Evangélicos entran en el debate sobre homofobia en Italia
La ley que discute el Senado italiano, que pretende proteger a las personas que son discriminadas por su orientación sexual, podría vulnerar el derecho a opinar fuera de la visión “políticamente correcta”, advirtió la Alianza Evangélica Italiana.
ROMA · 19 DE ENERO DE 2014 · 23:00
Debate sobre ley de homofobia, organizado por la Alianza Evangélica Italiana en Roma.
La Alianza Evangélica Italiana organizó un debate en el que participaron varios políticos, así como el presidente de la entidad evangélica, sobre la ley contra la homofobia que se discute actualmente en el Senado italiano.
El planteamiento del encuentro giraba en torno a la necesidad, por una parte, de proteger a un colectivo históricamente atacado –los homosexuales-, y por otra, los problemas que podrían sucederse con respecto a la libertad de expresión.
La ley podría tener un efecto paradójico, explican desde la AEI. Por un lado, su objetivo es proteger a las personas que son discriminadas por razón de su orientación sexual o la transexualidad, mientras que por otro lado, podría vulnerar el derecho de cualquier persona a expresar libremente las convicciones que están en contraste con una visión “políticamente correcta” de la sexualidad. ¿Podría un predicador seguir hablando de “pecado” sin ser acusado de homofobia? ¿Podría alguien sugerir un cambio de conducta, sin recibir la etiqueta de “homófobo”? En la escuela, ¿seguiría siendo posible promover la idea de que el matrimonio es entre un hombre y una mujer?
Estas fueron las preguntas planteadas en la mesa redonda organizada por AEI en Roma el 16 de enero.
La AEI ya había expresado su preocupación hace unos meses, y ha aprovechado la oportunidad de la presentación de este proyecto de ley en el Senado para organizar un debate público con la participación de diputados de los tres partidos diferentes: Irene Tinagli, Lucio Malan, Mario Staderini y Giacomo Ciccone (Presidente de AEI), moderado por Leonardo De Chirico.
Irene Tinagli (que fue de las primeras en firmar el proyecto de ley) explicó las motivaciones que subyacen a una intervención legislativa en contra de la homofobia. “Todavía hay muchos restos de los prejuicios contra los homosexuales y estos sentimientos a menudo se convierten en discriminaciones. Esta situación inaceptable exige una intervención legislativa”, dijo.
Lucio Malan criticó el proyecto de ley actual porque, a pesar de que su objetivo es luchar contra la discriminación, que no define claramente qué significa esta discriminación y por lo tanto se abre la puerta a interpretaciones discrecionales que muy bien podrían incluir opiniones contrarias a la ideología de género.
Giacomo Ciccone afirmó que efectivamente existe un problema de homofobia. De acuerdo a la visión bíblica, nadie es “sexualmente normal”, teniendo en cuenta que todos vivimos la sexualidad de una manera distorsionada. También es cierto que la cultura cristiana considera que el matrimonio es una relación de pacto en el que se puede vivir plenamente la sexualidad.
Ciccone recordó que el actual proyecto de ley no define lo que es la discriminación y lo que no lo es. Esta es la razón por la que sugirió considerar la “Enmienda Waddington”, que fue insertada en la ley británica sobre la homofobia. Esta enmienda dice lo siguiente: “la oposición o crítica hacia la conducta sexual, la práctica o la insistencia de las personas a otras para que se abstengan de modificar dicha conducta, no se considerarán en sí mismas como una amenaza o intención de fomentar el odio”.
“Esta aclaración podría incluirse en el proyecto de ley y por lo tanto proporcionar las aclaraciones necesarias y defender la libertad de expresar diferentes puntos de vista acerca de la sexualidad , sin condenar a ninguno”, dijo Ciccone.
Mario Staderini, por su parte, reconoció que el proyecto de ley actual es una expresión típica de las “incertidumbres jurídicas” que dan al juez un amplio margen para aplicar su poder discrecional. “Necesitamos con urgencia una definición clara de 'discriminación' e 'incitación al odio', que tienen que prever sanciones civiles y administrativas, dejando de lado el ámbito del derecho penal”, opinó.
En conclusión, Leonardo De Chirico, vicepresidente de AEI , subrayó que los evangélicos desean contribuir al bien de una sociedad que va hacia el pleno reconocimiento del pluralismo y la plena libertad de expresión. “Después de haber sido víctima de una ideología religiosa del Estado -advirtió De Chirico- Italia corre el riesgo de caer en una ideología de género declarada obligatoria por ley. En este escenario, el gran perdedor será la posibilidad de vivir en una sociedad plural en la que diferentes puntos de vista se puede expresar sin penalización. Esta es la contribución que la minoría evangélica tiene la intención de dar al debate en curso”.
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