El Episcopado cree que la reforma de Ley de Libertad Religiosa «no afectará» a los católicos

Juan Antonio Martínez Camino hizo estas declaraciones al terminar la Asamblea Plenaria de los obispos, celebrada el pasado fin de semana en Madrid. El obispo aseguró que la Reforma de la Ley «no va a estar en contra de los acuerdos Iglesia-Estado actuales». De momento, los obispos han lanzado este mensaje que intenta rebajar la tensión con el Gobierno, alentada últimamente por las manifestaciones en contra del aborto. En cuanto a la Reforma de la Ley, el portavoz episcopal sí afirmó que el Comité Ejecutivo «ha constituido un grupo de expertos para su seguimiento», para asesorar a los obispos cuando haya un texto en firme. CAMINO DEFENDIÓ LA «LAICIDAD DEL ESTADO» Además, en su declaración pública, Camino aseguró que «la Iglesia católica no tiene nada en contra de la laicidad del Estado, más bien al contrario, ha contribuido a que el Estado se configure de modo autónomo al orden religioso». Parafraseando a Benedicto XVI, el portavoz episcopal ensalzó la «sana laicidad» que, en su opinión, «está basada en el principio evangélico de ´Dar a César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios». «La Iglesia no es el Estado, y el Estado no debe ser la Iglesia», aclaró Camino, quien recordó que a la Iglesia católica «no le preocupa la distinción de la Iglesia y el Estado». Al revés, «fomentamos la sana laicidad y la mutua independencia de ambas instituciones en orden al bien común». Sí preocupa, reconoció el portavoz, que «las instituciones del Estado puedan convertirse en fuerzas antirreligiosas o anticristianas, lo que no sería laicidad, sino laicismo». Por ello incidió en que «si es una ley que postula la sana laicidad, será bienvenida». ABORTO Y CRISIS, PRINCIPALES PREOCUPACIONES La Plenaria de los obispos católicos abordó cuestiones como el aborto, la Jornada Mundial de la Juventud de 2011o la crisis económica. La Plenaria abordó cuestiones como el aborto, la Jornada Mundial de la Juventud de 2011 o la crisis económica. En relación a ella y ante las dificultades por la que atraviesan muchas personas, los obispos resaltan que la situación económica constituye una grave interpelación para los cristianos al tiempo que lanzan una invitación para que cada uno en la medida de sus posibilidades ayude a las personas que más lo necesitan. Martínez Camino dijo que la solución de la crisis pasa «por el fortalecimiento de la conciencia moral», porque, de lo contrario, «se saldrá de una crisis para entrar en otra». Martínez Camino aprovechó la cuestión para reivindicar la «plena libertad para anunciar el Evangelio» de los católicos, que «no debe asustar a nadie» porque «no es ninguna amenaza». «La Iglesia católica no pretende suplantar al Estado, eso no es verdad», añadió, tajante. «No queremos legislar. Los obispos ni quieren ni pueden suplantar al Parlamento, que es la única entidad legitimada para promulgar las leyes», finalizó.