Refugiados, postureo y baja política

El campamento de refugiados del Parque de Maximilien en Bruselas acoge a cientos, pero la alternativa que ofrece la administración no cubre las expectativas.

  · Traducido por Cristina Rovirola

Evangelical Focus, Joëlle Philippe · BRUSELAS · 29 DE SEPTIEMBRE DE 2015 · 16:25

La entrada del campamento en el Parque Maximilien. Durante el día, está abierto a todo el mundo. / J. Philippe,bruselas parque maxi
La entrada del campamento en el Parque Maximilien. Durante el día, está abierto a todo el mundo. / J. Philippe

Todos son solidarios ahora”, se quejaba el viceprimer Ministro de Bélgica Alexander De Croo en una entrevista para Le Soir, el principal periódico francófono, el domingo 13 de septiembre.

“A ver quién da más”, expresaba, refiriéndose a la publicación que la ministra de educación había escrito en su blog, llamando a la solidaridad, al ofrecimiento de una organización flamenca para dar trabajo a los refugiados y, por supuesto, a la gran cantidad de voluntarios en el Parque Maximilien.

Tal vez hay un poco de verdad en los reproches de De Croo: parece que todos están intentando presumir en las redes sociales acerca de lo que han estado haciendo para los refugiados que solicitan asilo.

 

Un grupo de refugiados descansando a mediodía. / J. Philippe

Además, la crisis es la oportunidad política perfecta para criticar al adversario. Théo Francken, el Secretario del Estado para Migración, acusa al campo de refugiados de ser “un baluarte para los activistas de izquierdas” quienes “manipulan a los refugiados para su ganancia política”.

Francken, probablemente sintiéndose atacado desde diversos grupos, también está en un conflicto abierto (verbal) con el alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur quien acusa de mirar a otro lado y de permisividad. Mayeur, socialista, acusa al Gobierno Federal de derechas de no hacer su trabajo.

El Primer Ministro belga, Charles Michel, estaba preocupado por la dimensión del conflicto y los convocó para dialogar.

 

UNA ALTERNATIVA INDESEADA

De Croo explicó en la misma entrevista que el gobierno realmente está haciendo algo: “si solo abrimos 250 nuevos expedientes al día es porque esa es nuestra capacidad máxima para hacer bien nuestro trabajo”. Esto también lo han dicho otros representantes en el gobierno, especialmente Theó Francken, quien fue entrevistado por Le Soir el siguiente fin de semana, el domingo 20 de setiembre. Después de que se haya abierto el expediente, los refugiados que solicitan asilo tienen que esperar algunos días hasta que son hospedados.

 

La calle que cruza el campo, al fondo. / J. Philippe

El gobierno está un poco avergonzado de lo que está pasando en el Parque Maximilien: “Parece más un mercado o un festival de música”, dijo de Croo y reprobó el hecho de que los refugiados rechazaran dormir en un espacio ofrecido en la torre WTC.

Allí puede acoger a quinientas personas pero aparentemente sólo podían ir por la noche. Otra objeción era el hecho de que no hubiera baños ni comida. Los refugiados prefieren quedarse en el parque donde hay actividades, un campo de futbol, y sí, parece más un mercado que un dormitorio.

Sin embargo, la semana pasada llovió. Mientras las tiendas se hundían profundamente en el barro, algunos refugiados decidieron ir a la torre WTC, que ahora está abierta durante el día y la noche, y tiene duchas y se sirve comida.

Pero la torre está lejos de estar llena. La privacidad es otra razón: las tiendas ofrecen hospedamiento individual. Las familias duermen juntas en tiendas grandes y los hombres solteros tienen una para ellos. “Tenemos que darnos cuenta de que a menudo vienen de diferentes culturas, contextos y hasta religiones”, dice Marymam, una voluntaria que habla lengua árabe. “No quieren compartir su intimidad con otros”.

En cualquier caso, De Croo fue firme: cuando se ofrece una alternativa, no debería ser rechazada y señaló a Mayeur.

“El ayuntamiento es el responsable del orden público”, dijo De Croo. “No es digno de una capital europea, el campo de refugiados debería ser evacuado”.

Francken, por su parte, ha estado repitiendo lo mismo una vez y otra: están buscando más sitios para recibir a personas, aunque hasta ahora solo la torre WTC ha sido abierta y este pasado fin de semana varias familias han llegado al campo de refugiados.

 

HACIENDO LA DIFERENCIA

Max, uno de los principales responsables en el campo de refugiados ahora, parece estar de acuerdo con De Croo. Simplemente, tienen diferentes ideas sobre cómo se debería evacuar el campo de refugiados. Max es realmente profesional en sus tareas de gestión y estos últimos días ha estado intentando poner a personas cualificadas en posiciones logísticas mientras ha tomado casi todas las tareas de comunicación externas: “Es mi tercer campo de refugiados este año; he estado en Palestina dos veces”. En su vida “normal” trabaja como portavoz, lo cual explica su habilidad para contestar a mis preguntas de forma larga.

Para él, la torre WTC no es una solución porque las condiciones no están lo suficientemente bien e insiste en el hecho de que el gobierno no les está escuchando. “La WTC es una excusa para decir que están haciendo algo”.

 

Un traductor voluntario es entrevistado para una televisión belga. Los medios, en general, han mostrado su apoyo al campamento. / J. Philippe

Algunos medios de comunicación (y personas en estas redes sociales) empiezan a decir que el campo de refugiados no está siendo evacuado porque ahora también está hospedando a personas sin techo y inmigrantes que no podrían aplicar para el asilo, dado que provienen de países “seguros” y serian considerados migrantes económicos.

Max admite que es duro diferenciar entre inmigrantes y refugiados. “El hecho es que están aquí, y necesitamos cuidar de ellos”, pero “en dos semanas no deberíamos seguir aquí”. Max habla de razones prácticas: “No tenemos más espacio para recibir de manera segura a más refugiados: ¡debería haber espacio entre tiendas! Y dado que el campo de refugiados no es legal, no hay seguro para los voluntarios. ¿Qué pasa si se produce un accidente?

Hemos invitado a Francken a venir al campo de refugiados”, dice Yohan, un joven con barba que se encuentra en sus treintas que es del grupo de presión, “dijo: vale”. Eso fue hace días. Se ríe con amargura y añade: “Está esperando una oportunidad política”.

 

Puede leer el primer artículo de la serie aquí.

 

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