Tras arduo debate y manifestaciones a favor y en contra, Argentina aprueba el matrimonio gay

Cuando a las 3:45 AM del jueves último los altoparlantes anunciaron que el proyecto de ley había recibido el visto bueno –con 33 votos a favor, 27 en contra y 3 abstenciones- los partidarios del matrimonio gay lanzaron gritos de júbilo y entonaron el himno nacional, con la garganta enronquecida por el frío. La nueva ley convierte a Argentina en el primer país latinoamericano que propone la reforma del Código Civil para permitir casamientos homosexuales, así como la adopción de niños por parte de las parejas del mismo sexo. Del otro lado de las vallas que instaló la Policía, los que estaban en contra se arrodillaron en el asfalto y oraron. "Hoy es un día de luto para Argentina. Esa gente que está festejando, un día se arrepentirá. Dios hizo al hombre y a la mujer para que procrearan y desafiar el plan divino sólo puede traernos desgracias", murmuró Eliseo Rubio, el curador del museo de la Catedral Metropolitana. Algunos jóvenes que sostenían una pancarta del Movimiento Socialista de los Trabajadores (MST) escucharon estas palabras y con gesto burlón uno de ellos exclamó: "En vez de cuidar el museo, ese tipo debería formar parte de las reliquias. ¡Que se entere que estamos en el siglo veintiuno y que en Argentina no mandan los curas!". La medida ha profundizado la controversia entre funcionarios y ciudadanos en todo el territorio argentino ya que la nueva ley que, según analistas, mancha una vez más el gobierno de Cristina Fernández en su país mayormente católico. Desde China, donde se encontraba de visita oficial, la presidenta defendió el derecho de los homosexuales a contraer matrimonio y criticó las expresiones usadas para rechazar el proyecto por considerar que parecen "de la época de las Cruzadas" y "remiten a los tiempos de la Inquisición". Cristina Fernández hizo además explícito, por primera vez, su apoyo al matrimonio gay, que ya había defendido su marido, el ex presidente Néstor Kirchner. MANIFESTACIONES EN CONTRA Horas antes de la aprobación de la ley, tuvo lugar una movilización multitudinaria frente a la sede del Parlamento, en la capital del país, donde unas 150.000 personas expresaron su rechazo a la iniciativa legislativa. Bajo el lema "Los chicos tenemos derecho a una mamá y a un papá", la marcha fue organizada por el Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina, la Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas y la Federación Confraternidad Evangélica Pentecostal. De esta manera culminó una vasta campaña contra la consagración por ley de los matrimonios entre personas del mismo sexo Durante la concentración –a la que se sumaron también representantes de las comunidades judías y musulmanas- se leyó un manifiesto "en defensa del matrimonio entre el hombre y la mujer", y una carta del arzobispo de Buenos Aires y cardenal primado de Argentina, Jorge Bergoglio. Los líderes evangélicos Rubén Proietti y Rubén Salomone anticiparon en una carta que los senadores que votarían en favor del matrimonio homosexual lo harían "presionados", y compararon esta situación con "las candidaturas testimoniales" presentadas en las elecciones de 2009. "No estamos en contra de ninguna comunidad, pero queremos ser claros: el matrimonio es entre un hombre y una mujer", afirmó uno de los organizadores. Justo Carbajales, director ejecutivo del Departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal, dijo que es "pésima" la ley discutida en el Parlamento y destacó la "masiva participación ciudadana" en la manifestación. "No queremos darle un tinte negativo, no es el objetivo de la marcha, sino proponer y promover el matrimonio tal como lo entendemos, entre un varón y una mujer", indicó. Manifestaciones similares se llevaron a cabo en otras ciudades del país, como Mendoza, Córdoba, Salta, Rosario, Santiago del Estero y Bariloche. BOCINAS Y CACEROLAS A FAVOR Quienes están a favor del matrimonio gay, por el contrario, eligieron hacer sonar en distintas esquinas de Buenos Aires bocinas, cacerolas y otros utensilios de cocina en el llamado "Ruido por la igualdad", convocado por colectivos de homosexuales y otras organizaciones sociales. Esta demostración fue respaldada por el Instituto Nacional contra la Discriminación, Xenofobia y Racismo (Inadi), que apoya el matrimonio entre personas del mismo sexo. La nueva legislación para consagrar por ley los matrimonios homosexuales, cuyo alcance será general, contempla reformar el Código Civil cambiando la fórmula de "marido y mujer" por el término "contrayentes", y prevé igualar los derechos que tienen las parejas heterosexuales, como a la adopción, herencia y beneficios sociales. MADRUGADA FRENTE AL CONGRESO En aquella fría madrugada en que el Argentina aprobó las bodas gay, muchos de los que se reunieron frente al Congreso en respaldo a la iniciativa de la presidenta, eran militantes de las llamadas organizaciones sociales, cercanas al oficialismo. Así por ejemplo, era notoria la presencia de los piqueteros del Movimiento Evita y de la Federación de la Tierra y la Vivienda. Los manifestantes de las asociaciones comprometidas con la Iglesia denunciaron a esos piqueteros, como a los instigadores de los incidentes que estallaron pasado la medianoche. Había tres chicas disfrazadas con las sotanas del Klu Kux Klan, repartiendo mate (te de yerbas) entre los que festejaban la nueva legislación. Una de ellas alzó un cartel que decía: "en esto te convertís cuando discriminas". Otra de las disfrazadas se unió al coro de los que entonaban el estribillo de ese bando: "Satanás, sacate la sotana. En medio de la multitud estaban Alex Freire y José María di Bello, quienes contrajeron matrimonio ante un juez, antes de que se aprobara el matrimonio gay. "Hoy es un gran día para los argentinos. Hemos salido de las tinieblas a la luz", dijo Freire.