Las escuelas públicas francesas elevan el laicismo a enseñanza fundamental

Desde hoy, las escuelas públicas en Francia muestran en un lugar visible, junto al lema de la República de “igualdad, libertad y fraternidad” y la declaración de Derechos Humanos, una Carta del Laicismo que, en 15 puntos, quiere explicar a los alumnos en qué consiste y cómo es beneficioso para la sociedad. El texto, de 15 artículos, estipula que la República Francesa es indivisible, democrática, social y laica. Otro párrafo dice que ningún estudiante puede invocar convicciones políticas o religiosas para cuestionar el derecho de un maestro a enseñar ciertas partes del currículum. Se incluye también la prohibición de llevar el velo islámico u otra indumentaria semejante a la escuela, dado que la ley proscribe el “uso de signos religiosos con ostentación”. En una entrevista, el ministro de Educación Vincent Peillon justificó la enseñanza de esta síntesis, señalando que el laicismo es “una exigencia de razón, de justicia y de paz” que fija “un cierto número de obligaciones, de límites y de reglas: el respeto de los demás, la neutralidad del Estado, de los espacios en los que no se hace proselitismo, la distinción del saber y de la fe”. Insistió en que eso nunca se impone por la violencia y que “aunque impone una obligación de neutralidad religiosa y política, asume valores” como la libertad de conciencia, el respeto de la persona, la igualdad hombre-mujer y la racionalidad. Preguntado sobre si esta iniciativa no encubre una islamofobia, el ministro socialista replicó que “para nada” y que el laicismo “ofrece un espacio preservado y neutro en el que se da a cada uno, sea cual sea su religión, su origen social o geográfico, los medios para elegir y construir su vida”. Los profesores tendrán a su disposición un documento con comentarios artículo por artículo para facilitar su enseñanza. Además, esas nociones pasarán a los currículos de las escuelas de formación del profesorado.