Marina Silva, ecologista y cristiana evangélica, fuerza la segunda ronda en la elección de Presidente en Brasil

Brasil realizó sus elecciones generales ayer domingo 3 de octubre para elegir, entre otros cargos, un sucesor del presidente Lula da Silva, quien por ley no puede presentarse para un tercer mandato consecutivo. La candidatura que más aumentó en intención de voto es la de Marina Silva, una política de amplia experiencia, con una vida excepcional, ideología ecologista y cristiana evangélica. Ella ha forzado una segunda ronda en las elecciones.

RÍO DE JANEIRO · 03 DE OCTUBRE DE 2010 · 22:00

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Marina Silva, era la candidata del Partido Verde a la Presidencia de Brasil. No es una inexperta, ya que ha sido ministra de Medio Ambiente en el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva. Sus señas de identidad principales son su ideología ecologista y ser cristiana evangélica. En este segundo aspecto, más en concreto, la candidata es miembro de una iglesia de las Asambleas de Dios de Brasil. Silva tiene 52 años, y abandonó el Partido de los Trabajadores del presidente Lula por sus diferencias con la candidata oficial del partido y favorita en las encuestas, Dilma Rousseff. Su salida del Gobierno fue lamentada por diferentes sectores, incluyendo líderes de las iglesias anglicana, evangélica y católica. Fue el 10 de junio pasado cuando Marina Silva lanzó su candidatura con un programa apoyado en la defensa del desarrollo sostenible y la educación en valores. UNA VIDA EXCEPCIONAL Si algo la caracteriza también es su espíritu luchador y capacidad de trabajo y superación. De joven fue recolectora de caucho en su estado natal de Acre, en la amazonia brasileña. Después trabajó como empleada doméstica, siendo en este periodo de su vida cuando aprendió a leer en una escuela cristiana evangélica. No desaprovechó ni el tiempo ni las oportunidades, y así pocos años después entró en la universidad y se graduó como profesora. En 1994, contando sólo 36 años, se convirtió en senadora, la más joven de la historia política de Brasil. Además Silva está casada, y tiene cuatro hijos. Con esta vida que hemos bosquejado en pocas líneas, su trayectoria hizo que hace unos pocos meses una editorial cristiana publicase "Marina, la vida por una causa", con la biografía de Silva escrita por Marília de Camargo César. El libro relata cómo la niña Marina, hija de recolectores de caucho, nació en el corazón del Amazonas en 1958 aprendiendo en la selva a cazar, a pescar y a distinguir las raíces con propiedades curativas de las alucinógenas o inocuas. Luego descubrió cómo interpretar las agujas del reloj a los 14 años y –como ya les adelantamos- a leer y escribir a los 16. "Quien vino de un origen humilde como yo, que se alfabetizó a los 16 años, que pasó por las peores situaciones de salud, siendo atendida de las peores formas en filas de hospitales, con seguridad sabe lo que significa una elección para presidente de Brasil", señaló Silva el día del lanzamiento del libro, al analizar el contenido de su vida y su vocación política. AUMENTO PROGRESIVO DE VOTOS Marina, por detrás de Dilma y del socialdemócrata José Serra en intención de voto, poco a poco captó adhesiones en todas las clases sociales. Sin pelos en la lengua es la única de los tres candidatos en cabeza que sacó provecho de los soporíferos debates de televisión. Apuntó a la médula de la corrupción del Gobierno. Con un expediente personal inmaculado y un pasado político sin tacha, Marina puede darse el lujo de señalar con el dedo, sin temor a que hagan lo mismo con ella. Silva esperaba que los sectores indecisos de la población se inclinasen por su plan de gobierno. Y tenía razón. En la recta final de las elecciones de este pasado domingo Marina Silva se ha destapado como una competidora clave. En una semana, según los sondeos de Datafolha, ganó 2,6 millones de votos, pasando del 11 al 13 por ciento en intención de voto. Lo que la candidata del Partido Verde ganaba Dilma Rousseff lo perdía. Hasta el punto que tras el recuento de las votaciones, Silva logró casi un 20% de los votos (un 19,40%) que superó en cerca de cuatro puntos porcentuales el apoyo que le atribuía la mayoría de los sondeos. Estos casi 20 millones de votos obtenidos por Marina Silva han impedido la victoria en primera vuelta de la elegida por Lula para sucederle en la Presidencia. Ahora se celebrará una segunda vuelta, ya sólo entre Serra y Rousseff. Pero no termina aquí la carrera política de Marina Silva, al contrario, el resultado convierte al joven Partido Verde en la tercera fuerza política del país.

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