El País Semanal: amplio reportaje del pastor gitano J. Cortés

El reportaje, que le resumimos en esta breve noticia, hace un breve y elaborado resumen de lo que sucedió en la vida de este padre joven a quién el periodista describe como “un hombre roto”. Su vida se detuvo a media tarde del 13 de enero de 2008. Ese domingo de perros se apagó su estrella. Mari Luz, su hija de cinco años, salió de casa a comprar palomitas en el quiosco de la esquina y no volvió. Después vinieron 54 días con sus noches buscándola debajo de las piedras. Pregonando su nombre a los micrófonos. Mostrando su carita guapa a todas las cámaras que le ponían delante para que nadie olvidara que la niña de sus ojos faltaba de casa. Hasta que apareció. Flotando en la bocana del puerto de Huelva. Muerta desde el día que faltó. El caso Mari Luz impactó a todo un país y volvió a aparecer el debate sobre las leyes a los pederastas que han reincidido a pesar de sus reiteradas condenas. La familia de Mari Luz prometió que no se iba a quedar parada tras este incidente. Un objetivo: Reunir hasta octubre tres o cuatro millones de firmas a favor de la cadena perpetua para los pederastas asesinos y de un registro donde se consignen los nombres de estos. Irene siempre estuvo en segundo plano. Llorando. Había que ver su cara sentada con su marido en el mismo sofá del palacio de la Moncloa donde José Luis Rodríguez Zapatero, el presidente del Gobierno en persona, le presentaba en mayo sus respetos y le prometía un paquete de medidas contra la pederastia. Eso fue días antes de que el Parlamento aprobara por insólita unanimidad una reforma para endurecer las penas por abusos sexuales a menores y sus señorías expresaran su consideración al gitano de la tribuna de invitados. La semana anterior a que el ministro del Interior le recibiera para anunciarle un nuevo protocolo de actuación urgente en caso de desaparición de niños. Nadie, nunca, dice El País, ha conseguido un reconocimiento de tal calibre después de sufrir una tragedia personal. Juan José Cortés se ha convertido en un líder a su pesar. Lo constata Pedro Rodríguez, alcalde de Huelva. “Es un fuera de serie. Tiene influencia, personalidad, mesura, valores. De él es todo el mérito de que no haya habido más violencia. Un alcalde necesita líderes sociales, y Juan José es uno de los pies a la cabeza”, dice el regidor. A Rodríguez, del Partido Popular, se le pusieron los vellos de punta sentado al lado de Cortés en el Congreso. “Está recogiendo lo que ha sembrado. Con su conducta ante una situación tan extrema, este hombre nos ha dado una lección a los políticos. A veces nos olvidamos de lo importante. Ese día, en el Parlamento había alma”. Los lunes al caer la tarde hay culto evangélico en El Torrejón, relata El País. La contigua parroquia católica está desierta, pero el pequeño local de la Iglesia Evangélica de Filadelfia bulle de almas. El credo sencillo y el estilo comunitario de esta fe cristiana han arraigado entre los gitanos. Ellos son mayoría entre los más de 100.000 fieles que dicen tener en España. Las mujeres se sientan a un lado y los hombres al otro. Todos, viejos, jóvenes y niños, van de punta en blanco. Un coro de ocho mujeres, varias guitarras, dos órganos y un cajón flamenco saluda al Señor. Tiembla el templo. Ángel Borja, el pastor titular, da la palabra a Juan José Cortés. El pastor herido quiere predicar. MULTIMEDIA Pueden leer o descargarse aquí en pdf el artículo original de El País titulado “Cortés y valiente, líder a su pesar”