“La iglesia evangélica tiene 400% menos de parados que el resto de la sociedad española”

Pastor y misionero, pionero en diversas iniciativas evangelísticas en España, Enrique Montenegro afirma encontrar efectos positivos para la iglesia evangélica en la crisis económica.

MADRID · 05 DE AGOSTO DE 2012 · 22:00

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Lleva 23 años en España pero no ha perdido su vinculación con América Latina. Podría decirse que Enrique Montenegro, de nacionalidad argentina, es de ‘aquí’ y de ‘allá’. Vive en Madrid junto a su esposa Betty, con quien tiene tres hijos y cinco nietos. “He viajado más de 2 millones de kilómetros a lo largo y ancho de esta nación, ministrando la Palabra en todas las familias denominacionales”, afirma. Entre otras cosas, predica frecuentemente en radio, púlpitos y conferencias. Enseña semanalmente en el Seminario de Formación Ministerial (SFM) y ocupa parte de su tiempo ayudando a pastores de la Confraternidad de Ministros de Madrid (COMIMA), la cual preside. También se dedica a las misiones y los misioneros a través de la dirección de COMIES (COMIBAM España). Como miembro de la Junta directiva de IIBET (Instituto Iberoamericano de Estudios Transculturales) colabora en la formación de la futura Universidad Cristiana, que Dios mediante se levantará en Málaga. Trabaja junto a un equipo de líderes nacionales en la Plataforma Unida para la Evangelización de España (PUEDES), cuyo objetivo mayor es levantar una generación de evangelizadores y proveer herramientas a las iglesias para llegar a los pueblos no alcanzados de esta nación. Además, es fundador de la ONG AMEMOS (Ayuda Misionera Española para Mantenimiento de Obras y Servicios) que presta servicio en distintos países. CONTEXTUALIZACIÓN Montenegro se siente “muy a gusto” en el contexto evangélico español, “inmerso en su cultura y empeñado en luchar codo a codo junto con todos aquellos que tratan de levantar el nombre del Señor en esta nación”. Afirma que ha aprendido a valorar de igual manera los esfuerzos de los diferentes misioneros, sean anglosajones, asiáticos, africanos, europeos o latinos. “También siento muchísimo respeto por los pastores locales, (independientemente de que sean payos o gitanos) quienes a pesar de no ver el fruto anhelado, siguen firmes al pie del cañón año tras año”. Inevitablemente, se siente “más amado por unos y menos amado por otros, como es natural en la vida”, pero “siempre respetado por todos”. CRISIS Y MISIONES Hombre vinculado a la tarea misionera, reconoce que la crisis financiera está afectando globalmente esta área. “La amplia mayoría de iglesias hoy priorizan el mantenimiento del gasto de la iglesia local, antes que la inversión en los no alcanzados”, afirma. Esta situación lleva a que los misioneros queden sin poder cubrir sus gastos familiares en el campo. “Algunos tristemente regresan luego de haber invertido gran parte de sus vidas en asimilar la cultura del pueblo y aprender su lengua. Otros se quedan en el campo esperando la acción misericordiosa de algún hermano que les recuerde. Quienes tienen más suerte, logran encontrar algún trabajo para cubrir mínimamente las necesidades de su grupo familiar”, comenta. EFECTO POSITIVO EN LA IGLESIA En cuanto a cómo afecta la crisis a la iglesia evangélica en España, Enrique Montenegro considera que “afecta más positiva que negativamente”, y menciona tres indicadores que sirven de muestra: “En primer lugar la sociedad perdió su fe en aquello que les ofrecía seguridad: el sistema económico. Hoy mucha gente se encuentra sin fe y sin esperanza atrapados en una crisis que se prevé será mucho más larga de lo previsto. Con lo cual la percepción es que la gente está más predispuesta que nunca antes a escuchar un mensaje que le genera fe y esperanza. Este es el papel de la iglesia. Como consecuencia, se está creciendo en número de lugares de culto, números de congregantes y número de nuevos bautismos, de tal manera que muchas iglesias ya tienen dos y hasta tres reuniones los domingos por la falta de espacio para congregar a todos los que vienen. En el 2005 teníamos localizadas 183 iglesias en la Comunidad de Madrid, hoy existen más de 600”. Otro indicador que señala Montenegro es que “al quebrar la economía, el número de gente en el paro crece, llegando hoy a más del 23% de la población activa. Sin embargo cada vez que visito una iglesia suelo preguntar ¿cuántos de los presentes están sin trabajo? y descubro que en el peor de los casos, tan solo representa el 5 % de los presentes”. En base a esta experiencia, Montenegro destaca que “podemos afirmar que la iglesia tiene más del 400% de ocupación que la media de los españoles. O si se lo quiere ver al revés, la iglesia tiene 400% menos de parados que el común de la sociedad española. ¿El secreto? Los miembros siguen siendo fieles en sus diezmos y ofrendas, y Dios honrando a aquellos que le honran”. INSTALACIONES ACCESIBLES El tercer indicador mencionado por Montenegro se refiere a que la crisis económica ha producido el cierre de miles de locales industriales, depósitos y fábricas en todo el país, lo cual ha posibilitado que las iglesias tengan acceso a instalaciones que tres años atrás les resultaba imposible alquilar. “Hoy disponen de grandes superficies a un costo realmente accesible”, afirma. “Ya no es difícil ver lugares que reúnen a algunos miles celebrando culto al Señor, cosa impensable -pero soñada- cuando llegamos para servir en esta hermosa nación, 23 años atrás”, concluye.

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