Benedicto XVI visitó el Reino Unido entre luchas de partidarios y detractores

Los detractores del Papa, muchos enfurecidos por los escándalos de abusos sexuales que han agitado la iglesia católica en todo el mundo, gritaban ´anti Cristo´ y ´Papa vete al infierno´ mientras Benedicto XVI atravesaba el corazón de Londres el viernes 17 en un papamóvil a prueba de balas. En un giro inesperado, la policía antiterrorista detuvo durante el día a seis hombres sospechosos de preparar un ataque contra el líder religioso. Sin embargo, luego de revisar los dispositivos de seguridad, la policía decidió eran "adecuados" y el viaje del Papa siguió adelante tal y como estaba planeado. El sábado, el Sumo Pontífice fue recibido por el primer ministro británico, David Cameron. Asimismo, se reunió con el viceprimer ministro, Nick Clegg, mantuvo un encuentro con representantes de la oposición, participó en una misa en la Catedral deWerstminster, y en una vigilia en Hyde Park, donde se congregaron miles de católicos ingleses. Sus detractores silbaban agresivamente cuando el pontífice llegó a la abadía de Westminster para celebrar la tarde de oración, uno de los puntos centrales de su visita de cuatro días a Reino Unido. Mientras tanto, los partidarios de Benedicto XVI trataban de acallar las protestas cantando "We love you pope" (Te queremos, Papa), pero en la mayoría de los casos se veían superados por los pitidos y los abucheos. A FAVOR Y EN CONTRA Entre los manifestantes, algunos con pancartas en las que se leía ´Traidor´, había activistas contra el abuso sexual a niños, así como protestantes, gays y defensores de los derechos de la mujer. "Convertir una visita papal en una visita de Estado es insólito", declaraba John Shearer, de 74 años, un protestante que sostenía un panfleto en el que podía leerse "La traición de Roma a Cristo". "No somos un país católico", agregó. La Ciudad del Vaticano es un reino soberano internacionalmente reconocido y el Papa tiene el estatus de un monarca, lo que le permite hacer visitas internacionales como jefe de Estado, así como la cabeza de la Iglesia católica, con 1.100 millones de fieles. Por su parte, otro manifestante, el escocés Robert Stewart, gritaba: "¡´Es un usurpador!". Con la mayor parte del sentimiento antipapal concentrado cerca de Westminster, el resto del centro de Londres parecía tranquilo ese viernes, con hileras de peregrinos y partidarios del Papa sacudiendo banderolas amarillas y blancas y cantando himnos religiosos. Mientras el Papa saludaba desde dentro del papamóvil, algunos fieles cantaban ´Larga vida al papa´ y sacudían pancartas en las que le daban las "gracias por venir". "Es la cabeza de nuestra Iglesia", decía Chris Horre, llegado del sur de Inglaterra. "Estoy muy contento de estar aquí. Todo el mundo tiene derecho a (tener) su propia opinión". La visita -la segunda a Reino Unido de un papa en la historia, la primera con carácter de visita de Estado- se ha convertido en un tema sensible en Reino Unido por las agrias relaciones con los anglicanos, así como por la parte de la factura que tendrá que pagar el contribuyente británico por la visita papal. Los activistas también están furiosos por las afirmaciones del Papa sobre los gays y las lesbianas. MULTIMEDIA - AUDIO: Pueden escuchar aquí la entrevista de Daniel Oval a César Vidal Toda la verdad sobre la Iglesia anglicana, analizando su historia, las relaciones con el catolicismo y la actual visita de Benedicto XVI a Inglaterra. - VIDEO: reportaje en imágenes sobre la visita de Benedicto XVI a Inglaterra.