El Barça, Campeón de Europa, fruto del sueño hecho realidad del protestante Joan Gamper

El Barcelona es considerado como más que un club, uno de los más importantes de la historia mundial, uno de los más grandes. Esa institución, que hoy es quizás la más poderosa de Catalunya, con más de 200.000 asociados y más de 200 millones de seguidores en todo el mundo, fue fundado por un protestante llamado Joan Gamper.

BARCELONA · 26 DE MAYO DE 2009 · 22:00

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Cuando sólo se ven millones de euros, un estadio majestuoso, un equipo que borda el fútbol, y a un Campeón de Liga y Copa en España, recién entronizado como Campeón de Europa, pocos saben ni imaginan que este equipo de ensueño surgió del esfuerzo y la ilusión de Joan Gamper, un protestante suizo afincado en Barcelona. Y fue así porque la sociedad catalana de la época de Joan Gamper discriminaba a los extranjeros protestantes, de manera que él y otros aficionados al balompié de su misma “condición religiosa” no podían encontrar un lugar para practicar deporte; por lo que tuvieron la idea de fundar un club. Un club que llegaría a tener como eslogan “Més que un club” (Más que un club). JOAN GAMPER El escritor Agustí Rodes escribió una reseña biográfica sobre la vida de Joan Gamper: El 22 de noviembre de 1877 nació en la ciudad suiza de Winterthur Joan, el primer hijo de August y Rosine Emma. Después nacieron tres chicas, Emma, Anna, Rosa; y finalmente Fritz, cuando Joan tenía unos siete años. El nacimiento de Fritz supuso un desbarajuste para la familia, ya que como consecuencia del parto la madre falleció. Así, de repente, August Gamper se encontró viudo y con cinco hijos pequeños. Le costó mucho conducir su numerosa familia ya que para poder hacer frente a la nueva situación, optó por volver a Zurich, ciudad de donde provenían. Quizás por esta razón, Joan, cuando era joven, falto de una estabilidad familiar, buscó la manera de liberarse y superarse haciendo deporte. En aquel tiempo, finales del siglo XIX, se había puesto de moda hacer deporte, principalmente a causa de los nuevos conceptos de enseñanza escolar. Joan demostró pronto su condición de atleta, ganando carreras de ciclismo y de atletismo, que le significó recibir sus primeros premios, entre ellos, el casquete de campeón, porque a aquellos chicos que se distinguían en el deporte se les daba una especie de graduación como “sportsman” que consistía en un pequeño sombrero. Un “sportsman” era una persona que practicaba deportes en general. De hecho, está documentado que, aparte de ciclismo y atletismo, Joan Gamper jugaba a rugby, fútbol, tenis y golf. Sin embargo, de todos los deportes, el que más le gustaba practicar era el fútbol, en el que destacó en gran medida. EN BARCELONA Se trasladó a Barcelona en octubre de 1898, para buscar trabajo, cuando hacía de cronista deportivo para dos periódicos suizos, sin dejar de practicar deporte. Debido a su condición de protestante, pronto se vinculó a la comunidad de la Iglesia Evangélica Suiza en Barcelona, que en aquellas fechas se reunía conjuntamente con la Iglesia Evangélica Luterana. Allí conoció a unos cuantos jóvenes, todos ellos vecinos del barrio de Sant Gervasi, con los cuales jugaba al fútbol en la calle. Supo que entre los jóvenes de la Iglesia Metodista hacían a menudo partidos de fútbol, y fue entonces cuando encontró -junto con los hermanos Witty y Parsons- la posibilidad de jugar, cosa que hacían tras acabar el trabajo diario, en la explanada del Arco de Triunfo, porqué allí se podía jugar de noche por la buena iluminación que había. Así pasó casi un año de su estancia en Barcelona, hasta que logró que de Suiza le enviaran un balón de reglamento. Junto a unos 36 jóvenes protestantes que querían jugar y con un balón de verdad comenzó su promoción para hacer un club de fútbol. El trampolín fue el gimnasio Soler, que era un punto de concentración de jóvenes que practicaban diferentes deportes y que, además, editaban una pequeña revista, Los Deportes, que daba una amplia información de deportes, especialmente de esgrima. NACE EL FC BARCELONA Como tenía un grupo de gente entusiasta y predispuesta, no le costó demasiado hacer un equipo de fútbol y organizar un club al que le puso el nombre de la ciudad: así nació el FC Barcelona. Explicado en pocas palabras, parece fácil, aunque no fue así, ya que la constitución, entonces en vigor, no permitía otra religión que la católica y por dificultades de aceptación del hecho diferencial religioso, casi todos los denominados extranjeros antes del primer año tuvieron que dejar el Club. Joan Gamper dejó de ser el capitán en 1900 y no fue hasta el 1909 que, casado con Emma, una suiza de fuertes convicciones religiosas católicas, solicitó de nuevo la responsabilidad de dirigir el Club. Lo hizo cuando éste estaba ya a punto de disolverse. A partir de este año, y bajo su dirección, fue cinco veces presidente, y siempre que estaba al frente del Club los éxitos deportivos eran abundantes; su fama traspasó fronteras y todo el mundo le reconocía una capacidad de trabajo y de liderazgo fuera de lo común. Precisamente por esta condición y por las fuertes convicciones éticas y religiosas fue ferozmente combatido en España. Sus veinticinco años de vinculación con el Barça fueron veinticinco años en los que constantemente fue acusado con todo tipo de calumnias. Los rivales deportivos no podían vencer al Barça en los campos de juego, por eso se dedicaron a atacarlo personalmente con el fin de destruirlo a él y, de rebote, al Club. Joan Gamper, en la medida que pudo, acudió al amparo de la Justicia para reivindicar su buen nombre. Finalmente, el 14 de junio de 1925 y con motivo de un acto organizado para recaudar recursos económicos, y en el que se hacía un homenaje al Orfeó Català, los asistentes que llenaban el campo de les Corts, unas catorce mil personas, abuchearon el himno nacional español y ovacionaron el himno nacional inglés, que interpretó una banda de marineros que visitaban el puerto de Barcelona. Este fue el motivo por el cual la dictadura de Primo de Rivera intervino en el Barça. Acusado de fomentar al catalanismo, Gamper fue expulsado de España y el campo se mantuvo clausurado durante seis meses. Fue el final de su vida como persona y dirigente del Barça, ya que tras volver de Suiza después de su forzado exilio, nadie le quiso dar la posibilidad de incorporarse de nuevo a su querido Barça. No pudo superar esta marginación. Fueron cinco años terribles que finalmente le llevaron a la muerte el 30 de julio de 1930. Joan Gamper se suicidó, dicen que murió de desamor por el Barça.

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