‘La política está sentada en los templos venezolanos’

“Mi llamado al Gobierno es que no somos sus enemigos, pero debemos ser imparciales como líderes de la Iglesia, así se lo he hecho saber a grandes amigos en el Gobierno” dice G. Doumat, reconocido comunicador evangélico.

CARACAS · 10 DE ABRIL DE 2014 · 22:00

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Georges Doumat B., es comunicador, pastor, escritor y licenciado en Teología (mención pastoral). Fundó la organización Verdad y Vida Comunicaciones, dirige desde su fundación hace 22 años el quincenario venezolano Verdad y Vida (también www.verdadyvida.org), la emisora Celestial FM; y es pastor junto a su esposa Verónica Montaner en el Centro Cristiano El Elyon –El Dios Altísimo- en la Isla de Margarita, Venezuela. Protestante Digital se ha dirigido a él para conocer de cerca la realidad de la profunda crisis que vive Venezuela, y en especial de qué manera esto afecta a las iglesias y creyentes de fe evangélica. PANORAMA EVANGÉLICO EN VENEZUELA Según cifras dadas por el Consejo Evangélico de Venezuela (CEV), el pasado mes de enero, el 17% de la población es evangélica, y en los últimos 14 años ha crecido más de un 7%, es decir, durante el gobierno socialista que encabezó el fallecido Hugo Chávez. El mandato de Chávez trajo crecimiento, “no por lo que implica su ideologización, sino porque la misma crisis y las adversidades siempre generan avivamiento y crecimiento; y Venezuela, específicamente el mandato de Chávez y ahora Nicolás Maduro tiene adeptos como opositores entre el pueblo evangélico”. Como ocurre en otros lugares del mundo, la iglesia pentecostal es la de más crecimiento, ante un casi estancamiento de la denominaciones tradicionales. Sin embargo, “las iglesias independientes y las apostólicas son las que más están creciendo en número en las principales ciudades del país”. En cuanto a entidades que se puedan considerar más representativas por el Gobierno y por los propios evangélicos“existen varias federaciones de iglesias y organizaciones cristianas, pero a nivel del gobierno esto no tiene ningún peso; de hecho, al CEV no se le toma en cuenta en importantes reuniones, como acaba de suceder en la Conferencia de Paz celebrada en el Palacio de Miraflores donde al representante de este Consejo se le impidió la entrada a la misma”. POLITIZACIÓN EN LAS IGLESIAS Afirma Doumat que “la parcialización política hace rato que se sentó en las bancas de nuestras congregaciones, por lo que se nos hace muy difícil ejercer el ministerio pastoral sin que algunos se sientan aludidos”. Esto llega hasta el extremo de que veces “no hallamos cómo orar, pues al señalar el motivo de oración algunos se sienten aludidos, cuando eso es un error, puesto que la Iglesia está llamada a ser y comportarse de manera imparcial, no así dejar de denunciar la injusticia, el pecado y la mala gestión pública de funcionarios, parlamentarios, jueces, etc., puesto que el hecho de ser “sal” y “luz” ya dice mucho de nuestro papel en la sociedad de todos los tiempos desde Cristo hasta la fecha”. La tendencia nacional también se ve reflejada puertas adentro de cada iglesia. “Existen cosas que apoyamos y otras que señalamos –a la luz de la Biblia- como incorrectas y generadoras de conflictos; pero todavía es inconveniente ofrecer un balance del mandato de estos últimos 14 años”. Ante la impresión que se puede tener desde fuera, de que Chávez atendió mejor a las clases más necesitadas, pero no se acabaron con problemas de fondo como la corrupción y la violencia, Georges Doumat piensa que es así, y que ”la mayoría de las congregaciones cristianas están en barriadas y zonas de bajos recursos, y allí hay mucho más apoyo a la gestión gubernamental; pero como Iglesia hemos sufrido los mismos problemas de corrupción y violencia (que ha sido generada por la inseguridad e impunidad o “justicia selectiva”).” “Los problemas de la Iglesia del Señor se mantiene igual desde las barriadas hasta en las más