El ministro de Justicia anuncia que se regulará la objeción de conciencia y los `espacios públicos de neutralidad´ religiosa

La futura Ley de Libertad religiosa no va contra nadie, no denunciará los Acuerdos Iglesia-Estado de 1979 y regulará la objeción de conciencia y los “espacios públicos de neutralidad”. Esas son algunas de las novedades de la futura regulación religiosa española que prepara el Gobierno socialista, según desveló el ministro de Justicia, Francisco Caamaño. Una ley que “bendecirá” el pluralismo religioso como una virtud y una realidad social.

MADRID · 08 DE JUNIO DE 2009 · 22:00

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En la sede de la Fundación Pluralismo y Convivencia, el organismo que se ocupa de las confesiones minoritarias, flanqueado por su presidente, José Manuel López, y por el director general de Confesiones Religiosas, José María Contreras, Caamaño respondió con soltura a las preguntas de los informadores sobre la futura ley. Según el ministro, “la ley de libertad religiosa está muy avanzada”, es “necesaria” y no va contra nadie, porque “todas las confesiones son defensoras de la libertad religiosa”. También la católica. De todas formas, Caamaño precisó más y aseguró que “la ley no va a afectar a los Acuerdos del Estado con la Iglesia católica”, aunque sí pretende “mejorar en igualdad y definir mejor los espacios de neutralidad religiosa de los poderes públicos en los espacios públicos”. El ministro no quiso concretar más la expresión “espacios públicos” ni si se refería con ella a que la futura ley regulará los mal llamados funerales de Estado o las tomas de posesión de los ministros ante el crucifijo. REGULACIÓN DE LA OBJECIÓN DE CONCIENCIA También desveló Caamaño que “por vez primera en España, la ley de libertad religiosa regulará la objeción de conciencia”. Sobre todo la referida a la temática religiosa, la “reconocida en la Constitución o explícitamente por los legisladores”. Por todo ello, la futura ley va a afectar, según el ministro, “a todos los españoles en el ejercicio de su libertad religiosa, profesen la religión que profesen”. Caamaño salía así al paso de las recientes declaraciones del portavoz de los obispos, monseñor Martínez Camino, según el cual la ley “apenas va a afectar a los católicos”. Siempre equilibrado, tampoco quiso el ministro entrar al trapo de la tesis del cardenal Cañizares, según la cual “España dejará de ser España, si deja de ser católica”. Caamaño se limitó a responder: “La tesis de Cañizares es su tesis. La Constitución es la norma que los españoles nos hemos dado. Nadie mejor que los españoles para decir lo que somos”. FUNDACIÓN PLURALISMO Y CONVIVENCIA El ministro la ha definido como “un instrumento del Estado para la normalización de las confesiones minoritarias, promocionando el ejercicio de la libertad religiosa en un marco de respeto, reconocimiento y convivencia”. Además, ha recordado que el cinco por ciento de los ciudadanos españoles profesan otra religión distinta a la católica. En este sentido, ha continuado el ministro, el propósito fundacional de esta institución ha sido dar cumplimiento al mandato de la Constitución española, “que exige practicar una tolerancia activa de las distintas confesiones e iglesias con arraigo en España”, reconociendo los derechos y libertades fundamentales de los demás y valorando positivamente la diferencia. Por ello, ha considerado “el pluralismo como una virtud y no como una amenaza”. En su intervención, Francisco Caamaño se ha referido a los tres fines de la Fundación: en primer lugar, promocionar la libertad religiosa, mediante el apoyo a proyectos de las confesiones que hayan celebrado acuerdo de cooperación con el Estado español. En segundo lugar, ser un espacio de pensamiento y debate sobre la libertad religiosa y su influencia en la creación de un adecuado marco de convivencia. Y, por último, promover la normalización del hecho religioso en la sociedad. “Para el cumplimiento de estos fines -ha subrayado Francisco Caamaño-, la Fundación desarrolla su trabajo fundamentalmente en tres ámbitos: con las confesiones minoritarias, apoyando a sus órganos representativos y sus actividades, así como a su comunidades, iglesias y entidades locales; con la sociedad en general como espacio de cohesión social y convivencia y con las administraciones públicas como generadores de políticas, garantes de derechos y gestores de la diversidad y la pluralidad en el territorio”. Por último, el ministro ha subrayado el incremento sostenido del número de comunidades que han recibido subvención en estos cuatro años, que ha pasado de 148 en 2005 a 510 en 2008. “Este, sin duda, es un dato expresivo de la creciente y cada vez mayor incidencia que está teniendo la Fundación”, recalcó. El total de proyectos presentados ha sido de 557, frente a los 493 de 2007, un 15,29% más. Una vez examinados los proyectos, se han subvencionado 545, correspondientes a 502 entidades. Respecto a la finalidad de los proyectos, el 38,66% ha sido educativa, el 36,29% de integración y el 25,05% cultural. Por confesiones, las comunidades evangélicas se han centrado principalmente en actividades de integración social, lo que ha representado el 49,88% del total de sus proyectos, cuyo objetivo ha sido apoyar a colectivos en situación de vulnerabilidad social. Las comunidades musulmanas han dirigido la mayor parte de ellos (46,97%) a la educación, con actividades de enseñanza de la lengua árabe, castellana y apoyo escolar. Por su parte, las comunidades judías los han dedicado a la cultura (64,06%) con la edición de libros, calendarios y revistas de divulgación sobre cultura judía.

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