César Vidal denuncia el mito y confusión sobre Enrique VIII y el protestantismo

El historiador y escritor César Vidal afirma que Enrique VIII «fue un feroz perseguidor de los protestantes» y no el germen de la Reforma. En dos columnas dedicadas a la figura del monarca inglés que se separó de la Iglesia Católica, Vidal recupera la veracidad histórica tantas veces silenciada en el nacimiento de una iglesia que, en sus comienzos, reafirmó los mismos dogmas que la Iglesia de Roma y continuó con su persecución a los protestantes.

MADRID · 14 DE DICIEMBRE DE 2009 · 23:00

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Desde la columna de ´La Voz´, César Vidal está recuperando algunos mitos sobre el protestantismo que a veces se defienden hasta en círculos cultos. En las últimas dos ocasiones se ha centrado en la figura de Enrique VIII, presentado tantas veces como un reformador, cuando en realidad no lo fue. Sobre este tema Vidal concedió una amplia entrevista a eMision. Enrique VIII «ordenó redactar una profesión de fe en que se afirmaban de manera puntillosa los siete sacramentos católicos», recuerda Vidal en su primer escrito. Castigaba con la hoguera «la negación de la transubstanciación, prohibía a los laicos la comunión bajo las dos especies, vetaba el matrimonio a sacerdotes y antiguos monjes y mantenía la confesión auricular». En resumen, en todas las cuestiones controversiales, Enrique VIII siguió el camino que marcaba el catolicismo. Y la persecución que ejecutó sobre los protestantes no tuvo nada que ver con lo que sucedió a los católicos, con los que mantuvo «una situación de tolerancia asentada sobre todo en la identidad doctrinal», afirma el historiador. POSTERIOR GIRO HACIA AL PROTESTANTISMO El cambio de doctrina en la iglesia Anglicana llegaría, por lo tanto, más adelante, con la muerte de Enrique VIII y la anulación de sus dictados, lo que permitió a los «herejes que pudieran regresar del continente». Así, el impulso para esta reforma «procedería de Eduardo VI, el rey niño sucesor de Enrique VIII,y de sus dos protectores, Somerset y Warwick», aclara Vidal. Fue en el año 1552 cuando se aprobó una confesión de fe «de contenido protestante». Pero las luchas no terminaron ahí, ya que su sucesora en el trono, la católica María forzó un regreso a Roma. María, apodada la sanguinaria «ejecutó a 273 protestantes mientras los exiliados se elevaban a centenares», arguye Vidal. «Las hogueras de María obtuvieron el efecto contrario», de forma que «cuando expiró la reina, la mayoría de los ingleses respiró con alivio y los protestantes reanudaron su proyecto reformador». Es por ello que «la iglesia anglicana no había surgido de un choque frontal con Roma sino que, previamente, se había producido un cisma de claro contenido dogmático católico». Una circunstancia que contribuye a explicar «el carácter templado del protestantismo inglés, un protestantismo que, contra lo que suele creerse, nada tuvo que ver con un rey como Enrique VIII que lo persiguió con decisión e incluso saña», concluye Vidal. MULTIMEDIA Puede escuchar aquí una entrevista de Esperanza Suárez a César Vidal sobre Enrique VIII y el protestantismo. También leer la serie de César Vidal sobre Enrique VII y el protestantismo

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