encontrar un sitio en el que vivir. 

Las autoridades europeas han organizado diferentes reuniones, han empezado nuevos proyectos, han pedido ayuda en el extranjero y han firmado acuerdos con países que reciben miles de refugiados. 

El año pasado, ACNUR también advirtió sobre la crítica situación global a través de varios informes así como por medio de estudios acerca de países específicos, como Grecia. 

António Guterres, un Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados, ha sido una de las principales voces pidiendo acción durante la crisis. 

“Europa tiene una responsabilidad clara en ayudar a aquellos que buscan protección de la guerra y la persecución”, expresó. “Negar esta responsabilidad es amenazar los fundamentos del sistema humanitario en el cual Europa ha trabajado tanto para construir. Los países europeos deben compartir de manera equitativa su respuesta a la crisis de refugiados, en casa y en el extranjero”, también dijo. 

MUCHOS PROYECTOS LIDERADOS POR CRISTIANOS

Organizaciones y comunidades cristianas han jugado un rol muy importante en hacer frente a la crisis. Tanto la Alianza Evangélica Europea y la Alianza Evangélica Mundial han animado a los cristianos del mundo a tomar un rol activo para luchar contra la crisis. 

Otras organizaciones evangélicas han coordinado proyectos para servir, ayudar, asistir y orar por los refugiados. Se están compartiendo los recursos y las mejores prácticas. 

LA IMPORTANCIA DE TRABAJAR JUNTOS

La crisis de refugiados ha demostrado la importancia de apoyar el trabajo de las organizaciones religiosas. 

Ya en el 2012, António Guterres habló sobre ello en un documento de ACNUR titulado “Fe y Protección” (Descarga el PDF aquí, en inglés)

“La religión y la espiritualidad motivan e impulsan a los individuos, las comunidades y organizaciones a ayudar a aquellos en necesidad y a salvarlos del peligro. Hubo un reconocimiento unánime de las valiosas contribuciones que las organizaciones y comunidades de fe realizan en la protección de los refugiados y los desplazados”, Guterres expresó.

“ACNUR no debería ignorar la religión, debemos respetar y valorar la fe de las personas que ayudamos. No debemos discriminar a las personas basándonos en sus creencias religiosas”, añadió. 

“Ignorar la fe seria ignorar su potencial para preservar la dignidad y para encontrar soluciones para las personas que ayudamos”, dijo el representante de ACNUR. 

El documento, que está más actualizado que nunca, admite que “los grupos de fe deberían estar más integrados en la prevención de conflictos y en las estrategias de reconciliación. La verdad es que donde la religión se utiliza para debilitar los derechos de las personas  no son los líderes religiosos los que lo hacen sino políticos que usan la religión para sus propios intereses.” 

“Es muy importante que organizaciones como la nuestra tengan esto en mente y que puedan hacer siempre la distinción”. 

LOS GRUPOS RELIGIOSOS TIENEN “INFLUENCIA MORAL”

Guterres explicó que “el asilo no solo es provisto por el estado basado en las provisiones legales sino que las comunidades receptoras juegan un rol central en la transformación del derecho a disfrutar del asilo en una realidad.”

Destacó la importancia de los líderes religiosos y las comunidades religiosas, que “con la influencia moral que ejercen y las grandes redes que tienen, pueden hacer una contribución muy grande creando y manteniendo actitudes positivas hacia los extranjeros y refugiados en sus comunidades.”

El documento también resaltaba “la necesidad de un dialogo interreligiosos para promover la coexistencia pacífica, particularmente donde se han establecido en un mismo sitio grupos de refugiados de diferentes religiones o creencias o donde su fe es diferente a aquella de la comunidad que los recibe.”

“Hay algunas cosas prácticas que las organizaciones religiosas podrían hacer para asistir a los refugiados, como por ejemplo consejería, asesoramiento legal y promoviendo el registro de nacimientos”, decía el texto. 

LOS LÍDERES RELIGIOSOS “AYUDAN A PREVENIR EL CONFLICTO”

“Los líderes religiosos pueden contribuir a crear dos condiciones que son esenciales para soluciones sostenibles: voluntad política, y lo que alguien llamó “espacio en los corazones y las mentes’ de las comunidades receptoras. Estas dos cosas son de las más difíciles de conseguir en los actores humanitarios, lo cual destaca la importancia de la colaboración con comunidades religiosas en este tema”, afirmó el Alto Comisionado. 

La declaración señala que los líderes religiosos “pueden prevenir conflictos y abordar las causas de raíz del desplazamiento, orientar a los refugiados en tomar decisiones informadas sobre el exilio y juegan un rol central en hacer soluciones sostenibles al ayudar a los refugiados a integrarse en sus nuevas comunidades.”

LAS ORGANIZACIONES TIENEN QUE “TENER MEJOR CONOCIMIENTO DE LAS DIFERENTES RELIGIONES”

Guterres se dio cuenta de que “algunos de los retos que deben confrontar las comunidades religiosas al trabajar con actores humanitarios, se basan mayoritariamente en una falta de entendimiento de su rol y su potencial, y un acceso limitado a los mecanismos de coordinación humanitarios establecidos.”

Llegó a la conclusión de que los actores humanitarios, incluyendo el ACNUR, tienen que “profundizar su entendimiento en las tradiciones religiosas a través de diferentes creencias y tener más conocimiento de este tema”. 

“La verdadera colaboración tiene que ser un proceso bidireccional, basado en respeto mutuo, transparencia y principios humanitarios fundamentales. Debemos ser más inclusivos y consultar a los actores religiosos nacionales ya desde la etapa de planificación, para emplear todo el potencial de las cualidades que traen para complementar nuestro propio enfoque”, concluyó Guterres.