`El Mundo´ destaca la nueva vida, por su fe en Jesús, del que fue `asesino de la catana´

Hay vida incluso después de haber cometido un terrible asesinato. Aunque haya sido el de tus propios padres. Y una vida digna. José Rabadán saltó en el año 2001 a las portadas de todos los medios de comunicación. Por matar a sus padres y a su hermana menor discapacitada con una espada de samurái. Desde entonces se le conoció como el asesino de la catana. Acababa de cumplir los 16. Ocho años después y tras pagar un alto precio por su crimen, consiguió salir de su infierno personal. Gracias a Dios

SANTANDER · 16 DE FEBRERO DE 2009 · 23:00

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Esto es lo que en síntesis informa el diario “El Mundo”, en un artículo de Jose Manuel Vidal del pasado domingo 15 de febrero. Julio García Celorio es un pastor protestante de Santander, fundador de la asociación Nueva Vida para la rehabilitación de presos y la reinserción de personas con problemas de exclusión social; con amplio recorrido en este tipo de casos. El día 1 de abril de 2001, García Celorio se encontraba en su casa, en Santander, viendo la televisión con su familia cuando hubo una noticia que le dejó atónito. Un chico de 16 años acababa de matar a sus padres y su hermana menor con una catana. “Al ver la noticia dije en voz alta: ‘Dios mío, qué pena de chaval, lo que ha hecho, quien pudiera ayudarle ahora’”. Mientras tanto un muchacho convertido de la prisión de Santander, a través de la labor de Gª Celorio, es trasladado a la prisión de León desde donde enviaría una carta a José Rabadán en la prisión de Murcia con un Nuevo Testamento y una nota que decía: “A mí, Dios me ayudó, a ti también te puede ayudar; y mi pastor, Julio, también”. Tiempo después, la sorpresa fue para Julio García, que recibió de forma inesperada una llamada al móvil de José Rabadán: “Me quedé helado” –dice García. El chico le pidió a Julio que fuera a verle al centro penitenciario de Murcia y Julio accedió a ir. “Aunque cuando le fui a ver me advirtieron que el chico no hablaría, antes de llevar veinte minutos en la celda con él ya estaba conmigo de rodillas orando y pidiéndole al Señor perdón” –explica Julio. Rabadán tardó aún cuatro años en poder salir de la cárcel e ingresar en uno de los centros de rehabilitación de Nueva Vida. Lo hizo en 2006. Allí aprendió a hacer frente a la vida de nuevo. Y hasta se sacó el carnet de conducir. Poco a poco, con la ayuda del círculo del pastor evangélico santanderino, se fue rehabilitando. Un empresario le ofreció trabajo en la construcción y el muchacho se fue a vivir con otros chavales en proceso de reinserción a un piso de la asociación. Y hasta se echó novia. Hoy, Rabadán es otra persona. Ha vuelto a nacer. Y se ha convertido en una persona reinsertada social y espiritualmente, manteniendo su relación con su “padre espiritual”, el pastor santanderino Julio García Celorio. «El hijo pródigo ha vuelto a la casa del padre», suele decir el pastor protestante. En cierto modo, es su progenitor. Aunque El Mundo ha intentado hacer una entrevista a Gª Celorio o a José Rabadán, siempre lo ha rechazado el pastor, aunque evidentemente es publicidad positiva para la labor del centro Nueva Vida que dirige. Pero él prefiere resguardar la privacidad del joven, que para él es más importante que cualquier otro aspecto ya que no quiere que sufra el ser señalado con el dedo por su pasado. De hecho, este reportaje lo ha realizado Jose Manuel Vidal con el contenido de diferentes publicaciones (especialmente Protestante Digital), y tan sólo confirmando como se ha dicho que Rabadán mantenía su buena trayectoria y proceso. LA ASOCIACIÓN NUEVA VIDA Es una asociación que lleva diez años trabajando en la reinserción de personas con problemas de exclusión social por razón de drogadicción, prostitución, delincuencia, etc. Nueva Vida tiene varios centros en Santander: Una unidad de menores, un centro para mujeres víctimas de explotación sexual y otro para personas que provienen de centros penitenciarios con diversas problemáticas. Nueva Vida trabaja en las tres prisiones de Cantabria: El Penal del Dueso, la prisión provincial de Santander-hombres, y la prisión provincial-mujeres. En estos centros trabajan un total de 27 voluntarios que atienden la pastoral penitenciaria evangélica y el trabajo terapéutico que también organiza la asociación. La asociación Nueva Vida también colabora con el Gobierno a petición del Estado para paliar la llegada masiva de chicos que provienen del África en pateras y se encuentran en situación de extrema necesidad. MULTIMEDIA Pueden escuchar aquí la entrevista que realizó Daniel Pujol a Julio Gª Celorio sobre esta noticia de la nueva vida de José Rabadán. También pueden leer aquí la noticia del proceso de su conversión.

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