El armenio que llevó el evangelio a Argentina

Como tantas familias, los Mereshian emigraron a Argentina huyendo de la persecución. Uno de ellos, Jorge Mereshian, fue el fundador de varias iglesias evangélicas, sobre todo en la provincia de Córdoba.

Redacción PD

Daniel Valuja · CÓRDOBA · 24 DE ABRIL DE 2015 · 12:10

Jorge Mereshian, predicando en Villa Luro.,
Jorge Mereshian, predicando en Villa Luro.

La persecución que desde el imperio otomano se desplegó hacia diversas minorías étnicas y religiosas, entre ellos los armenios, precipitó la huída de sus lugares de origen de miles de personas.

Uno de los países que recibió a cientos de familias armenias fue Argentina, donde hoy continúan establecidas varias comunidades que en el centenario del genocidio armenio recuerdan las penurias que pasaron sus antepasados más cercanos.

Es en la provincia de Córdoba, en el interior del país sudamericano, fue donde se establecieron algunas familias, entre ellas la de los Mereshian. Contaba su historia el escritor Taner Akam en 2010, en la presentación de su libro “El genocidio armenio, un acto vergonzoso”: “la abuela Mereshian - decía el escritor - sabía hablar el francés y al enterarse que tropas francesas pasaban por el lugar donde se habían escondido, les pidió tímidamente asomándose a un muro que por favor los auxiliaran”.

Fue así como, con la muestra de compasión de los soldados franceses, salió toda la familia en un carro - tenían cinco hijos - y los llevaron a un territorio más seguro.

Era entonces el año 1924, cuando los que habían escapado del exterminio que comenzó en 1916 buscaron comenzar una nueva vida en otra región en la que no fuesen perseguidos por su etnia o creencia.

 

JORGE MERESHIAN, PREDICADOR, MENTOR Y EDITOR

 

Jorge Mereshian.

 Entre ellos se encontraba Jorge Mereshian, nacido en 1908, era entonces un joven que traía en su corazón el deseo de compartir su fe con aquellos con quienes entraría en contacto. Primero los de su propia raza, estableciendo un testimonio evangélico en el entonces barrio Inglés (hoy Pueyrredón), junto con su padre Ludwig y otros hermanos en Cristo. Así fundaron la Iglesia Evangélica Armenia “Maranatha” que continúa hasta hoy.

Luego sintió el llamado para predicar a personas de habla hispana, por lo que se separa del grupo en 1937 y alquila un pequeño salón en calle Bulnes, que fue el germen de lo que hoy es la Asamblea en calle Rincón 1941 – Córdoba, a la cual pastoreó por 20 años poniendo los cimientos espirituales de una Iglesia fundamentada en los sanos principios doctrinales del Nuevo Testamento.

En su tarea de pastorado no descuidó la visitación, animando y exhortando a los demás creyentes. Fue un pastor espiritual paciente, cariñoso y amable con la gente, por lo que muchos le recuerdan con particular afecto.

Su ministerio empieza a extenderse, viendo la necesidad de implantar lugares de testimonio en otros puntos de la ciudad y la provincia de Córdoba. Así es que nacen iglesias en otros barrios de la capital cordobesa y también en localidades del interior provincial como Unquillo, Salsipuedes, Río Ceballos, entre otras. Además fue muy importante su colaboración y apoyo a Iglesias en Oncativo, Villa María, Bell Ville y en otras provincias de la zona de Cuyo, en Jujuy, Tucumán, Santiago del Estero, etc.

Jorge Mereshian era un estudioso de la Biblia y contó desde muy joven con el inestimable consejo de misioneros evangélicos con más experiencia, como don Jorge Hamilton, quien fue para él un gran maestro y padre espiritual. Asimismo tuvo a su alcance el aporte de buenos libros, especialmente de autores ingleses.

 

Agua Viva, libro que recopila artículos de Jorge Mereshian, con prólogo de Luis Palau.

 Su don para comunicar el mensaje bíblico, tanto en la predicación como en la enseñanza, hizo que pronto comenzaran a invitarlo para tomar reuniones y conferencias en otras Iglesias del país y de países limítrofes, tarea que llevó a cabo intensamente por muchos años.

Se ocupó asimismo de la formación de líderes, dedicando tiempo de estudio y oración con jóvenes Tal es el caso de misioneros como Luis Palau y Manuel Boyadjián.

Fue co-fundador y redactor de la revista “Mentor”, dirigida a maestros de Escuela Dominical y pastores en general, con bosquejos de lecciones y artículos para la orientación de la enseñanza. Fue también redactor de muchos artículos en revistas cristianas como “El Sendero del Creyente” y “El Despertar”. Recientemente sus hijos publicaron una recopilación de 45 de sus escritos, en un libro que lleva por nombre Agua Viva.

Su ministerio abarcó treinta plenos años de su vida: desde los 20 hasta los 50 años de edad. Después su enfermedad le impuso limitaciones, hasta que a los 66 el Señor lo llevó a su descanso. Un verdadero siervo consagrado, muy respetado por su madurez espiritual y su capacidad entregada por completo a la extensión del Evangelio y principalmente a la enseñanza de la Palabra, con el respaldo de largas horas de trabajo, estudio y oración.

Una historia que comenzó con la cruel persecución en territorio turco, pero que derivó en una obra fructífera a miles de kilómetros, en Argentina, de la que todavía hoy se recogen frutos.

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