importantes ciudades; la falta de apoyo para con el pueblo cristiano en general es uniforme a nivel nacional, se nos llama cuando ya no hay más remedio y de eso hemos publicado mucho en el periódico Verdad y Vida, denuncia tras denuncia del liderazgo cristiano hacia la desatención del gobierno a las exigencias y necesidades del pueblo evangélico”. LA VENEZUELA ACTUAL Sobre qué está pasando actualmente en Venezuela, ante el conflicto de unas elecciones ganadas por un pequeño margen coincide Doumat en que ese ha sido uno de los problemas, “puesto que el margen fue muy cerrado y no hubo una revisión del escrutinio que se había prometido, eso ha generado un problema de gobernabilidad, sumado a la corrupción el despilfarro que hasta ha sido denunciado por parcialidades dentro del mismo gobierno, como es el sonado caso de los 25 mil millones de dólares otorgados a “empresas de maletín”, hecho público por personeros del alto gobierno sin que hasta la fecha haya ni un imputado y mucho menos un detenido”. A esto, explica, se añade que ”mientras el pueblo vive una aguda escasez, tanto “oficialistas como opositores permiten que “haya problemas con la inseguridad y la violencia, un férreo control cambiario, etc.; poco se ha hecho en materia de justicia. La justicia venezolana está en terapia intensiva, y nosotros que somos un pueblo que se mueve y promueve la justicia divina no podemos ser convidados de piedra ante este grave pecado; si no se respeta la Constitución Nacional y se violan las leyes el país va a un resbaladero que terminará en un profundo abismo, eso es lo que muestra Dios en las Sagradas Escrituras”. POSTURA DE EVANGÉLICOS ANTE LA CRISIS Ante esta situación de crisis generalizada, ¿qué postura o posturas tienen los evangélicos venezolanos? Responde el comunicador venezolano que “unos deploran al gobierno, aunque oran por una salida pacífica y constitucional, no dejan de reclamar sus derechos. Por otro lado está el grupo afecto que vive chocando y rebotando entre los hechos y lo que dice Dios en la Biblia; pero finalmente terminarán aceptando la voluntad de Dios claramente establecida en su Palabra”. Lo que hace toda la Iglesia es que “ora, clama, ayuna, usa las armas espirituales”. También “muchos salen a la calle pero a expresar de una manera muy distinta a la del resto del pueblo no creyente(…) No propugnamos nada inconstitucional, no alentamos salidas violentas, no creemos en un quítate tú para ponerme yo, pero de que es necesario un profundo cambio en la política del Gobierno nacional lo es. En cuanto al papel que están jugando las instituciones evangélicas“eso debe cambiar de inmediato, porque no muestra buen síntoma nacional y menos para dentro de la Iglesia. El hecho de que algunos líderes tengan una postura personal no significa que se deba “castigar” a toda la Iglesia Evangélica, porque entonces ya hemos dejado de ser una República democrática; por eso “mi llamado al Gobierno nacional al respecto; no somos enemigos de ellos, pero tenemos que ser imparciales como líderes de la Iglesia, así se lo he hecho saber a grandes amigos que tengo en el alto gobierno”. Doumat mantiene la esperanza de que “si seguimos orando y creyendo que la gracia y la misericordia de Dios sobrepasarán esta crisis coyuntural en la que se encuentra nuestra amada Venezuela. Si la mayoría de los gobiernos no han querido meterse y mediar políticamente, nosotros si lo estamos haciendo ante el verdadero Soberano de Venezuela: Jesucristo. Sólo en Cristo hay paz, unidad y prosperidad para Venezuela. Urge un arrepentimiento nacional y volvernos al Señor de la Biblia, no al Cristo de la religión; creo que 500 años de religión hueca y vacía sumado a esta grave crisis nacional han sido suficiente para darnos cuenta que Venezuela debe convertirse a Jesucristo de corazón y no por tradición”. Pueden leer aquí la entrevista completa a Georges Doumat “Venezuela: evangélicos, fe y política”

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