Una cristiana de 10 años, violada por un musulmán de 60 en Pakistán

Tiene diez años. Fue engañada y violada en la casa de un hombre de sesenta que la dejó inconsciente. Ella es cristiana. Él musulmán en un país mayoritariamente islámico: Pakistán. Según publica Shafique Khokar desde Faisalabad, la ola de violencia anticristiana no cesa en Pakistán. Los abusos continúan llevándose a cabo en nombre de «normas contra la blasfemia» y la violencia sexual se dirige contra menores de religiones con pocos fieles, a las que tratan como meros objetos para el placer personal. Si hubiera acontecido este terrible crimen contra una muchacha musulmana, probablemente todas las casas cristianas en la zona habrían sido incendiadas. Pero la ley tiene que no es la misma para todos, y los agresores si es en el nombre del islam no pagan sus brutalidades y delitos. El sacerdote Khalid Rashid Asi, vicario general de la diócesis de Faisalabad, sostiene: «La falta de Justicia en Pakistán implica que los ricos y poderosos pueden cometer actos como este y salirse con la suya», algo que al parecer sucede con frecuencia. CON PREMEDITACIÓN Y ALEVOSÍA Todavía conmocionados por el caso de la joven Rimsha Masih, de 12 años, con discapacidad mental, acusada falsamente de haber quemado páginas del Corán, ayer se supo que Allah Rakhi, una niña de diez años, fue violada el pasado 25 de agosto por un chatarrero musulmán. La muchacha, que pertenece a una familia pobre, de Madina, fue asaltada sexualmente de una forma brutal y su agresor la dejó sangrando en el suelo. Shafique Khokar afirma que la muchacha fue a una tienda a vender algunos objetos viejos con su hermana de ocho años, Suneha. El chatarrero, Muhammad Nazir, de 60 años, le dijo que le iba a comprar algún objeto pero que no llevaba dinero encima. Invitó a las dos hermanas a que fueran con él a su casa, donde les pagaría. Una vez allí, dejó que entrara la chica de diez años. Tras una espera sospechosa, Suneha también entró y halló a su hermana desnuda y llorando. Corrió hasta su casa y le contó a su padre lo que había pasado. Cuando el padre llegó al lugar de los hechos, su hija aún estaba allí, en el suelo, inconsciente. Según una fuente, en la habitación estaba puesta una película porno. AMENAZADA ELLA Y SU FAMILIA El examen médico confirmó que Allah Rakhi había sido violada. Gracias a un activista cristiano se puso la denuncia contra Muhammad Nazir. «Nosotros somos muy pobres e incapaces de luchar contra esta gente rica», comentó Sarfraz Masih, el padre de la jovencita, a AsiaNews. «Nos han amenazado, pero pediremos justicia y no nos echaremos atrás por las amenazas o las lisonjas». La chica se ha tenido que esconder por las amenazas de la comunidad islámica. «Mi hija está en una situación crítica y la he enviado a un lugar desconocido por razones de seguridad», añadió Masih.