Honduras: Dios le perdonó, pero la mara no: le mató a tiros por dejarles

Un expandillero de 23 años, rehabilitado en una iglesia evangélica, es asesinado por sus antiguos compañeros de mara de varios disparos. Dios le perdonó, pero sus antiguos compañeros de la mara no hicieron lo mismo ante la “traición” de haberlos abandonado.

TEGUCIGALPA · 20 DE AGOSTO DE 2009 · 22:00

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Un ex pandillero que ahora, tras su rehabilitación, se dedicaba a la venta de queso en la misma zona en la que residía con su familia, fue asesinado por varios disparos el pasado 17 de agosto por tres mareros que no le perdonaron que los hubiera abandonado en su actividad pandillera y violenta. Los hechos ocurrieron en el sector tres en la colonia Rey niel Fúnez, a pocos metros de la estación policial. Carlos Alberto Cruz Pavón (de 23 años) murió a pocos metros de la caseta de ventas de queso que tenía, a consecuencia de tres impactos de bala, uno de ellos en la cabeza, según el informe preliminar de los forenses. A los pocos minutos del suceso sangriento, familiares de Cruz Pavón llegaron al sitio y aseguraron que aunque el joven había tenido problemas graves con la justicia en el pasado, hacía ya año y medio que había abandonado la mara porque se había regenerado través de una nueva vida en su contacto y asistencia a una iglesia evangélica. Sin duda Carlos Alberto tenía motivos para buscar el perdón de Dios. La DNIC informó que en sus archivos el joven estaba fichado el 6 de febrero de 2007 por asesinato y por asociaciÓn ilícita. Según la Biblia, Jesús le perdonó en su arrepentimiento. Sus antiguos “amigos” de la mara no hicieron lo mismo con su abandono de su antiguo estilo de vida.

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