Los protagonistas hablan: medio siglo del movimiento estudiantil evangélico en España

Seis históricos de GBU: Pablo Martínez, Jorge Saguar, Samuel Escobar, Stuart Park, Francisco Mira y David Burt dialogan sobre sus vivencias a lo largo de estos 50 años.

Daniel Hofkamp

CULLERA · 07 DE DICIEMBRE DE 2018 · 22:55

Joaquín Hernández pregunta a los seis entrevistados. / Fórum,
Joaquín Hernández pregunta a los seis entrevistados. / Fórum

En la noche de homenaje a GBU por sus 50 años celebrada en Fórum, se produjo un momento especial cuando seis históricos miembros de GBU, entre ellos tres de los pioneros del movimiento, pudieron compartir escenario y responder algunas preguntas.

Reproducimos a continuación un extracto de algunas de las respuestas compartidas, a las preguntas realizadas por Joaquín Hernández, actual secretario general de GBU.

 

Pregunta a Samuel Escobar: ¿Qué viste en la universidad española en el 67?

Samuel Escobar: Había muy pocos estudiantes evangélicos. Las iglesias no tenían muchas personas de formación profesional. Una de las características de GBU es que los estudiantes hacen la obra, por eso era difícil inicarlo.

 

Pregunta a David Burt: ¿Por qué aceptaste ser el primer secretario general de GBU?

David Burt: Fui arrastrado a España por Dios por medio de Stuart. El habló conmigo en el verano del 66, sobre su visión a venir a España, y había aceptado este reto. Oré y el Señor me convenció.

 

Pregunta a Stuart Park: ¿Qué destacarías de tu etapa como presidente de GBU?

Stuart Park: Solíamos celebrar estas reuniones de comité en Peña de Horeb. Era un sitio paradisíaco. Éramos un grupo de gente normal que lo pasábamos muy bien.

Algo que destacaría es que buscábamos siempre el consenso. Creo que no se impuso una decisión en contra de nadie. Podíamos discrepar, pero al ver que la mayoría tenía una idea clara, cedíamos.

 

Pregunta a Francisco Mira: Lindsay te propuso dedicar 13 años de tu vida al movimiento estudiantil. ¿Cómo fue ese momento?

Francisco Mira: Fue un momento muy duro para todos, ver tan cerca ese momento de dolor. Era un momento en el que empezábamos a despegar. Como consecuencia del proceso democrático y el peso de la Universidad, algunos estudiantes de GBU, se desenfocaron. En los grupos era cada vez más difícil orar. Era un momento muy árido, el momento más difícil de la historia de los GBU. Por eso cuando estábamos despegando, perder dos líderes estudiantiles y dos más que quedaron heridos, fue un shock. Pero el Señor lo usó. La presencia de Lindsay Brown fue clave. Contemplar esa posibilidad de una dedicación a largo plazo fue un elemento que venía a confirmar un llamado. Empecé la universidad en el 77, y cuando acabé psicología, estaba convencido de querer ejercerlo. Pero Dios fue usando a muchas personas para darme convicción de que era más importante desarrollar un movimiento de estudiantes evangélicos. En el 84 llevaba casi dos años a tiempo completo, y tras este incidente, la respuesta fue sencilla. Estaba preparado y Dios confirmaba mi llamado. 

Lo que creo es que el Señor va por delante. La obra estudiantil es el fruto de muchos obreros, muchos voluntarios. Han pasado decenas de voluntarios, centenares de líderes estudiantiles. GBU es un movimiento.

 

Pregunta a Jorge Saguar: ¿Cómo influenció en tu vida tu participación en GBE?

Jorge Saguar: Una señora abrió las puertas de su casa para que los estudiantes de instituto pudiéramos estar juntos. Al llegar había creyentes de varias iglesias, y eso me impactó. Entonces, como adolescentes, estábamos luchando por nuestra decisión por el Señor. Pero en aquellas reuniones en las que empezamos a estudiar la Biblia, con estudios inductivos, descubrimos que la Biblia tenía un mensaje para nosotros. La Biblia abierta, hablando, fue lo que me impactó.

 

Pregunta a Samuel Escobar: ¿Qué destacarías de la contribución de los GBU a la iglesia evangélica en España?

Samuel Escobar: Hubo gente en las iglesias que aunque no eran universitarios compartían el sueño de ganarlos. En la iglesia Duque de Sexto teníamos hermanos como Pablo Wickham o Juan Solé que tenían este sueño. Yo quería empezar un grupo, y la iglesia me ayudó a alquilar un apartamento donde podía tener un grupo estudiantil. Por eso cuando tuve que volver a Argentina, aunque me fui con tristeza, me enteré de que había personas interesadas en apoyar.

