Facultades de Teología, seminarios de corazón

El comienzo del curso académico en las Facultades de Teología protestantes en España viene marcado por los retos que presenta la actual situación económica para las entidades educativas.

ESPAÑA · 16 DE SEPTIEMBRE DE 2013 · 22:00

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Alumnos en la biblioteca del SEUT.

En noviembre de 2011, cuatro centros teológicos protestantes y uno adventista en España fueron reconocidos por el Estado para poder conceder el título oficial de Grado en Teología, tras los acuerdos entre el Gobierno y la Federación de Entidades Religiosas Evangélicas de España (Ferede). Estos seminarios -ahora Facultades de Teología- reinician esta semana las clases de forma oficial, detectando un leve crecimiento en las matriculaciones desde la concesión, pero también afrontando los retos de la situación que se vive en cualquier centro universitario en la actualidad, ante el impacto de la crisis y los recortes en educación. Así lo confirma a Protestante Digital Julio Díaz Piñeiro, rector de la Facultad Protestante de Teología de la Unión Evangélica Bautista de España (UEBE) que además preside la Comisión para la Acreditación de Centros y Títulos de Teología Protestante, donde se encuentran representadas las Facultades reconocidas por el Estado para impartir teología de forma oficial. La situación económica “nos ha afectado, porque tuvimos que proceder a una subida de tasas”, algo que también ha sido necesario al adaptar el currículum a los estándares oficiales. Los seminarios han tenido que “actualizarse” dado que antes “estaban pensados en un ámbito más doméstico”. La subida de precios ha afectado en el alumnado. No tanto en la cantidad de matriculaciones, que ha vivido un ligero aumento en este año, pero sí en la continuidad de aquellos que están cursando sus estudios. “La crisis ha afectado a que personas que vienen a estas facultades en régimen interno o presencial”, dice Díaz, recordando que la mayoría del alumnado acude al seminario con el apoyo de sus iglesias y familias y debido a la crisis “están perdiendo apoyos”. “El curso pasado –cuenta el rector- dos alumnos tuvieron que dejar de estudiar por falta de recursos”. Desde el centro se plantean programas de ayuda pero no fue suficiente y, aunque los alumnos pueden pedir becas al Estado, los recortes se han notado en el número de concesiones. ALUMNOS VOCACIONALES El perfil del alumnado sigue siendo el de personas jóvenes, auspiciadas por iglesias locales. El impacto económico de la crisis en las iglesias es un factor que, por tanto, afecta al apoyo a sus estudios. Julio Díaz insiste en que la “oficialidad” del título ha ayudado al reconocimiento hacia la sociedad y en el ámbito educativo; no tanto en las iglesias evangélicas, que sobre todo valoran la preparación de personas para el servicio a la iglesia. “El elemento fundamental es el vocacional. Los alumnos buscan herramientas para servir al Señor y a los demás”, explica el rector, que entiende que la Facultad sigue teniendo “vocación de seminario”. Casi la totalidad del alumnado es de confesión evangélica, y de este, más del 80 por ciento tiene este elemento vocacional. “No siempre para el pastorado -dice Díaz-, pero algunos se sienten llamado por Dios a misiones, o al ámbito educativo, o para ayudar con ancianos, o para trabajar en otros sectores. Pero todos tienen el deseo de aprender para después servir. Que sea en su iglesia local, o sirviendo como misioneros, tienen esta razón de ser”. Así que aunque el hecho de tener los títulos con un reconocimiento oficial tiene importancia, estas facultades no quieren ser sólo “facultades”. “No queremos caer en ser entidades que den títulos académicos, seguimos siendo seminarios de corazón, pero facultades en cuanto a funcionamiento interno. Siempre apelamos al 'algo más', a formar a personas comprometidas que puedan servir”, apunta Julio Díaz. TRABAJO DE LA COMISIÓN El trabajo de la Comisión de Acreditaciones se desarrolla con varios encuentros entre los rectores de las Facultades y la comisión de educación de Ferede, que trabajan en conjunto en el intercambio de ideas y velando por la aplicación de la normativa vigente. Cada año, estas facultades presentan su memoria anual ante el organismo competente del Gobierno, y reciben recomendaciones que son valoradas en la esta comisión. Otra de las funciones es la de dar formación e información a otros seminarios que deseen optar a la concesión de la acreditación. Para ello, se organiza cada año un encuentro informativo en el que se invita a aquellos centros interesados, que reciben asesoramiento y pueden tomar una referencia que les sirva para realizar el camino administrativo adecuado. En la reunión de este año, celebrada en enero, dos seminarios estuvieron presentes.

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