Una pastora deja el púlpito, al no poder perdonar a los asesinos de su hija en el 7J

Una vicaria británica ha decidido dejar el púlpito porque confiesa no poder perdonar a los terroristas suicidas que mataron a su hija en los ataques del pasado julio en Londres.

Londres · 13 DE MARZO DE 2006 · 23:00

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La reverenda Julia Nicholson explica que se ha sentido incapaz de dirigirse a sus fieles desde que su hija Jenny, de 24 años, murió en el atentado ocurrido en la estación de metro de Edgware, el pasado 7 de julio. 'Es muy difícil ponerme ante el altar y dirigir a los fieles palabras de paz, reconciliación y perdón cuando yo me siento muy lejos de lo que predico', dice la reverenda en un ejercicio de coherencia en medio de su dolor. Jenny murió en el ataque terrorista atribuido a Mohammed Sidique Jan, de 30 años, y es una de las 56 víctimas mortales incluidos los cuatro terroristas suicidas que atentaron aquel día contra la red de transporte de Londres en la hora punta. 'No hay día en que deje de pronunciar el nombre del asesino de mi hija', reconoce Nicholson, que afirma no sentir por él compasión alguna ni perdonarle por lo que hizo. El obispo de Bristol, el reverendo Mike Hill, amigo personal de la vicaria, dice comprender su decisión: 'Creo que hay situaciones en la vida que sacuden la fe de las personas al suscitar inmediatamente la pregunta de por qué'. Nicholson, que no abandona su fe sino el ejercicio pastoral, se ordenó en 2000, y se dedicará a partir de ahora a un proyecto de ayuda a los jóvenes.

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