“Plantemos iglesias, pero también árboles”

Representantes de la red del Movimiento Lausana y la Alianza Evangélica Mundial para el Cuidado de la Creación tuvieron un encuentro este pasado 7 de diciembre con evangélicos españoles aprovechando su presencia en la COP25.

Redacción PD

MADRID · 10 DE DICIEMBRE DE 2019 · 09:00

Una vista del encuentro en la iglesia bautista de Lacy,
Una vista del encuentro en la iglesia bautista de Lacy

La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático que se está celebrando en Madrid (COP25) ha contado con representantes de varias entidades cristianas.

Representantes del Programa Cristiano de Observadores del Clima (CCOP, por sus siglas en inglés), un grupo que forma parte de la Red del Movimiento Lausana y de la Alianza Evangélica Mundial para el Cuidado de la Creación, ha sido invitado por la ONU a la cumbre en calidad de observadores.

Aprovechando su presencia en Madrid, convocaron un encuentro este pasado 7 de diciembre en la Iglesia Bautista de la calle General Lacy; al que asistieron cerca de cien personas.

Tras un saludo y presentación del equipo organizador del acto (Miguel Wickham y Juliana Morillo), Pedro Tarquis dio la bienvenida en nombre de la Alianza Evangélica Española y el Movimiento Lausana España, que auspiciaban el evento.

Tras una oración del pastor Emmanuel Buch, hubo unos minutos de alabanza a Dios como creador y por la maravilla de su obra, que fueron seguidos de dos ponencias con diferentes enfoques.

Para finalizar la reunión, se presentaron varios proyectos de implicación de miembros de la CCOP en diferentes países y programas.

UN ENFOQUE CIENTÍFICO DEL CAMBIO CLIMÁTICO

La primera ponencia estuvo a cargo de Antoine Bret, profesor en la Universidad de Castilla-La Mancha y Doctor en Física por la Universidad de Orsay (Francia). Es Profesor Visitante en el Departamento de Astrofísica de la Universidad de Harvard.

Su ponencia se centró en cuatro puntos. El primero, que el tiempo es variable y a menudo impredecible, pero el clima es una línea que muestra cambios claros de cambio desde que se realizan mediciones en 1800, con un aumento medio de la temperatura que nunca había existido. El segundo, que la causa de este cambio climático se debe fundamentalmente al aumento de la emisión de gases de efecto invernadero (GEI) en la atmósfera terrestre: el vapor de agua, el dióxido de carbono, el metano, el óxido de nitrógeno y el ozono.

El tercero, que ese aumento de GEI se debe en un 90% al factor humano, fundamentalmente la combustión de combustibles fósiles y la deforestación. Y finalmente, el cuarto, es que existe un aumento de temperatura gradual y progresivo nocivo para la naturaleza y la vida humana, y que si no se actúa (en el peor de los escenarios) llevaría en 2100 a un aumento de 5º de la temperatura media (50 grados de máxima en julio en Madrid), con desglaciaciones, desertización y un mundo no habitable excepto en zonas alejadas del ecuador. Esto, enfatizó, no es una predicción ya que depende de las actuaciones que se hagan y se trata de la peor de las previsiones.

 

BIBLIA Y ECOLOGÍA

Lowell Bliss codirige la CCOP y fue el director del equipo de redacción de la Consulta Global de Lausana sobre el Cuidado de la Creación y el "Llamado a la Acción" del Evangelio. Es uno de los líderes evangélicos más comprometidos con una acción práctica contra el cambio climático.

En su discurso recordó que “la Tierra es del Señor, y todo lo que en ella hay” por lo que los cristianos somos los primeros llamados a cuidar Su creación; más allá de cuestiones políticas, sino como parte de la misión integral de los discípulos de Jesús.

¿Cómo cuidar lo que “era bueno” en Génesis 1? Siendo responsables, mayordomos, que dan cuentas a Dios de aquello sobre lo que nos dio dominio. “No podemos cambiar la situación, pero como en el amor al próximo, empecemos por sensibilizar, responder a esta responsabilidad ante Dios en nuestro entorno. Plantemos iglesias, pero también árboles”.

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