El legado de David Wilkerson

Los lectores destacan su defensa de un evangelio profundamente bíblico, su pasión y sencillez a la hora de predicar, y su preocupación por las personas desprotegidas.

BARCELONA · 03 DE MAYO DE 2011 · 22:00

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La muerte de David Wilkerson ha impactado a muchas personas. Tras confirmarse que el predicador estadounidense había perdido la vida en un accidente de tráfico, los mensajes de duelo y de recuerdo hacia su vida se han oído en todas las partes del planeta. Su libro “La Cruz y el Puñal” y sus predicaciones distintivas, que gracias a internet habían llegado a todos lados, habían tenido mucha repercusión a nivel global. Recogemos aquí algunas de las opiniones que en los últimos días hemos podido recojer. Juan Carlos Escobares Presidente de la Federacion de las Asambleas de Dios de España (FADE), movimiento al que pertenecía como pastor Wilkerson en su sección de EEUU. Él está entre los que conocieron personalmente a David Wilkerson en una visita que hizo a España. Recuerda de él “su ejemplo de sencillez, mansedumbre, honradez” y “comprobé en primera línea”, explica, “el carácter profético de su mensaje”. “Resultaba sencillo y contundente a la vez”. “Sin duda, su mensaje era una pastoral apostólica para la Iglesia en el mundo, una guía para el perdido hacia el Salvador y una exhortación encarecida a permanecer en la pureza del Evangelio”. En este sentido, Escobar destaca su empeño en una doctrina sana: “Fue un claro exponente de lo que es una predicación centrada en Jesucristo y la obra de la Cruz. Celoso de la humildad y de la santidad, permaneció fiel hasta el último instante a los principios de la pureza del Evangelio y alejado de los escenarios evangélicos populistas o elitistas”. Su mensaje, además, no se quedaba en lo abstracto. Tenía una compasión real por otras personas, “desbordante en generosidad, no escatimó ni un solo instante en invertir su vida y ministerio hacia los más desprotegidos y necesitados”. Su vida, concluye Escobar, fue “digna de imitar”. LUCHA CONTRA EL DOLOR PROPIO Y AJENO También pudo conocerle personalmente Esteban Muñoz Morales, Vicepresidente de FADE, en unas conferencias de la actual Fraternidad Pentecostal y Carismática de España. Ya antes de esto, Wilkerson “había marcado el inicio de mi vida espiritual”, recuerda, “con libros como La Cruz y el Puñal, Tenemos Hambre de Cristo o la Visión, pero también sus predicaciones y artículos en general habían inspirado mi caminar como creyente y como pastor”, explica. El énfasis en el trabajo con personas en riesgo le llevó a ministerios como Teen Challenge (en castellano, Desafío Joven), y fue “uno de los pioneros en el trabajo de rehabilitación del drogodependiente, por lo que inspiró también nuestro trabajo en el centro de rehabilitación que iniciamos en Córdoba en 1984”. “Hay una característica de David Wilkerson que no es muy conocida por la gente en general, el dolor golpeó fuertemente su vida y su hogar ya que el cáncer alcanzó su familia, concretamente a su esposa, a su hija y a su nieto”. Sin embargo, esto “nunca condicionó su relación con Dios ni permitió que menguara su dependencia de Él. Su ejemplo de honestidad personal al revelar sus debilidades y no parecer un “super-pastor” le hizo más asequible y querido por todos”, opina. Fue “un profeta de nuestros tiempos, un hombre apasionado por Dios y por su Palabra y un referente de integridad”. Muñoz Morales añade que destacó “su valentía al enfrentar los desvíos de algunos sectores evangélicos”. Todo ello, con una disciplina clara, “la oración constante”. EL IMPACTO DE SU PROPIA EXPERIENCIA @MULT#IZQ#42210@Por su parte, José de Segovia, autor, periodista y pastor de una iglesia en Madrid, destaca en su reciente artículo en el blog mARTES los “más de quince millones de ejemplares” vendidos del libro La Cruz y el Puñal, que explica la historia de acercamiento de Wilkerson a las bandas callejeras en Nueva York. La película se tradujo a treinta idiomas y “se calcula que el film ha sido visto por 50 millones de personas”. Más allá de su impactante historia, el trabajo pionero de Wilkerson en la rehabilitación de drogadictos es “un ejemplo para todos aquellos que creemos que Dios se complace en mostrar su gracia, no para con los poderosos de este mundo, sino con los humildes”. “Wilkerson fue también singular en su oposición al evangelio de la prosperidad”, añade Segovia. “Denuncia a estos predicadores como ‘lobos que han sustituido el dinero por la cruz’ en un famoso sermón de 1999”. DEFENSOR DE UNA FE BÍBLICA Pedro Tarquis, director de