El `desencanto político´ no debe frenar la participación evangélica: hablan Elisabet Rodríguez e Ignacio Simal

El Congreso de los Diputados vivía la semana pasada un pleno monográfico sobre el paro, un gran tema del que muchos españoles esperan respuestas de los partidos políticos. Las frases que más resonaron en el hemiciclo, sin embargo, fueron las que pedían elecciones avanzadas (el PP) y las que respondían desde el Gobierno (PSOE) que la oposición nunca sería capaz de ganarlas. El problema real quedaba en segundo plano, y volvían a dar razones para el desencanto de los ciudadanos con sus dirigentes p

MADRID · 22 DE NOVIEMBRE DE 2010 · 23:00

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Hay desencanto político en el voto evangélico. Esta era la conclusión que sacábamos a día 1 de noviembre, tras analizar la opinión de tres expertos (Manuel Suárez, César Vidal y Pedro Tarquis) y observar las primeras respuestas de la encuesta sobre intención de voto abierta en este magazine. Esta misma encuesta muestra ahora, tras los votos de más de 400 internautas, que el PP obtendría un 30% de apoyo entre los lectores de Protestante Digital (-3% en las últimas semanas), y que la segunda opción en porcentaje ya sería el Voto en Blanco, por el que se decantan un 16% de los internautas. El PSOE obtendría la confianza de sólo un 14% (+2% en las últimas semanas), el mismo porcentaje que se decanta por la opción “Otro partido”. La conclusión que se puede sacar de estos datos actualizados de la encuesta (que no pretenden ser científicos pero sí orientativos) es que una gran parte de los evangélicos tendría serias dudas sobre qué hacer si hoy se celebraran elecciones generales en España. Están de acuerdo con esta conclusión tanto Ignacio Simal (responsable de comunicación de la IEE y director de la revista digital Lupa Protestante), como Elisabet Rodríguez, secretaria general del Partido Popular en el Baix Penedés (Catalunya), pastora, e integrante del OCI (Observatorio Cívico Independiente). “HASTÍO Y DESGASTE” EN EL CONJUNTO DE LA SOCIEDAD Para Elisabet Rodríguez, la causa principal de la pérdida de confianza está en el clima político: “Estamos viviendo un hastío y un desgaste en la confianza porque la sociedad no siente que se esté trabajando en cosas que realmente importan y que nos puede sacar de esta situación que estamos viviendo en España”. Cree que complican más la situación los medios de comunicación, que recogen una “imagen de los partidos” que en muchas ocasiones “está minando la credibilidad de los políticos”. Entre los partidos, añade, “no se percibe” que hayan entendido su “obligación”, que debería ser la de “recoger muchas tendencias, ser sensibles, escuchar y entender las formas de creer o no creer que hay en la sociedad”, opina. Ignacio Simal cree que pese a haber razones para quejarse, no se debería caer en el derrotismo. “En una sociedad tan polarizada políticamente por el bipartidismo es complicado que los evangélicos no cedamos a la tentación del desencanto político”. Reconoce que “los evangélicos están experimentando una pérdida de confianza en la clase política”, pero matiza que pasa “igual que sus conciudadanos”, la población en general. El desencanto, pues, no debe ser sinónimo de desinterés. “Como ciudadanos y ciudadanas tenemos la responsabilidad de participar en lo político a través de nuestro voto, y la militancia en los partidos o en los movimientos sociales”, y un primer paso para reactivarse socialmente sería estudiar con más detenimiento los programas políticos que ofrecen unos y otros partidos, propone Simal. INICIATIVAS DEL GOBIERNO CON RECHAZO ENTRE EVANGÉLICOS ¿Pero hay razones que hayan provocado la caída de confianza entre los votantes protestantes de una forma especial? Simal cree que sí. “Evidentemente hay ciertos temas sensibles para la conciencia de las mayorías evangélicas: la despenalización del aborto, el matrimonio homosexual, la discusión sobre una posible despenalización a medio plazo de la eutanasia, la reforma del Código Penal (endurecimiento de las penas, etc.) y la mal llamada ideología de género”, cree. Opina Simal, sin embargo, que estas políticas, pese a ser polémicas, “no deben ser un caballo de batalla” de los evangélicos, porque “son temas abiertos, a día de hoy, a