De tocar con Sex Pistols a seguir a Jesús

El programa de TVE "Españoles por el Mundo" relató la singular historia de una malagueña que abrazó la fe en Jesús estando inmersa en el punk del Londres de los 70.

BOSTON (EE UU) · 21 DE DICIEMBRE DE 2011 · 23:00

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Paloma vive en Boston (Massachusetts) desde hace 22 años junto a su familia. Pero ella nació lejos de allí, en la ciudad de Málaga. Su historia, lo que ha pasado de un punto al otro, bien merecería ser llevada al cine. Porque Paloma Romero, cuando tenía 18 años, abandonó su hogar para perseguir un sueño de libertad. Ella, que vivía bajo la tutela de un padre poco permisivo, escapó hacia Londres, un lugar donde quería vivir experiencias distintas. “Londres significaba libertad”, explica en el reportaje de Españoles por el mundo. En ese Londres de mediados de los 70 emergía con fuerza entre los jóvenes la rebeldía que se manifestaba musicalmente a través del punk. Paloma entró en contacto con ese ambiente, llegando a formar parte de un grupo (hoy considerado de culto),The Slits, junto a cuatro amigas. @MULT#IZQ#48330@Paloma Romero, que en el escenario adoptaba el nombre artístico de "Palmolive", tocaba la batería y por tanto era parte indispensable en los shows en directo, donde admite que generaban situaciones de locura y violencia, tanto en el escenario como en el público que las seguía. Ellas, en medio de esa generación, eran un producto único y original. Formado sólo por chicas, daban la nota y gracias a ello entraron en contacto con los grupos más famosos del género, como Sex Pistols y The Clash. Paloma cuenta que hasta tuvo una relación de noviazgo con Joe Strummer, el líder de la mítica banda londinense. Sin embargo, ahora cuenta que todo aquello no tenía demasiado sentido para ella. “Aquello en realidad no me gustaba. Transmitíamos un mensaje en contra de todo, en contra de los sentimientos, y aquello era algo con lo que no me identificaba”, explica Paloma. LA VERDADERA LIBERTAD Un tiempo después, buscando respuestas para sus inquietudes, conoció a Dave, un joven americano que no compartía su gusto por el punk. Juntos, sin embargo, sí se reconocieron como buscadores de algo más. Eso fue lo que hallaron cuando alguien les habló de Cristo. Ella oró porque “si había un Dios, yo quería conocerle”. Entonces pudo encontrar un sentido a su vida, algo que también pudo compartir con su marido. Ambos encontraron en Dios a su guía y a su pastor. “Somos muy distintos, pero creo que quien nos une y nos ayuda es Jesús”, afirma Paloma. En la actualidad Paloma vive en Boston, donde asiste a una iglesia evangélica. Allí comparte el evangelio a través de la música, el teatro, el mimo... y también a viva voz en la calle. Todo para comunicar a los demás el cambio y la renovación que Cristo ha hecho en su vida. Aquello que el punk no pudo lograr, la verdadera libertad, Paloma lo encontró en Jesús.

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