ProtestanteDigital, destaca a Wikerson como una persona con “fe absoluta en un Dios sobrenatural que cambia vidas”. Se esforzó en mostrar un “Evangelio sencillo e íntegro”, y tuvo “pasión por alcanzar a los jóvenes y marginados de la sociedad” También cree muy importante su tarea para “centrar el cristianismo pentecostal dentro de una fe bíblica”, y en este sentido “condenó corrientes éticas y teológicas de moda como la teología de la prosperidad y la búsqueda de las señales de Dios en vez del Dios de las señales”. Tarquis destaca su pasión y “su visión del poder de un Dios sin limitaciones de ningún tipo”. No desligó la obra social de la predicación. Por ello, dio un papel importante a los centros de rehabilitación para toxicómanos y marginados, recuerda. LA OPINIÓN DE LOS LECTORES Muchos de los lectores también han querido dejar mensajes para expresar sus impresiones ante la noticia. Entre el centenar aproximado de opiniones recogidas por ProtestanteDigital entre los comentarios a la noticia de su muerte y los posts en nuestro perfil de Facebook, destaca la idea de la fidelidad de Wilkerson a la Palabra de Dios, y su lucha por comunicar el evangelio con integridad y humildad. José Luis Navajo, escritor y pastor de la Iglesia Salem en Madrid, dice de Wilkerson que “su humildad me fascinó; su visión me retó; su autoridad me inspiró”. Insiste en la relevancia de su mensaje Shema Sánchez: “Este siervo nuestro hermano David, en sus últimas predicaciones, hace un llamado a que nos volvamos a Cristo. Me ha servido para estar más firme en mi fe y en hacer la voluntad de Dios”. “Un hombre de Dios que tuvo la valentía de denunciar el engaño y la mentira”, cree Javier Menéndez. En la misma línea está otro lector, Juan Carlos, que cree que Wilkerson fue “una de las voces que clamaba en medio del desierto de este mundo (…), un Siervo Ejemplar, un Heraldo de Cristo”. Su ejemplo debe marcar a otros, cree Eduardo Ruminot: “Espero que muchos se levanten para seguir el ejemplo de un hombre que amo la sana doctrina y jamás negoció sus principios espirituales ni se dejó seducir por el éxito”. EL IMPACTO DE SU HISTORIA PERSONAL Muchos lectores recuerdan el impacto que su libro La Cruz y el Puñal, que relataba su experiencia entre las bandas callejeras de Nueva York, ha tenido desde que se publicó en 1963. “De pequeño me impresionó el libro de La Cruz y el Puñal, su valor para adentrarse en el mundo de las bandas y las drogas en aquellos años. Lo leí varias veces y aun lo conservo en casa”, explica Tomás Escobosa. También Benjamín Rosales, de Nicaragua: “Cuando estaba chavalo llegó a mis manos una copia de La Cruz y el Puñal, casi desarmándose por la cantidad de manos por las que pasó. Ahí me di cuenta por primera vez del hermano Wilkerson, de su ministerio, pero principalmente de su amor por la gente que no conocía al Señor.” “Doy gracias al Señor por haber conocido personalmente a David Wilkerson y como el Señor usó su libro La Cruz y el Puñal para mi conversión en 1978”, escribe Luciano Arévalo. UN CLARO EJEMPLO A SEGUIR Entre las opiniones que hemos podido recoger se resalta también la obediencia a Dios en su llamado, en su misión de bendecir a otros hablando de Dios de forma franca. “Murió como vivió, 'en acción', fue un testimonio para mi vida en los años 70 y lo ha sido hasta ahora con sus escritos directos y sin miedo. Utilizó las muchas pruebas en su vida como un medio para aferrarse más a nuestro Padre celestial, y enseñarnos a amarlo y a aferrarnos nosotros también”, dice Pedro Antonio Castro. “Dios es su amigo. Él le conocía y eso hizo que todo lo que decía y hacia tenga el sello de Dios”, opina Mirna Cruz, de Paraguay. Por todo lo anterior, Wilkerson “dejó un camino y una conducta a imitar”, cree Luis Brito. Elvis Trujillo también lo ve así: “Todos tenemos una misión de parte de Dios, y este hombre estuvo dedicado alservicio del Señor, y marco la diferencia en su generación. Nos queda imitar su entrega y fe.” Y PARTIR DE AHORA… Tras la muerte de Wilkerson, muchos de los comentarios son de apoyo para su familia. Varias personas expresan la necesidad de “oraciones por su esposa e hijos y nietos”. Además, Iump Temuco facilita la dirección de un blog en el que se pueden leer los últimos devocionales de David Wilkerson, en castellano. Para finalizar, José Luis Correa recuerda que Wilkerson fue “un siervo del Señor con todas las letras”. Joan nombra su libro Tenemos hambre de Cristo para añadir que el autor “ya no va a pasar más hambre”. Porque como concluye Julia Martín, Wilkerson “ya está en casa”.

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