La II República y su aplicación de la separación Estado-religión

Una investigación académica realizada por Carlos García de Andoin rescata la figura de Fernando de los Ríos, pionero en la defensa de la libertad de cultos y de la secularización del Estado.

BILBAO · 28 DE JULIO DE 2013 · 22:00

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Fernando de los Ríos, durante un discurso.

Carlos García de Andoin, ex asesor de Ramón Jáuregui cuando este era Ministro de justicia y responsable de la relación con las confesiones, ha presentado su tesis doctoral en la Universidad de País Vasco, dedicada al estudio de la figura de Fernando de los Ríos, intelectual socialista que jugó un importante papel en la Segunda República. El trabajo, que recibió la calificación de 'cum laude' por unanimidad del tribunal, destaca a De los Ríos en su labor y propuestas acerca de la relación entre iglesia y Estado. Como ministro de Justicia, del despacho de De los Ríos salieron el decreto de libertad de cultos, los dos decretos de secularización de cementerios, la libertad religiosa de los presos, la supresión del cuerpo de capellanes penitenciarios, la decisión de no utilizar el derecho de patronato y presentación para el nombramiento de obispos, el decreto de prohibición de los movimientos financieros y de bienes de la Iglesia de agosto de 1931, la reducción del presupuesto de culto y clero, además de circulares requiriendo información económica, la suspensión de los efectos civiles de las sentencias de los tribunales eclesiásticos, la legislación del divorcio vincular y, en definitiva, la decisión de dar por caducado el Concordato de 1851. Dice Pedro Ontoso en su columna en el El Correo que “uno de los rasgos del laicismo de De los Ríos es que nace de la afirmación de la libertad de conciencia y espiritual, es la defensa de la soberanía del poder civil. El Estado tiene leyes, pero no creencias. Postula la separación Estado-confesión, como condición de la libertad y la democracia”. “En este particular, no tiene medias tintas”, subraya el autor de la tesis. Pero De los Ríos rechaza una política laica eliminatoria. No es partidario de la disolución de ninguna orden religiosa, tampoco de la prohibición de enseñanza a las congregaciones, ni de la eliminación total del sostenimiento del clero. En las tres cuestiones, resalta Garcia de Andoin, mantuvo un punto de vista diferente a la posición dominante en el Partido Socialista”. “El trabajo de Carlos García de Andoin es una mirada a las ideas de Moro, Erasmo o Vives, a las de Hegel y Kant, a las del krausismo, y un viaje al periodo de la Segunda República. Pero en cada párrafo hay una aplicación a la confrontación ideológica y política que se vive en la sociedad de hoy”, agrega Ontoso. Puedes leer el resto del articulo aquí.

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