La presidenta de la Iglesia Episcopal se enfrenta a Rowan Williams y reaviva la crisis interna

El arzobispo de Canterbury expresó en una carta dirigida a toda la Comunión Anglicana que la iglesia Episcopal no está «a tono con las otras iglesias» por tener una política liberal en cuanto a la admisión de homosexuales en su seno. La reacción no se hizo esperar: la obispa presidenta episcopaliana, Katharine Jefferts, criticó con dureza la intención de «uniformidad y centralización» que propone Williams y defendió la política actual de la Iglesia Episcopal de EEUU.

EEUU · 13 DE JUNIO DE 2010 · 22:00

,
Para la presidenta, los anglicanos deben guiarse por medio del gobierno de las comunidades locales y no por «poderosos clérigos». Además, la iglesia Episcopal se muestra «convencida» de que los gays y las lesbianas son «buena creación de Dios» y «ejercen un liderazgo capaz dentro de la iglesia, como líderes de los bautizados y ordenados». Jefferts Schori defendió la opción escogida por los episcopalianos, explicando que el evangelio rechaza la discriminación en todas sus formas. En mayo, la Iglesia Episcopal consagró a su segundo obispo abiertamente gay, pese a las advertencias de Rowan Williams de que no haría más que hacer aumentar las tensiones en la Comunión Anglicana mundial, muchas partes de las cuales consideran la homosexualidad como un pecado. CUESTIONAN EL LIDERAZGO DE WILLIAMS La semana pasada, el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams, dijo que la iglesia Episcopal está «fuera de sintonía con los feligreses anglicanos y no deben participar plenamente en el diálogo ecuménico y las discusiones doctrinales». Como jefe de la Iglesia de Inglaterra, Williams es el líder espiritual de la comunión, pero tiene un poder limitado. En los últimos 50 años, la Comunión Anglicana se ha movido hacia una mayor unidad en asuntos de fe y doctrina. Sin embargo, la iglesia Episcopal no siempre ha estado dispuesta a pasar por este corte. La aceptación de las prácticas homosexuales y la consagración de obispos abiertamente gays es una de las prácticas que los han separado del resto de la Comunión. Jefferts Schori rechazó firmemente la presión para centralizar el poder y la disciplina, diciendo que el anglicanismo, y la Iglesia Episcopal, fueron fundadas por cristianos que deseaban escapar de la mano fuerte de una jerarquía establecida. «El control Unitario no caracteriza el anglicanismo, sino más bien la diversidad en la comunión», dijo. Para Jefferts, la imposición de la uniformidad de los 77 millones de anglicanos dispersos por todo el mundo corre el riesgo de repetir la «violencia espiritual» y «el exceso cultural» de los misioneros coloniales que construyeron la comunión fuera de las islas británicas. «Nos preocupa ver que las actitudes coloniales continúan», expresó la presidenta, «en particular en los intentos de imponer un compromiso único a través de una amplia variedad de contextos y culturas». Por otra parte, Jefferts consideró que la Iglesia Episcopal ha sido «valiente» al dar el paso de reconocer a obispos homosexuales. «Otras iglesias anglicanas permiten obispos homosexuales exigiendo un acuerdo de silencio», pero «no es más que una muestra de doble espíritu y falta de valor». SÍNTOMAS DE RUPTURA Dentro de la iglesia episcopal, la respuesta de Jefferts ha sido aplaudida como una valiente confrontación hacia el arzobispo de Canterbury. Rowan Williams «no establecerá más los términos del debate», explicaba Jim Naughton, del blog Episcopal Cafe. Para la historiadora Diana Butler Bass, la marcada oposición de Jefferts es «una llamada a las armas». «Ella está diciendo: ésta es nuestra tradición y se está violando», además «acusa a Williams de ser imperialista». «Jefferts sostiene que la identidad anglicana se asienta en la democracia, el funcionamiento local», mientras que Williams «se afirma en la autoridad central». La interpretación que da la experta de este encontronazo es el de una posible ruptura definitiva de la Iglesia Episcopal con la Comunión Anglicana.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Internacional - La presidenta de la Iglesia Episcopal se enfrenta a Rowan Williams y reaviva la crisis interna