la discusión tanto en el mundo protestante como en la sociedad civil”. Es decir, estos temas “no debieran ser decisivos a la hora de dar el voto a uno u a otro partido”, considera Simal, porque “los programas de los partidos políticos deben ser evaluados en su conjunto y no juzgarlos negativamente por dos o tres puntos del mismo”. Elisabet Rodríguez coincide con Simal cuando se trata de detectar cuáles son algunas de las políticas más polémicas en los últimos años, aunque sus conclusiones van en otra dirección. “Este gobierno, que se define a sí mismo como progresista, está viviendo una profunda crisis como consecuencia de las políticas que ha llevado a cabo”, empieza. Considera que “el rechazo social” a la reforma de la ley del aborto fue mayoritario, y también considera preocupante “la polémica posibilidad que da la ley a las jóvenes menores de 16 años para que puedan interrumpir su embarazo sin el permiso de los padres”. Cree que con ello se ha “legalizado una ideología, particular en los temas de salud y sexualidad, que se ha impuesto a parte de la sociedad”. La educación también está siendo, según Rodríguez, un área en la que el Gobierno de Zapatero debería cambiar sus posiciones. Denuncia “la violación que estamos viviendo como padres a educar a nuestros hijos según nuestros valores y convicciones morales”, y añade que la “enseñanza obligatoria que se imparte en los centros de educación” es presentada como si “fuera la única educación posible”. VISTO LO VISTO… Ante la tendencia de los últimos años, Rodríguez concluye que el problema de fondo es que el Partido Socialista ha cometido el error de “olvidar la pluralidad ideológica y religiosa que forma parte de nuestra esencia como nación”. Considera que “coincidir al cien por cien con un partido político sería, a mi modo de ver, un imposible, pero creo que es nuestro deber, pasar a examen a los principales partidos políticos”. Así pues, del PSOE destaca que “ha hecho oídos sordos a nuestras inquietudes como cristianos, y ha llevado a cabo leyes, que realmente no eran en absoluto, de clamor social”. Del Partido Popular, Rodríguez apunta en cambio que “ha estado llevando a cabo un ejercicio de acercamiento y apertura” hacia los evangélicos, en los últimos meses, “reconociendo que necesitaba conocer de ‘primera mano’ la opinión de la comunidad protestante”. Ignacio Simal, sin entrar en relacionarlo con el intento de acercamiento del PP a los evangélicos que Rodríguez describe, sí que comenta que observa “el mantenimiento del giro a la derecha del votante medio evangélico”. “No voy a ser yo el que lo juzgue, Dios me libre, pero tengo la impresión de que ese giro es debido a los temas sensibles [mencionados anteriormente], antes que un estudio serio, detenido y responsable de los diferentes programas partidarios”, concluye. …VALE LA PENA PARTICIPAR MÁS ¿Entonces qué es lo siguiente? ¿Cómo pueden los evangélicos en España aportar en positivo, en lugar de caer en una actitud de queja improductiva? Cree Elisabet Rodríguez que “el pueblo protestante todavía no es consciente de todo su activo y su influencia”. Coincide en que es importantísimo que los cristianos entiendan la “obligación que tenemos de tomar parte e influenciar en este tiempo tan importante”, y que cualquier iniciativa en esta dirección “será positiva”. Ignacio Simal coincide en la acción y el cambio de actitud como motor de avance. “Estamos atravesando una profunda crisis, producto de unos modelos económicos, sociales y políticos que ya no dan más de sí”. Ante ellos, opina Simal que “los evangélicos serán agentes de cambio cuando dejen a un lado el discurso monotemático en relación con el aborto, homosexualidad, etc., para ir más allá”. Concluye con una llamada a la participación en la sociedad: “Los evangélicos deben ponerse a trabajar en la consecución de una sociedad más democrática, solidaria y justa”, que se puede conseguir “investigando otros modelos de organización social, política y económica”. MÁS INFORMACIÓN Puede leer la primera parte de de este análisis sobre intención de voto de los evangélicos, titulado “Desencanto político en el voto evangélico, según encuesta y expertos”, con la opinión de Manuel Suárez, César Vidal y Pedro Tarquis.

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