La Alianza Evangélica niega legitimidad moral a la Iglesia católica en su defensa de la libertad religiosa

La Alianza Evangélica Española manifestó que «ningún símbolo ideológico, religioso o no», debe monopolizar el espacio público, una opinión que también comparte la Federación Española de Entidades Religiosas Islámicas. Por su parte, la Federación de Comunidades Judías de España pide una solución «tranquila» de este tema basándose en la teoría de «no quitarle los derechos a la mayoría sino darle derechos a una minoría».

MADRID · 24 DE JUNIO DE 2010 · 22:00

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La Alianza Evangélica Española ha emitido el Comunicado ante las declaraciones de la Conferencia Episcopal católica española en defensa de la presencia de crucifijos en las escuelas públicas afirmando que «gracias al cristianismo, Europa ha sabido afirmar la autonomía de los campos espiritual y temporal y abrirse al principio de la libertad religiosa, respetando tanto los derechos de los creyentes como de los no creyentes. Esto se ve más claro en nuestros días, cuando otras religiones se difunden entre nosotros al amparo de esa realidad», y que «la presencia de símbolos religiosos cristianos en los ámbitos públicos, en particular la presencia de la cruz, refleja el sentimiento religioso de los cristianos de todas las confesiones y no pretende excluir a nadie» La Alianza Evangélica ha señalado por medio de su comunicado que la negativa de la iglesia Católica a la eliminación de los crucifijos en los ámbitos públicos refleja su «falta de comprensión sobre que España no es católica, ni protestante, ni judía, ni islámica ni agnóstica». En este sentido, ha apuntado que «es imposible» que todos los símbolos sociales, políticos, ideológicos y religiosos, dispongan «permanente y simultáneamente» del espacio público y, por ello, afirman que esta ausencia de símbolos «no debe considerarse como un ataque a la religión o a la fe». No obstante, el vicepresidente de la Alianza, Manuel Suárez, y el portavoz, Pedro Tarquis, indican que esta renuncia al monopolio de los ámbitos públicos «no debe confundirse con el legítimo derecho a la presencia cultural religiosa». Así, señalan que, en el caso del Belén navideño y la Pascua judía, «no se acapara permanentemente sino por un período de tiempo concreto y por un acontecimiento cultural». La Alianza Evangélica Española asegura que la ausencia de símbolos religiosos no supone «expulsar la fe de la vida pública», aunque considera que el foro público debe estar abierto a que las confesiones «participen, opinen e influencien». Los protestantes han reivindicado asimismo que «los primeros gobiernos democráticos nacieron del cristianismo protestante y nunca del catolicismo», y han criticado que no han visto «en la jerarquía católica española en ningún momento un talante igualitario con los no católicos ni una comprensión real de la libertad religiosa». ISLÁMICOS, CONTRA LOS PRIVILEGIOS El presidente de la FEERI, Mohamed Hamed Alí, ha mostrado su negativa a la presencia de símbolos religiosos en lugares públicos «donde puede haber personas con diferentes confesiones», pero asegura que siempre que no se atente contra «la seguridad o la salud» de una persona no le «importaría que otro símbolo diferente» a su confesión «tuviera su lugar». Como ejemplo pone el de un hospital en el que un enfermo quisiera tener un crucifijo cristiano. «Hay que tener en cuenta la opinión de los demás presentes en la habitación, pero si es una cuestión personal de este tipo se respeta». En lo que sí se ha mostrado molesto el presidente de FEERI es en los «privilegios» de la religión católica en las fiestas nacionales, como por ejemplo la Semana Santa, «cuándo se cortan calles y las autoridades políticas participan en los actos» para luego «no respetar» de la misma manera «las celebraciones de otras confesiones». El presidente de la Federación de Comunidades Judías de España, Jacobo Israel, cree que igual que los cristianos celebran sus fiestas, «las minorías también tienen todo el derecho a celebrarlas» y con las mismas «facilidades» que el Estado concede a la cultura cristiana. «El Estado debería ser neutro en estas cuestiones», expresó. En cuanto a los símbolos religiosos en los lugares públicos, sigue «una línea de respeto» asegurando que «todo se debe tratar sin tensiones» y si hay «padres, en el caso de los colegios, a los que les molesta un crucifijo, pues se quita», porque ante «diferencias de opinión de este tipo», a su juicio, debe recurrirse «a la Constitución». MULTIMEDIA * Puede ver aquí completo el Comunicado de la Alianza Evangélica Española sobre los crucifijos en lugares públicos en respuesta a la Iglesia católica.

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