Estados Unidos acusa a Al Asad de matar a 1.429 civiles en ataque químico

Tanto el presidente de Estados Unidos Barack Obama como el secretario de Estado John Kerry han garantizado poseer pruebas inequívocas de que el ataque químico denunciado el pasado martes fue obra del régimen y acabó con la vida de 1.429 civiles, 426 de ellos niños. La acusación sirve de apoyo a ambos para reforzar la postura que han mantenido en los últimos días, preparando un eventual ataque al régimen. Obama, sin embargo, ha dicho que todavía no se ha concretado la intensidad de esta acción, pero ha querido desmarcarse del recuerdo de Irak avisando que será una acción “limitada”. Las armas químicas, dice el presidente de EEUU, son una “amenaza” para la seguridad nacional de los Estados Unidos y por ello se ven legitimados a tomar acciones militares. El revés que supone la negativa del parlamento inglés a una intervención no parece haber afectado en las intenciones norteamericanas, que cuentan con el apoyo total de Francia y Turquía, aunque no de la OTAN ni de la ONU. Ante ello, Kerry ha dicho, minutos antes de intervenir Obama, que “la ONU no puede aglutinar toda la respuesta ante esta situación”. “Este crimen contra la humanidad es asunto nuestro: si no actuamos, el mundo está en peligro”, ha sentenciado el secretario de Estado. Por su parte, el régimen de Al Asad sigue negando la acción de la que se le acusa. De hecho, durante el día de hoy presentó supuestas pruebas de que el ataque procedía de los mismos rebeldes ante la ONU. La situación de tensión ha disparado las alarmas en el cercano estado de Israel, que teme ser objetivo de Siria en una hipotética guerra que podría desplegarse en los próximos días.