Patricia Bezunartea, de Pluralismo y Convivencia: «Las confesiones minoritarias sufren invisibilidad, pero quieren participar»

Entre los objetivos del proyecto está confeccionar una investigación completa del panorama religioso español. «El de Aragón es la sexta investigación en comunidades autónomas», cuenta Patricia. «Previamente se han publicado los libros de Cataluña, Madrid, Valencia, Canarias y Castilla La Mancha. En breve, se editarán los de Navarra y Andalucía, y el resto ya están en preparación. La idea sería completar el conjunto de España». La experta en historia religiosa considera que «las religiones minoritarias, durante los últimos años, han vivido momentos muy duros, donde les fue muy difícil incluso existir». Bezunartea recuerda que en la etapa del Franquismo se «dificultó la vida de las confesiones» por la vinculación del Estado con la iglesia católica. Una situación que cambió «en los años 80» manifestando que ahora España es un país diverso en el que «la mayor parte de la población se declara católica, pero hay un porcentaje, que va creciendo, que no lo es, y que tiene los mismos derechos para ejercer su libertad religiosa». INVISIBILIDAD Y RECHAZO SOCIAL Para Bezunartea, las confesiones minoritarias sufren la incomprensión de la sociedad que no las considera como «propias» y esto las lleva a estar en una situación de «invisibilidad». Hay una vinculación entre la inmigración y el crecimiento de las religiones en España, lo que ha llevado a que «la identificación entre diversidad religiosa e inmigrantes sea cada vez más amplia». Una perspectiva que desencadena el pensamiento de que «ser católico es ser de aquí, y no serlo es ser de fuera» algo que «en la práctica no es así». Ante esta situación, la experta aboga por fortalecer el derecho de manifestación de creencias, y llama a las Administraciones públicas a estar más atentos a estos sectores minoritarios. Se presupone a veces «un sectarismo o delitos en sus actividades» que no se ajustan a la realidad y que muchas veces «es por desconocimiento». Uno de los temas que destaca en este «desconocimiento administrativo» es el caso de los cementerios, la concesión de licencias o la participación de representantes políticos en eventos religiosos minoritarios. «Por ejemplo, el que un alcalde vaya a una Semana Santa, y le soliciten acudir a la ruptura del ayuno del ramadán, y no vaya... De alguna manera, son ciudadanos de su municipio» alega. UN CAMBIO DE ACTITUD Pero también hay ayuntamientos donde comienza a trabajarse en la igualdad «con un resultado que está siendo muy positivo», dando ejemplos de convivencia, creando un espacio en el que «todo el mundo tiene derecho a vivir su religiosidad como quiera creyendo en lo que quiera». Bezunartea destaca que las religiones minoritarias están, cada vez más, reclamando ese lugar que les corresponde en la sociedad. «La fase de invisibilidad casi promovida por las propias confesiones ha pasado, y se ha generado un deseo de compartir, participar» de la vida social de forma práctica y visible. PROYECTOS DE FUTURO Uno de los elementos dinamizadores que se proyectan desde la Fundación Pluralismo y Convivencia es la creación del Observatorio del Pluralismo Religioso. Este organismo se encargará de estudiar y proteger la libertad religiosa en España. Para la responsable se trata de «algo necesario que trasciende de las personas que estamos trabajando en la Fundación» ya que «es un proyecto que recoge todo el saber acumulado hasta ahora, que propone nuevas líneas de trabajo, que crea las condiciones para que se pueda ir analizando en el tiempo la evolución de las comunidades religiosas». Un trabajo que servirá para mejorar «la situación y la acción social, la convivencia y la ciudadanía, que es un poco en lo que estamos trabajando», explicó Bezunartea.