Pan, cama y abrigo para los más necesitados

La ONG El Encuentro, dependiente de la Iglesia Bautista de Fray Bentos (Río Negro, Uruguay), abre cada día sus puertas para dar refugio a unas 20 personas en situación de desamparo. Personas con problemas económicos o de adicciones, así como madres con niños, acuden a la iglesia bautista donde reciben alimento y abrigo, que les permite afrontar la dura época invernal. El pastor José Martínez Bouchatón, a cargo del centro orientado por la iglesia Bautista, expresó que gracias a la labor del lugar no hay personas sin techo en la calle. “En la ONG tenemos gente que se ha quedado en el refugio desde el invierno anterior porque no tienen lugar donde estar. Además aquí no sólo se atienden personas en situación de calle, sino casos de madres solteras y hasta personas que nos piden para estar momentáneamente hasta que solucionen sus problemas de vivienda”, dijo el pastor. COMBATIENDO EL FRÍO Debido a la ola de frío polar, “lo que más se ha dado estos días es gente que viene de otras ciudades y al pasar por Fray Bentos se alojan en el refugio uno o dos días. Por supuesto que tenemos la puerta abierta para darles un lugar donde dormir y un plato caliente de comida”. Así que no hay personas en la calle “porque desde hace cuatro años los estamos atendiendo dentro de nuestras posibilidades”, asegura Martínez. “Tenemos dos madres solteras, rechazadas por sus padres y que no tienen dónde ir. Esas mujeres ahora mismo estarían en la calle con dos bebés y otros niños. Lo mismo con adultos mayores que han venido del campo sin nada”, añadió el pastor, ante la declaración del responsable político en Fray Bentos de que no hay personas “en situación de calle” en uno de los inviernos más duros de los últimos años. “Sí hay situación de calle – sentencia Martínez - pero hay que recorrer un poco los barrios para ver las necesidades de niños que andan descalzos o madres que están en una sola cama compartida con cinco chicos. Quizás algunas personas no la ven”, reflexionó el pastor de la iglesia Bautista. Dice que el mayor apoyo que reciben es de la propia gente. “En estos días de frío hemos podido salir a repartir comida caliente de noche en barrios donde sabemos existen necesidades. Quizás no tengan problemas de vivienda, pero sí de alimentación. Acá los mismos chicos a los que atendemos son los que se encargan de cocinar con lo que la gente nos dona”, cuenta Martínez. Además venden casa por casa productos de limpieza y tienen un puesto de venta de ropa usada, pero en buenas condiciones. Sin embargo, la principal fuente de ingresos sigue siendo la panadería artesanal que funciona en el fondo de las instalaciones.