Rumanos en España: ‘4 horas de cola para votar por el cambio’

La elección contra pronóstico (y contra los poderes fácticos) de Klaus Iohannis como presidente de Rumanía ha creado una ola de optimismo en un país cansado de corrupción.

El nuevo jefe de estado es protestante, y se espera de él que traiga valores como la honestidad y la transparencia, tiene una oportunidad para modelar una política real de servicio a los ciudadanos.

¿Qué esperan de él sus compatriotas creyentes?

Nos explica sus impresiones Denis Plesa, uno de los muchos jóvenes rumanos en el extranjero que deseaba que llegara el día de la votación para ayudar a llevar un cambio profundo en su país de origen.

Pregunta. ¿Cómo definirías al candidato ganador, Klaus Iohannis? ¿Por qué cosas se le conocía hasta ahora?

Respuesta. Sinceramente, antes de saber que participaría en las elecciones presidenciales de este año, nunca había escuchado hablar de su nombre, pero una vez supe de su deseo de ser presidente, empecé a buscar información sobre él y me quedé totalmente sorprendido de cómo la ciudad de Sibiu había mejorado en los 14 años desde que era alcalde, haciendo que en 2007 fuese la capital europea de la cultura.

P. Todos los medios parecen estar de acuerdo en que su victoria como candidato de la Alianza Cristiana Liberal, con un 55% de los votos, es una sorpresa. ¿Qué ha pasado en la sociedad rumana en estas semanas para que acabara votando por este cambio?

R. No hay ningún tipo de duda que la red social Facebook ha sido uno de los elementos clave para que los resultados acabaran tal y como han acabado. Cada vez que salía a la luz algún mecanismo de compra de votos del otro candidato, Ponta, se divulgaba con una velocidad impresionante y cada uno llegaba a ver con sus propios ojos cómo personas encargadas por su partido se aprovechaban de la gente de pueblos pobres comprando votos con elementos básicos como: harina, aceite, pan, etc… Por esta razón muchas personas se dedicaron a llamar a sus familiares de los pueblos pidiéndoles que no se dejaran engañar.

P. Se dice que Iohannis ha ganado gracias al voto joven, al voto urbano y a los rumanos en el extranjero. ¿Pudiste votar tú? ¿Qué sensaciones percibías entre otros rumanos que como tú viven fuera de su país de origen?

R. Yo voté en Barcelona, después de esperar 4 horas y media. El hecho de tener que esperar tanto también hizo que la gente votara pro Iohannis, pues Ponta, representando el partido que se encargaba de hacer que la votación funcionara bien en el extranjero, parece que hizo todo lo posible para quitar este derecho democrático. Las sensaciones que percibí fueron extraordinariamente positivas.

Ha sido muy emocionante ver como la gente estaba dispuesta a esperar tantas horas para votar y así cambiar el país. Se notaba que todos deseaban un cambio.

P. Victor Ponta estaba en el poder, tenía el apoyo de las grandes instituciones (entre ellas, la iglesia Ortodoxa) y se presentaba como el candidato nacional frente al “alemán” Iohannis… ¿Cómo es que aún así ha perdido?

Jugó un papel importante el hecho de que la gente llegara a enterarse que el tipo de apoyo de la iglesia Ortodoxa no era del todo ortodoxo… Por ejemplo, en muchas puertas de estas iglesias de los pueblos, sacando del contexto versículos de la Biblia, se daba a entender que la gente tenía que votar con Ponta, o en caso contrario algo malo les pasaría.

En general se puede decir que el pueblo rumano entendió que Ponta intentaba engañarlo con todos los medios posibles y como consecuencia reaccionó con todo tipo de manifestaciones en su contra.

P. ¿Qué piensan los evangélicos en Rumanía sobre Iohannis? ¿Crees que la mayoría de los creyentes le ha votado?

R. Los evangélicos en Rumanía tienen una buena opinión sobre él, pues a pesar de todos los esfuerzos de la oposición de intentar sacar a luz corrupción o fraude de su parte, se fracasó cada vez. Se ha demostrado que es un hombre honesto y no tiene nada que esconder. Puesto esto en contraste con la tesis de doctorado plagiada de Ponta y las otras mentiras, Iohannis tenía una buena ventaja.

E jueves anterior a la elección las iglesias convocaron un día especial de oración, para que Dios hiciera lo que fuera lo mejor para el país, ganara el candidato que ganara. Pero estoy convencido de que la mayoría de los creyentes le votaron. Personalmente no conozco a nadie que no lo haya hecho.

P. En general, ¿cómo son vistos los protestantes en la Rumanía ortodoxa? ¿El hecho de ser protestante ha favorecido o ha dificultado la elección de Iohannis?

R. Después de casi 25 años de la caída del comunismo, todavía se siente el daño que este ha hecho al protestantismo. Aún hay personas que ven en nosotros unos enemigos de la tradición ortodoxa, pero, a pesar de esto, muchos han aprendido a mirar más allá de la preferencia religiosa. El pueblo identifica a los protestantes como escrupulosos.

P. ¿Crees que en Rumanía se vive un ambiente similar a otros países de la región (Ucrania, por ejemplo), en los que la gente pide que haya una limpieza profunda de la corrupción?

R. Sí, se vive el mismo ambiente y por esta razón creo que la gente votó a Johannis como presidente. Estábamos todos hartos de las mismas personas que nos han robado durante todo este tiempo desde la caída del comunismo. Al pueblo no le parecía que Ponta aportara el gran cambio que Rumanía tanto necesitaba, pero sí Iohannis.

P. Personalmente, como rumano y creyente, ¿esperas algo especial de este presidente?

R. Lo único que espero es que haga su trabajo bien y empiece la limpieza de la corrupción tal y como prometió durante la campaña electoral.

P. Finalmente, ¿estás de acuerdo con el análisis de X. M. Suárez cuando dice que sería posible que incluso en España podría salir elegido en el futuro un presidente de una minoría protestante, si el hipotético candidato se ganara el respeto de la población por los valores que salen de su fe?

R. Estoy totalmente de acuerdo. Llega un momento en el que la población decide olvidarse de todos los prejuicios y esto pasa cuando se da cuenta de que la manera actual de hacer las cosas no funciona.

Entonces uno se acuerda de que en una minoría, en este caso la protestante, las cosas que hacen que un país decaiga están “prohibidas” por ley divina y deciden darle una oportunidad. Esto es lo que creo que pasó en mi país. Oremos para que en España este momento llegue pronto.