Arzobispo de Canterbury: `La separación Iglesia-Estado no sería el fin del mundo´

La desvinculación de la Iglesia anglicana del Estado "no sería el final del mundo", sino que incluso podría resultar provechosa, según el arzobispo de Canterbury, Rowan Williams.

Londres · 21 DE DICIEMBRE DE 2008 · 23:00

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En una entrevista con el semanario "New Statesman", el primado anglicano afirma que algunas confesiones podrían incluso beneficiarse al desvincularse del Gobierno aunque agrega que no cree que sea todavía el momento de hacerlo, porque la posición de la fe en la vida pública no es muy segura. Las declaraciones de Williams se producen sólo semanas después de que el secretario de Estado de Inmigración, Phil Woolas, predijese que la Iglesia Anglicana perderá sus actuales privilegios en un plazo de cincuenta años porque el país se ha tornado "multiconfesional". Williams reconoce en la entrevista que entiende por qué algunos defienden la desvinculación de la Iglesia del Estado, lo que acabaría con la actual posición de la Reina como gobernadora de la Iglesia de Inglaterra y también con el derecho de los obispos a ocupar escaños en la Cámara de los Lores. El arzobispo de Canterbury recuerda que se formó en una Iglesia separada del Estado como es la de Gales y que ello tiene ciertas ventajas, sin embargo, recela de los motivos de muchos de los que abogan por esa separación y señala que hay quienes tratan de expulsar la religión de la vida pública, algo con lo que él no está de acuerdo. AUMENTA PRESIÓN PARA SEPARAR IGLESIA DE ESTADO El Gobierno británico está sometido a las fuertes presiones de su propio partido Laborista para que proponga al Parlamento la separación de la Iglesia del Estado, informa el dominical "The Sunday Telegraph". Tres ex miembros del Gobierno laborista han apoyado públicamente esa idea, y según uno de ellos, una mayoría de los diputados laboristas está a favor de poner fin a la posición de privilegio que tiene la Iglesia Anglicana desde la Reforma. Mientras tanto, la oposición conservadora acusa a los laboristas de intentar desmontar a hurtadillas la posición de la Iglesia y ha pedido aclaración sobre un informe elaborado por el Gobierno sobre la posibilidad de reformar un elemento de la ley de 1701 que prohíbe a un católico ocupar el trono británico. Entre los partidarios de esa separación están David Cairns, ex sacerdote católico que dimitió hace dos meses del Ministerio para Escocia, Alun Michael, ex ministro para Gales y Peter Kilfoyle, ex secretario de Estado de Defensa. Según Cairns, "es insostenible que a estas alturas si el heredero del trono quisiese casarse con una católica apostólica romana, tuviese que renunciar a sus derechos. Es absurdo". "Imaginemos que el príncipe Guillermo se casase con una católica. ¿Qué ocurriría si los hijos fuesen católicos?. Un católico no puede ser actualmente gobernador de la Iglesia de Inglaterra", explica el político laborista. Se cree que los laboristas podrían proponer cambiar la ley en su próximo manifiesto electoral, lo que permitiría al primer ministro, Gordon Brown, en el hipotético caso de que ganase las elecciones, replantear la posición de la Iglesia anglicana. El portavoz de Justicia de la oposición conservadora, Nick Herbert, ha pedido por carta al ministro de Justicia, Jack Straw, que le aclare si ha consultado al Palacio de Buckingham y a otras naciones de la Commonwealth sobre la posibilidad de modificar el Act of Settlement (Ley de Instauración), que regula los derechos de sucesión a la Corona inglesa.

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