En el primer campamento que hizo GBU en el 69 estaba Ruth Siemens. Vinieron 9 estudiantes, entre ellos estaba Daniel Giralt. Aquello fue posible por el apoyo de personas. Eso me llena de gratitud al Señor.

 

Pregunta a Stuart Park: ¿Cómo valoras la contribución de Publicaciones Andamio?

Stuart Park: Si GBU ha llegado hasta aquí, es por el fundamento en la roca, que es Cristo. Los libros reflejan esta importancia de Cristo como epicentro de las Escrituras.

 

Pregunta a Pablo Martínez: Desde una perspectiva profesional, ¿de qué manera te ha ayudado GBU?

Pablo Martínez: Una de las cosas es en la teología del trabajo. Entender qué es el trabajo, que forma parte de la bendición de la vida. En diferentes retiros de graduados se ha tratado este tema. Entender el trabajo como una bendición de Dios, como una actividad tan espiritual como es participar de un culto. 

No quisiera olvidar el origen, y es el ADN, la evangelización. Los primeros años me marcaron poniendo una inquietud evangelística constante que jamás me ha abandonado. La experiencia que tuve me marcó tanto que nunca la he perdido en mi vida de profesional. GBU puso en mí una impronta evangelística que es uno de los patrimonios que más agradezco.

 

Pregunta a David Burt: ¿Cuáles fueron las mayores dificultades que has vivido en GBU?

David Burt: Las mayores dificultades no vienen de fuera, sino de dentro. Tienen que ver con nuestra falta de visión, la falta de responder a las oportunidades que Dios presenta, las puertas que él abre y somos reticentes a pasar por ellas por nuestra carnalidad. Este es el problema permanente en todas las generaciones y en la iglesia.

En cuanto a problemas que vienen de fuera, es que cuando se presentan, son como montañas en el camino, pero cuando las pasas, ves que fueron oportunidades de Dios.

Me tocó supervisar la legalización de GBU en sus inicios. Recuerdo momentos de mucha frustración, porque para todo había pegas del Estado. Tuve que ir muchas veces al despacho de José Cardona. GBU tenía que decidir si ibamos a ser bíblicos o universitarios, pero las dos cosas no. Encontramos una salida y finalmente se registró como Grupos Bíblicos Unidos. Mirando atrás, con esto pudimos incluir luego el GBE y GBG, sin necesidad de cambiar los estatutos. Así que fue providencial. Cuando viene un problema parece un problema, pero en la providencia de Dios no lo es.

 

Pregunta a Francisco Mira: ¿Qué aspecto ha sido clave en tus años como secretario general?

Francisco Mira: Fue estratégico que los obreros dedicáramos más de 10 años a la obra estudiantil, porque GBU es un movimiento con mucho cambio generacional. Una de las claves es haber contado con obreros que han estado más de 10 años en activo.

Desde los años 80 ha habido un hermanamiento con la Alianza Evangélica que nos ha permitido a muchos líderes de GBU contribuir a su desarrollo. GBU ha permitido que nos involucremos y apoyemos estrategias para la obra evangélica en España, como Lausana o Taller de predicación.

Lo que tengo claro es que Dios no es deudor de nadie. Dedicar años de tu vida al ministerio, recibes mucho más de lo que das. Mi experiencia es maravillarme de la poca experiencia que tenía y lo que Dios ha ido desarrollando y formando.

 

Pregunta a Jorge Saguar, presidente de GBU: ¿Qué expectativas hay para el futuro de GBU?

Jorge Saguar: La lucha sigue, el reto de creer se mantiene. Las expectativas de GBU en el comité ejecutivo tienen que ver con mantener lo que nos ha traído hasta aquí y descansar en él.

El motor de nuestras expectativas siguen estando en Romanos 12.1-2. Se nos anima a tener una entrega, que es el comienzo de conocer la voluntad de Dios. Y así ser transformados. Se nos llama a una entrega en confianza.

 

Pregunta a Pablo Martínez. ¿Cuál es tu oración por los GBU para los próximos años?

Pablo Martínez: Diría dos cosas: una es amor. Que GBU siga manteniendo un amor triple: aún aceptando lo que David decía, de nuestra tendencia a la carnalidad, lo que ha distinguido a GBU es el triple amor que nos ha movido y hemos intentado transmitir: el amor a Cristo, el amor a la Palabra de Cristo, y el amor al pueblo de Cristo. Mi oración es que se siga caracterizando por esto.

La segunda palabra es crecimiento, que es consecuencia de esto. Un crecimiento no solo en número. Es maravilloso estar aquí con más de 500 personas. Es un auténtico sueño el crecimiento que Dios ha dado. Hemos de tomar conciencia de lo generoso que ha sido el Señor con nosotros. Él nos ha dado mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos. Mi deseo es que siga creciendo en número, y en parecernos más a Cristo, individualmente y comunidad.

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